En Rafaela

Tratarán envases de agroquímicos para reciclar el plástico

Martes 15 de mayo de 2012 / Actualizado el miércoles 23 de mayo de 2012

El procesamiento incluye el lavado de los bidones y la descontaminación de los efluentes utilizando agua oxigenada y radiación ultravioleta. Investigadores de la UNL y el Conicet trabajaron en el diseño de los procesos. Se trata de una experiencia pionera

Alrededor de 500 toneladas de plástico de bidones de agroquímicos se descartan anualmente sólo en la región central santafesina, según estima el Ministerio de Agricultura de la Nación. Ahora, investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el Conicet trabajan en el diseño de un proceso de descontaminación del agua de lavado de los bidones que se implementará en la planta de tratamiento que se prevé construir en Rafaela como parte del Plan Piloto de Gestión y Tratamiento de Envases de Agroquímicos.

Para presentar este proyecto, se realizó un acto el 14 de mayo, en el Ministerio de Agricultura de la Nación, donde el rector de la UNL, Albor Cantard, firmó el convenio junto al intendente de Rafaela, Luis Castellano.

El plástico de los bidones puede reutilizarse pero primero debe completar un proceso que garantice que no representa un riesgo para la salud y el ambiente. Para ello se realiza el lavado y luego, esos efluentes, son tratados en un reactor que descompone las sustancias contaminantes gracias a la acción de la radiación ultravioleta y agua oxigenada, la misma que normalmente su utiliza como desinfectante de heridas.

Tras años de ensayos y experiencias a escala laboratorio, los investigadores del Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (INTEC) dependiente de la UNL y el Conicet están llevando adelante experiencias a una nueva escala piloto. “El objetivo es, a partir de esos datos y los que hemos generado en estos años, aplicar este proceso de descontaminación en la planta de reciclado de envases”, sintetizó Cristina Zalazar, docente e investigadora del INTEC y de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la UNL.

El equipo de trabajo reúne a docentes-investigadores y becarios del INTEC, de las facultades de Ingeniería y Ciencias Hídricas, Ingeniería Química y Humanidades y Ciencias de la UNL.


Los frutos de la asociación público-privado

Tras reseñar los logros de investigadores de la UNL en los últimos años, el rector Cantard destacó especialmente que “son fruto del trabajo de muchos años, en los que hay elementos en común: en primer término la excelencia de los docentes investigadores de institutos de doble dependencia, en este caso el INTEC, que demuestran el compromiso de la Universidad pública porque el conocimiento llegue a la sociedad, y en segundo lugar, como queda reflejado en este proyecto, la importancia de aprovechar la asociación público-público y público-privado; lo que nos llena de orgullo y felicidad”.

En la misma línea el secretario de Agricultura de la Nación, Lorenzo Basso, resaltó la “interinstitucionalidad alcanzada en el desarrollo de este proyecto que vincula a nuestros investigadores para que se aboquen a resolver problemas concretos”, y más adelante, enfatizó el aporte desde lo medio ambiental, pues “encontrar una solución definitiva a estos plásticos, que luego de su reciclado pueden convertirse en diesel sintético o en durmientes ferroviarios, es un aporte a los procesos de certificación internacional que son cada vez más necesarios a la hora de pensar en el comercio mundial”.

Mientras, el intendente rafaelino, Luis Castellano, y el diputado nacional Omar Perotti, coincidieron en señalar los avances dados en la localidad en el proceso de gestión de residuos que va concretándose con éxito en sucesivas etapas y continúa proyéctandose en esta planta de reciclado como parte del piloto titulado “Gestión de Envases de Agroquímicos y sus Contenidos Residuales para el Área de Influencia del Departamento Castellanos de la provincia de Santa Fe”, y se integrará luego al sistema nacional de gestión de envases de agroquímicos.

En el acto también estuvieron presentes los secretarios de la UNL de Vinculación Tecnológica y desarrollo Productivo, Eduardo Matozo, y el de Extensión Universitaria, Hugo Erbetta; Roberto Salvarezza, presidente del Conicet nacional y del de Santa Fe, Mario Chiovetta; el investigador Alberto Cassano, y autoridades de la Municipalidad de Rafaela.


Cómo funciona

El agua oxigenada, como se conoce comúnmente al peróxido de hidrógeno, es un agente oxidante que, combinado con radiación ultravioleta, genera un radical muy oxidante capaz de degradar o destruir cualquier contaminante orgánico. “Esto es lo que se conoce como Procesos Avanzados de Oxidación. Lo interesante es que degradan los contaminantes a compuestos inocuos”, destacó Zalazar al describir el proceso que tendrá lugar dentro del reactor de la planta de tratamiento.

Otras de las ventajas que destacan la conveniencia de este tipo de tecnología es que se trata de procesos no selectivos. Es decir, que son capaces de degradar diferentes agroquímicos. “Comenzamos nuestros estudios con glifosato porque representa el 85% de los envases que se descartan en la región, pero estamos haciendo experiencias con otros contaminantes muy usados. Más adelante podría ampliarse el tratamiento a otros envases”, explicó Zalazar.

 

En crecimiento

El trabajo para la puesta a punto de un diseño que permita, a escala industrial, procesar el agua de lavado de unas 400 toneladas de plástico comenzó en el laboratorio y a escala mucho menor. El primer paso de los investigadores fue estudiar en qué condiciones se descomponía en glifosato puro en un “mini reactor”, así pudieron ajustar concentraciones, tiempos y radiación. “Empezamos trabajando en la degradación del principio activo y luego hicimos ensayos sobre formulaciones comerciales que son más complejas y diversas”, relató la investigadora.

Actualmente, se llevan adelante ensayos en un reactor a mayor escala (piloto) instalado en la Planta Piloto del INTEC capaz de procesar unos 100 litros de agua. “Como los volúmenes son mayores, se aproxima más a una aplicación real y surgen las dificultades prácticas de su manejo”, contó.

El diseño de la planta a escala industrial es el último paso para la aplicación de esta tecnología. A su vez, la iniciativa de gestión integral encarada desde Rafaela servirá de experiencia piloto para su optimización y réplica en otros lugares del país, de acuerdo al programa nacional de gestión de envases de agroquímicos y sus contenidos residuales.


 

 

 

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