Nueva figuración

Luis Felipe Noé - Ernesto Deira - Jorge De La Vega

PATRIMONIO ACTIVO

A comienzos de la década de los sesenta fue la presentación del grupo que formaron Ernesto Deira, Rómulo Macció, Luis Felipe Noé y Jorge de la Vega, en la galería Peuser, hoy conocido como la Nueva Figuración. El nombre que ellos mismos se dieron fue el de Otra Figuración propuesto por Rómulo Macció.

La Otra Figuración aparece en la escena plástica como un movimiento de ruptura, como una vanguardia cuyo propósito fue quebrar en la imagen el orden, la buena forma, el valor compositivo, en aras de una expresión libre y antiacadémica.

En lugar del orden geométrico, heredero del movimiento del arte concreto de mediados de la década de los cuarenta, la Otra Figuración estuvo más ligada al Informalismo y al Expresionismo Abstracto.

Fue un movimiento genuino que logró quebrar la dicotomía entre figuración y abstracción al hacer surgir la figura humana del espacio. La figura abandonó el lugar protagónico dentro de un espacio para priorizar la relación íntima entre ella con un espacio gestual, ligado a los impulsos del trazo o de la mancha y del dripping .

La Otra Figuración buscó reflejar aquello que estaba en el centro de sus intereses: el hombre.

Un hombre cuya esencia no está acabada sino un hombre que se construye en relación a la historia, en la interacción con el medio.

Una imagen vital y dinámica más ligada a la intuición del impulso interno apenas controlado por la conciencia y capaz de reflejar el desconcierto de una sociedad atravesada por grandes contradicciones.

La Otra Figuración fue sin duda un momento de formación que como grupo logró hacerse escuchar en un momento de apertura institucional hacia la juventud, principalmente a través de la figura de un personaje importante de la cultura como lo fue Jorge Romero Brest, director del Museo Nacional desde 1956 a 1963 y luego del Instituto Di Tella, quien los invitara a exponer en 1963 en el Museo de Bellas Artes.

Cada uno individualmente seguirá desarrollando una imagen propia, hoy recordamos al movimiento como uno de los más valiosos de nuestra historia del arte, fundamentalmente por su originalidad, su independencia y su búsqueda profunda en la imagen.

Lic. Stella Arber

Directora MAC UNL