Divulgación

Café científico sobre el increíble mundo de las plantas

Miércoles 5 de julio de 2017 / Actualizado el jueves 6 de julio de 2017

El investigador y docente Pablo Manavella abordó la cuestión de la evolución de las plantas, la ciencia básica y contó detalles de las investigaciones que realiza sobre silenciamiento génico.

Cuando era estudiante de grado, Pablo Manavella soñaba con encontrar la cura del cáncer o de alguna enfermedad rara. En el camino, se encontró con el mundo vegetal y su carrera dio un giro “porque las plantas son realmente asombrosas”.

Con esta simple introducción el investigador de CONICET y docente de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB-UNL), comenzó su charla en el ciclo Café Científico, un espacio de divulgación organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, a través de la Subsecretaría de Promoción Científica y Apropiación Social junto a la Universidad Nacional del Litoral (UNL).

De manera simple y muy didáctica, el investigador abordó tres temas: porqué las plantas son tan asombrosas, qué es el silenciamiento génico – el tema que estudian junto a su grupo de investigación- y la importancia de la ciencia básica.

 

El maravilloso mundo vegetal

Muchas veces la gente piensa que las plantas son organismos débiles, que están atados al suelo sin capacidad de defensa. “Pero las plantas pueden sobrevivir largo tiempo, hay registros de plantas de 32.000 años, época en la que se extinguieron los neandertales, con semillas que siguen germinando. Eso habla de la resistencia que tienen”.

A su vez, las plantas son también el organismo vivo más grande del planeta. Además de la sequoia, un árbol que puede llegar en promedio a los 85 metros de altura, Manavella habló de Pando un árbol que tiene ramas subterráneas de hasta 43 hectáreas y que vive 80.000 años.

“Las plantas también superan a la ciencia ficción porque son capaces de regenerarse, igual que Wolverine”, dijo el investigador y explicó que hace falta sólo una célula para que se regenere una planta entera.

Con respecto a los mitos de que las plantas no se pueden mover, Manavella presentó el caso de las mimosas y las plantas que atrapan insectos, incluso mostró imágenes de una morera blanca que mueve sus pétalos a la mitad de la velocidad del sonido.

“Sin las plantas no podemos vivir: generan carbono, combustible, dióxido de carbono y sintetizan químicos útiles. Además son organismos increíblemente adaptables, que cambiaron su desarrollo para adaptarse al medio”.

Después pasó al segundo tema de la charla y habló sobre el silenciamiento génico, involucrado en el mecanismo de defensa de las plantas. Utilizando la metáfora de un libro, Manavella, explicó el complejo mecanismo celular de una planta y cómo a través de su trabajo en el laboratorio buscan entender los procesos por los cuales las plantas se adaptan al medio que las rodea.

Finalmente, el investigador abordó la cuestión de la ciencia básica, en un momento en que se encuentra cuestionada. Con fechas y nombres de investigadores Manavella se alejó en el tiempo y relató los descubrimientos que permitieron la creación de una máquina conocida como PCR, que permite amplificar fragmentos de ADN. Los usos que se le dieron a esta máquina van desde la biología, medicina, paleontología y ciencias forense. “Nada se podría haber hecho sin 150 años de ciencia básica atrás”, concluyó Manavella.

 

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