Meteorología

La Niña: ¿guardar el paraguas y esperar la sequía?

Viernes 16 de septiembre de 2016 / Actualizado el viernes 16 de septiembre de 2016

Después de las lluvias de El Niño se avecina el fenómeno contrario. Sin embargo, investigadores de la UNL indican que no será tan severo sino más bien débil.

La última gran sequía en nuestra región, con una gran extensión espacial y severidad, se produjo entre 2008 y 2009 y estuvo asociada a un evento La Niña moderado. Es probable que el fenómeno llegue otra vez en septiembre y persista hasta mayo, según indican los modelos climáticos globales. Sin embargo, hay indicios de que no sería tan problemática para la región: existe una alta probabilidad de que el fenómeno de La Niña sea débil.

En el Centro de Estudios de Variabilidad y Cambio Climático (Cevarcam), perteneciente a la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), donde se estudian los fenómenos climáticos del sudeste de Sudamérica, afirman que se avecina un evento La Niña, pero que no será intensa. “Será suave. También existen probabilidades de que sea un evento neutro, es decir, las temperaturas de la superficie del mar que dan origen al fenómeno podrían ser normales al menos hasta fin de año, según indican los pronósticos. Los modelos indican que las precipitaciones podrían ser normales o un poco inferiores a lo normal, pero no necesariamente sequía”, indicó Leandro Sgroi, investigador del Cevarcam.

Para los investigadores, existe un marcado preconcepto sobre los eventos de El Niño y La Niña. “La gente entiende que si es El Niño, debe sacar el paraguas, y si es La Niña, tiene que prepararse para la sequía. Sin embargo, no es el único fenómeno que influye en nuestra región, ya que hay otros factores que pueden provocar lluvias superiores o inferiores a las normales, ocasionando inundaciones y sequías. Los indicadores muestran en la actualidad que hay valores de la temperatura de la superficie del mar por debajo de los normales, lo que marca el inicio de un evento La Niña”, continuó Sgroi.

Según recordó el investigador, los eventos La Niña se producen por la influencia de una región del Pacífico ecuatorial donde las temperaturas de la superficie del mar son menores a las normales, más frías. Este fenómeno influye sobre nuestra región con probabilidades de que haya menos lluvias. A la vez, en otras zonas de Sudamérica se produce el efecto contrario: Venezuela, Colombia y el norte de Brasil tienen eventos de mucha humedad. “Hay que tener en cuenta que hay otros factores que pueden modular el efecto de La Niña. Por ejemplo, las temperaturas de la superficie del mar en el Atlántico Norte tropical pueden amortiguar o potenciar los efectos de La Niña; y también existen factores locales, como la humedad del suelo", destacó Sgroi.

Además, explicó que no sólo existen eventos El Niño y La Niña sino también períodos neutros en donde las temperaturas de la superficie del mar del Océano Pacífico se mantienen normales.

Reservas

Miguel Lovino, también investigador del Cevarcam, sostuvo que es posible que la escasez de precipitaciones de la Niña no sea tan significativa. Es esperable, entonces, que los sectores productivos no se vean demasiado afectados. Las lluvias de principio de año, favorecidas por el fenómeno de El Niño, dejaron reservas de humedad del suelo. “Este año, la humedad que quedó en el suelo favoreció los períodos de siembra en la región. De todos modos, hay que destacar que el invierno fue más frío que lo normal, condición que se observa en períodos de transición El Niño/La Niña”, manifestó.

Por otro lado, afirmó que el El Niño y La Niña tienen un comportamiento periódico de entre dos y siete años y duran entre siete y nueve meses, aunque se pueden extender hasta por dos años. “Son fenómenos naturales y regulares que no están asociados al cambio climático antrópico. El cambio climático afectó la temperatura global del aire y los océanos. Particularmente en nuestra región se observaron aumentos de las lluvias y la temperatura a partir de 1970. Es posible que esos cambios regionales estén fuertemente influenciados por condiciones naturales de los océanos, aunque no es sencillo diferenciar sus causantes”, diferenció Lovino.

Modelos

También destacó que en el mundo existen varios modelos globales correspondientes a los centros climáticos más importantes y que otorgan información acerca de cómo se presentará La Niña en los próximos meses. “Todos los modelos tienen valores diferentes, pero establecen un consenso para las previsiones de la temperatura superficial del mar por seis u ocho meses. El consenso general de todos los modelos indica que hay alta probabilidad de desarrollo de una Niña de magnitud débil”, consideró Lovino.

Por último, los investigadores recomendaron a quienes tienen poder de decisión política que haya un intercambio con los centros de monitoreo regionales, ya que los pronósticos pueden variar. “Los sectores productivos tienen que tener información fehaciente para prever que puede haber una sequía, por lo cual deben estar informándose constantemente de cómo son las variaciones”, finalizó Lovino.

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