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Con la participación del cineasta, piloto y médico aeronáutico Enrique Piñeyro se desarrolló la charla debate “La aviación comercial en Argentina. Historia de regulaciones y desregulaciones” en la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) el pasado 31 de octubre. También participaron Silvia Régoli Roa, especialista en regulaciones en transporte, y Hugo Arrillaga como moderador.

Críticas e ironía
Enrique Piñeyro mantuvo la charla en un tono informal y recurrió a sus capacidades actorales, captando la atención del público. En varias ocasiones comentó anécdotas de su vida.
“Debajo de la santísima trinidad, apareció el mercado”, comenzó afirmando de manera irónica en relación al status que ha adquirido el mercado en la sociedad: “Es una deidad pagana que sabe y va a arreglar todo”.
A continuación el actor y productor de películas como “Whisky, Romeo, Zulú” y “Fuerza Aérea Sociedad Anónima” aseguró que “la desregulación lleva 30 años”: “Cuando se desrregula, cualquiera puede entrar en el negocio. Prueba de ello es que en 30 años quebraron 1000 líneas aéreas, de las cuales 20 corresponden a nuestro país”. Cuando Piñeyro habló de que “cualquiera puede entrar al negocio” se refería literalmente a cualquiera. En este sentido narró la historia de algunas empresas de aviación.
“Hay tres grandes abusos”, sostuvo respecto a la “anarquía tarifaria”: “la telefonía celular, las líneas aéreas y las financieras”. Su charla continuó con tono crítico y señaló la falta de acciones por parte del Estado. Es por esto que cada empresa puede hacer lo que quiera: desde cobrar las tarifas que les parezca hasta no cumplir con las normas de seguridad. En este sentido, el disertante se preguntó: “¿Cuánto vale la vida en Argentina?”.

Regulación del transporte aéreo
Por su parte, Silvia Régoli Roa habló sobre la regulación económica del transporte aéreo-comercial. En primer lugar se refirió a los fundamentos de dicha regulación: “Desde los ‘80 y ‘90 se ha discutido y ha prevalecido una visión del transporte aéreo como una industria. De esa forma se ha trabado la regulación y organización. Antes se pensaba que era un servicio público al igual que otros transportes”.
Hablar de servicio público implica, según Régoli Roa, “considerar que la responsabilidad última de la prestación del servicio recae en el Estado”. Por ello “debe tener una continuidad y regularidad en el tiempo y su objetivo debe ser la maximización de la cobertura”.
Respecto al transporte interno o de cabotaje, aseguró que “la regulación lo debe tratar como un instrumento de desarrollo territorial e integrarlo con otros medios de transporte para ir cubriendo el territorio nacional”. En este sentido señaló que “los gobiernos provinciales también tienen un rol en el desarrollo de este servicio”.
Entre los argumentos a favor de la regularización, la disertante mencionó que se trata de un servicio público por lo que necesita ser regulado. Asimismo hizo referencia a la existencia de información asimétrica entre usuarios y prestadores, por ejemplo uno no sabe si la empresa tiene seguro, si el avión está bien mantenido, entre ostras cuestiones de seguridad. Finalmente señaló las externalidades positivas –el beneficio social es mayor que el privado– y negativas –problemas de seguridad (accidentes)–.