Entrevista

“La ciencia es parte de la sociedad y si no lo es debería serlo”

Lunes 21 de noviembre de 2011 / Actualizado el lunes 21 de noviembre de 2011

Iberoamericano - Así lo afirmó Pablo Kreimer en el programa de LT10 Universidad Abierta previo a su visita a UNL para participar del Congreso Iberoamericano de Extensión Universitaria.

El especialista en sociología, política y comunicación de la ciencia formará parte del debate “Ciencia, Tecnología y sociedad. La apropiación social de los conocimientos y la investigación orientada a problemas socialmente relevantes”.

¿Cuáles son las cuestiones que abordará en su visita a Santa Fe en el marco del Congreso Iberoamericano de Extensión?
La cuestión de ser ciudadano del mundo o productor local de conocimiento científico sintetiza el dilema y la tensión actual de la investigación científica de los países de América latina. Hay que iniciar este debate pensando en cómo fue la historia de la institucionalización de la ciencia en América latina en relación con las dimensiones internacionales. En este sentido, los primeros campos científicos que se desarrollaron en Argentina tuvieron su base en científicos europeos que vinieron y latinoamericanos que fueron a Europa y Estados Unidos que trajeron consigo nuevos conocimientos.
En lo que respecta a la nueva visión internacional del trabajo científico, los países de América latina están muy fuertemente interesados en la ciencia internacional pero no tienen autonomía para definir los temas de investigación. Cuanta más inserción internacional, más difícil es adaptar sus agendas de investigación a temas de interés local. Existen algunos datos recientes de la cooperación internacional con Europa que muestran cómo la ciencia latinoamericana es fundamental para los propios europeos. Por otra parte, los científicos latinoamericanos están aportando conocimiento para la competitividad de Europa y no tanto para la comunidad de América latina.

¿Podría ahondar un poco más en lo que refiere a la autonomía de las agendas científicas latinoamericanas?
Las “elites científicas”, los investigadores con más prestigio de Brasil, México y Argentina en cada uno de los campos del conocimiento están fuertemente internacionalizados, tienen vínculos con grupos o institutos de países desarrollados. Este vínculo permite trabajar con proyectos internacionales importantes donde obtienen reconocimientos, recursos y se relacionan con los mejores investigadores del mundo. El problema es que en los proyectos en que participan no definen agendas sino que están invitados a participar en temas de investigación en el marco de agendas que ya están establecidas de antemano, entonces es muy difícil que esos conocimientos puedan ser utilizados para las sociedades locales.
Por ejemplo, un proyectos de Biología Molecular orientado a investigar el “trypanosoma cruzi”, agente causal de la enfermedad de Chagas podría ser muy útil para América latina que es la única región del mundo donde se encuentra esta patología, pues sólo en la Argentina hay cuatro millones de infectados. Sin embargo, el conocimiento que se produce en esa mega red internacional no está orientado a encontrar soluciones a este problema sino que se orienta a la actividad biológica del parásito, cuestión que es útil para otras cosas pero no para la búsqueda de cura para la enfermedad.

¿Vislumbra algún camino por el cual puedan enfocarse más hacia temas que podamos aprovechar mejor?
La primera alternativa no es el aislamiento, no hay que dejar de colaborar con pares internacionales. Lo que sí tenemos que tener es una política mucho más activa en lo que se refiere a la vinculación internacional y sobre todo, en la formación de las nuevas generaciones. La clave está en que no veo una estrategia de largo plazo, uno no puede hacer política científica si no tiende a la formación de recursos humanos que son la base para pensar a largo plazo. ¿Cómo estamos formando a los investigadores que vamos a necesitar dentro de unos años? Los que ya tenemos bastante experiencia difícilmente cambiemos la orientación pero hay que orientar a jóvenes para que se dirijan a temas que respondan a intereses locales.
Trabajar para formar nuevas generaciones con agendas que además tienen que discutirse colectiva y socialmente. Hay una serie de tópicos que no los pueden decidir ni las autoridades ni los científicos sino que tienen que ser sometidos a debate público. La universidad pública tiene un rol central ya que es justamente donde comienza la socialización de los jóvenes investigadores y donde trabaja la mayor parte de los investigadores del país.
Para decirlo de un modo irrespetuoso, las universidades deberían respetar menos a los científicos tan prestigiosos y exigirles el debate público de las agendas de investigación.
Hay que buscar un equilibrio, habrá cuestiones sociales que tienen que ser abordadas en términos científicos y otras que no. Aunque la ciencia y la tecnología son fundamentales tampoco depositar ahí todas las soluciones. No depositar en la ciencia aquello que la sociedad no puede responder, la ciencia es parte de la sociedad y si no lo es debería serlo, cuestiones que tienen que movilizar a la ciencia y en otro aspecto hay que movilizar a la sociedad. Volviendo a la enfermedad de Chagas es producir nuevas drogas o hacer viviendas rurales de las poblaciones afectadas.
Los conocimientos más sofisticados no son los más recomendados para pensar soluciones con respecto a las problemáticas sociales.

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