Apariciones

Raúl Cottone

JUAN MANNARINO SIEMPRE ESTUVO AQUÍ

Los que integramos el Museo de Arte Contemporáneo de la UNL hemos querido realizar un homenaje especial a quien fuera un artista de esta casa, a quien acompañara desde su gestación a este museo y quien estaba presente en cuanta actividad se realizara en el.  Juan Mannarino siempre estuvo aquí, fuimos una pequeña parte de su historia como tantos otros lugares a los que frecuentaba y quería y donde se sentía a gusto.

Realizar un homenaje a este querido artista  de la escena santafesina  es un gran desafío, su personalidad inabarcable, su expansión retórica y su inmensa creatividad imposibilita decodificarlo del todo. Lo que hacemos es un desciframiento expresivo del referente, desde diferentes mecanismos internos productores de sentidos y desde la natural subjetividad  de quienes lo realizamos.

Juan Mannarino fue un artista multifacético, que podía componer e interpretar música, realizar una puesta teatral, actuar y concebir obras visuales con la misma intensidad, pasión y entrega y todos nosotros disfrutábamos de los resultados de cada una de sus obras.

De fuerte instinto creador, este maestro del arte en todas sus formas, siempre encontró las soluciones estéticas para que cada una de sus embrionarias figuras, puestas o escenas, que parecían en caos, alcanzaran su punto justo de estabilidad y armonía, posibilitando al otro la llegada a su obra. En consecuencia entrar y salir del mundo Mannarino fue y será un ejercicio de imaginación profunda, ya que sus obras estaban plagadas de contrastes de un altísimo grado de conciencia artística, en esa asombrosa manera que tenía de organizar los conocimientos almacenados, de recuperarlos y trasladarlos y de ese modo dejarnos la laberíntica poesía de su manera única de crear.

Invitar a Raúl Cottone fue reconocer explícitamente a otro artista, con su carga expresiva ya producida en imágenes con Juan en vida y desde la cercanía de su entrañable amistad con él. Volver a ver aquellos registros realizados y generar desde ellos, un remixado de ensambles visuales entre fotografías y videos,nos generaron una verdadera tecnoescena cuando de ambientación se trata. Fotografías de gran formato completas y fragmentadas en paredes y pisos, instalación de videos en el techo y en varias pantallas y lienzos blandos con la imagen de Juan, fue la manera que elegimos para producir estas “apariciones” en los espacios del MAC.

Flota en el aire la verdadera intensión, recordarlo, induciendo a los visitantes a encontrarse directamente con Juan en un esfuerzo descriptivo localizado en cada pantalla. Las imágenes en escena conforman una latencia reveladora, casi obstinada, de tener presente al referente y lograr así la esencia de este homenaje, que Juan siga con nosotros.

Su desaparición física, por treinta días no será irreversible, por el contrario, volver a la vida aunque sea desde la fugacidad de estas evidencias, nos dará una aparición ligada al tiempo interrumpido y podremos construir desde la garantía de estas imágenes la naturaleza del referido.

Los gestos visibles de Juan, están en coordinación con los gestos visuales de Cottone que cuando los registró hizo uso de su lugar en la trama de las imágenes, desde quien construye desde la polisemia entre signo-imagen, adquiriendo un extraordinario valor simbólico por asociación:vida – muerte, presencia – ausencia, hacen a un concatenado de significaciones que adquieren mayor valor aún en la actualidad de estas imágenes.

Si bien hay un desplazamiento temporal inevitable y un hecho imposible de revertir, las motivaciones siempre fueron las mismas, mostrar a Juan Mannarino en su plenitud activa, en su realización interpretativa estética. Mostrarlo como era, en un continuo júbilo de vida, así la resultante es una acumulación de varios instantes claves en un sentido escénico de gestos representados.

Flota en el aire también una nostalgia explícita, una ilusión frustrante además, y tal vez hasta un reclamo por volver a la vida a Juan Mannarino a través de estas obras. Cuando le propuse a Raúl organizar este homenaje sabiendo que tenía imágenes tomadas de otros tiempos, no lo dudó.Tanto él como yo sabíamos que ya había pasado el tiempo, que ya podíamos hacerlo, yo me preguntaba si teníamos derecho a realizarlo, Raúl me contestó, no tenemos derecho, tenemos la obligación.

Lic. Stella Arber

Directora del MAC

 

[Video de la muestra]