Biocombustibles

Presentaron en la UNL el Plan Nacional de Hidrógeno

Miércoles 2 de julio de 2014 / Actualizado el jueves 3 de julio de 2014

La redacción del proyecto demandó 56 semanas de trabajo, e incluye el aporte de un egresado de la Universidad. Se plantea la creación de un Centro Nacional de Hidrógeno y estiman un presupuesto total de 42 millones de dólares.

En el marco de la conmemoración del Día del Ingeniero Químico, en la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), se llevó a cabo la presentación formal del Plan Nacional de Hidrógeno. La apertura del encuentro estuvo a cargo de las autoridades de la UNL y representantes de la Secretaría de Energía de la Nación. Estuvieron presentes el vicerrector de la UNL, Miguel Irigoyen; el decano de la FIQ, Enrique Mammarella; Manuel Herrero Rosas, coordinador del Área de Biocombustibles, y Eduardo Jorge Hadad Pitasny del Área de Biocombustibles e Hidrógeno de la Secretaría de Energía y egresado de la FIQ.
En sus discursos de apertura tanto el vicerrector de la UNL como el decano de FIQ expresaron sus agradecimientos a los integrantes del proyecto por la presentación y por su parte Mammarella felicitó a los ingenieros por su día e invitó a repensar los aportes de hombres tales como Bernardo Houssay, Luis Federico Leloir o José Babini.

Escenario contemporáneo
En la actualidad el mercado de hidrógeno se encuentra en aumento tanto a nivel nacional, como mundial. Pero la demanda, local y extranjera, señala que no se lo utiliza como vector energético sino más bien como un insumo o intermediario de la industria química.
Frente a esta realidad el eje de la exposición del Plan Nacional de Hidrógeno se centró en las proyecciones que la Secretaria de Energía de la Nación posee sobre la utilización futura del hidrógeno como vector energético y combustible no contaminante. Para revertir esta tendencia y poder utilizar el hidrógeno como un vector, Manuel Herrero Rosas detalló que el objetivo de esta presentación es “hacer hincapié en la promoción del desarrollo de tecnologías propias de producción, almacenamiento y uso del hidrógeno, y el perfeccionamiento de la industria nacional con integración en el Mercosur”.
Es importante aclarar que si bien la Ley Nacional de Hidrógeno 26123 data del año 2006, aún no cuenta con el decreto reglamentario, por lo cual sólo resta esperar el curso legal administrativo para poder comenzar a implementar acciones concretas como el Plan Nacional del Hidrógeno. Es por ello que desde la Coordinación del Área de Biocombustibles, dependiente de la Secretaria de Energía de la Nación, se avanzó hacia la redacción de la reglamentación complementaria del plan de hidrógeno para dicho decreto de ley. En este sentido Herrero Rosas detalló que “esta experiencia fue realmente muy interesante para nosotros porque nos puso de cara frente a la realidad de decidir qué hacemos frente a esta necesidad; es decir, si íbamos a contratar una consultora, muchas veces extranjera, para que nos den un marco más o menos adaptados a la realidad local o si empezamos humildemente por ver quienes están trabajando en el país con esta temática para que de alguna forma nos dieran una mano. Naturalmente hicimos lo último, logramos conformar un comité de redactores para realizar el ejercicio de poner sobre la mesa las distintas opiniones y buscar siempre el consenso”.

Líneas de trabajo
La redacción de este proyecto, según informaron los expositores, demandó más de 56 semanas de trabajo, en las cuales se discutieron los alcances a corto, medio y largo plazo acerca de la industria del hidrógeno, sus componentes técnicos y humanos. “Planificar para nosotros significó decidir con anticipación ventajosa qué hay que hacer, cómo, por qué, quién lo tiene que hacer y cuanto cuesta hacerlo. Este proyecto fue laborioso ya que hace 50 años que no se hacía algo parecido, hay que remontarse hasta la época de Arturo Ilia, etapa en la cual se desarrolló el plan nacional atómico. Tenemos que retrotraernos todo ese tiempo para poder visualizar, en una escala menor, lo que demandó esta presentación”, manifestó Pitasny.
Al corto plazo los especialistas indicaron cuales van hacer los impactos que lograría este plan. El puntapié inicial ya está dado, y el horizonte al que se alumbra está previsto hasta el año 2030. Así, mencionan la implementación del Centro Nacional del Hidrógeno, el cual estaría, a partir de la sanción del decreto, bajo la orbita de la Secretaria de Energía de la Nación. Con esto se pretende tener un sistema de información centralizado para que el Estado nacional pueda cruzar y coordinar sus recursos a los fines de evitar un mismo esfuerzo de trabajo en distintas áreas, ya que este centro además tendría una interrelación directa con las universidades, los institutos tecnológicos, y el INTI. En forma inmediata también se desarrollaría la creación de puestos trabajos especializados y el aumento en la utilización de equipos nacionales referidos al desarrollo del valor agregado y técnicas propias.
Bajo esta línea de acción Pitasny advirtió la necesidad de aunar esfuerzos en pos de vincular recursos y políticas para llamarse a un diálogo necesario. “Es importante que como Estado nos pongamos en contacto e involucremos a muchos sectores, muchas veces sucede que si bien sabemos que se está trabajando en esta temática no se tiene relación entre sí, y realmente esta es nuestra función, trabajar en algo particular para lograr desarrollar distintas energías y de esta forma contribuir a una matriz energética en crecimiento y soberana”, consideró.

Números del plan
El plan tiene estipulado 42 millones de dólares como presupuesto total. Hay 24 programas que son grandes proyectos que serán atendidos al corto, mediano y largo plazo.
Se establecen siete proyectos para corto plazo (incluido la creación del Centro Nacional de Hidrógeno), ocho de mediano plazo (posible inyección de hidrógeno en las redes de gasoductos), siete de largo plazo (vehículos de transporte, colectivos, formación de recursos humanos, producción de hidrógeno a partir de la biomasa) y dos transversales. Estos últimos son los que comienzan en 2014 y finalizan en 2030. Uno de ellos es de cooperación internacional entre países limítrofes, y el otro es el estudio y desarrollo de los aspectos sociales, culturales, y ambientales del hidrógeno.
 

Prensa UNL

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