Emprendedores

Maluca emprendimiento cultural de Expresiva

Jueves 30 de julio de 2015 / Actualizado el lunes 10 de agosto de 2015

Maluca es un emprendimiento cultural incubado en Expresiva. Su trabajo vincula los colores, las formas y la armonía. Los mandalas dicen es la representación de los universos internos.

Carina Onetto es emprendedora, y en el año 2013 comenzó a trabajar junto a Expresiva, la incubadora de emprendimientos culturales. Su "enamoramiento" con los mándalas la llevó a encontrar un camino, y lo compartió con el resto de la sociedad a partir de comenzar a producir diferentes elementos.

Onetto explica el significado de trabajar con estas imágenes: “El mandala es un círculo que se usa como método de meditación. Pintarlo es una meditación activa, en el acto de pintar y diseñar, en la selección de colores, uno plasma inconscientemente lo que está viviendo en ese momento”. Y agrega: “Por eso mandala es como un universo casi personal, en el momento en que uno lo da, las personas que lo reciben lo pueden incorporar haciendo una meditación pasiva observándolo”.

Poder hacer un negocio rentable a partir de lo que uno ama es el objetivo principal de los emprendedores. Maluca es el ejemplo de que con amor, creatividad y voluntad se pueden generar cosas interesantes.

Tazas, almohadones, llaveros, imanes, remeras sublimadas, porta sahumerios, guarda sahumerios, alfombras, porta velas y la agenda perpetua son los productos que estratégicamente eligió Onetto para estampar sus trabajos.

Para hacer que un proyecto prospere hay que tener en cuenta cual es el mercado al que se dirige, en este caso la emprendedora cuenta que “los clientes que tengo son muy específicos, ya que ellos ya realizan ciertas prácticas como yoga, reiki, meditación, o las cuestiones que están surgiendo ahora Saint Germain, lo que serían terapias alternativas. Estos ya tienen incorporado la cultura del mandala, y están los que compran para decorar porque les gustan las texturas, las formas o los colores”.

La incubación    

La elección de un proceso de incubación es la decisión de buscar la ayuda necesaria en el lugar indicado. Entrar en este tipo de procesos es abrirse a nuevas experiencias y enseñanzas, entendiendo que siempre existe la posibilidad de mejorar.

Para Onetto, tomar la decisión fue cuestión de tiempo: “De Expresiva yo sabía algo por la gente de HUE, que estudiaron conmigo. La verdad es que yo pensaba que mi emprendimiento no podía madurar como para una cosa así, pero por el consejo de una amiga me decidí, me pre incubé y después de una ardua capacitación, cambió mi forma de organizarme en cuanto al emprendimiento”.  

La incubación implica que uno formalice sus objetivos, los concrete y se destaque lo suficiente como para conseguir establecer el emprendimiento como una empresa. La experiencia de Maluca es que “el año que viene, si todo sale bien, la marca estará registrada, los trámites están hechos, lo otro que me interesa es potenciar la marca, es decir, impulsar más los productos por lo que elegí como estrategia trabajar los productos en set y trabajar la parte del packaging  para la presentación”.

A futuro la emprendedora apunta a la instauración del producto en los centros especializados. Ella entiende que son productos que cumplen una doble funcionalidad: “En principio decora los ambientes que uno puede generar en su casa para relejarse cuando llega del trabajo, la meditación para mí es muy importante en la vida, todos deberían practicarla para su bien. Parar  la rutina es importante. La idea de los productos es invitar al relax, que uno los mire y se relaje con alegría, por eso los colores”.

Expresiva incubadora de emprendimientos culturales nació entre el acuerdo de la Universidad Nacional del Litoral y el Gobierno de la Ciudad de Santa Fe. Los emprendedores que estén interesados en conocer más sobre la incubadora Expresiva pueden hacerlo ingresando a www.expresivasantafe.com.ar.

 

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