Emergencia hídrica

Modelos matemáticos para el pronóstico de las crecidas del río Salado

Jueves 28 de abril de 2016 / Actualizado el jueves 28 de abril de 2016

El Gobierno de la Provincia de Santa Fe utiliza desde 2006 modelos para pronosticar en tiempo real las crecidas del río Salado. Estas herramientas fueron desarrolladas por investigadores de la FICH.

Si hay algo que aflora en situaciones de emergencia hídrica, como la que actualmente atraviesa la región Litoral como consecuencia del fenómeno El Niño, es el nivel de preparación que posee la sociedad para afrontarla. Los sistemas de alerta hidrológica son herramientas fundamentales para la toma de decisiones en estas situaciones, ya que permiten disponer, con cierta anticipación, de información sobre la evolución de las crecidas de los ríos.

Al respecto, Jorge Collins y Gustavo Ferreira, docentes e investigadores de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), y Raúl Pedraza, decano de dicha unidad académica, destacaron que el Gobierno de la Provincia de Santa Fe opera modelos matemáticos para el pronóstico de las crecidas del río Salado, desarrollados por la Facultad y transferidos a la Provincia en el marco de un convenio de asistencia técnica.

“Después de la inundación de 2003, el gobierno provincial tomó la decisión de implementar sistemas de alerta hidrológica en la cuenca inferior del río Salado y en las cuencas de los arroyos Saladillo y Ludueña, en la zona sur de la provincia. Hasta ese momento, el sistema de monitoreo del río Salado era mínimo, debido –entre otras causas– a la reducción en la década de 1990 de la cantidad de estaciones hidrométricas instaladas por el Instituto Nacional del Agua en dicho río”, comentó Collins.

En el año 2006 se firmó un convenio entre el Gobierno de la Provincia de Santa Fe y la UNL, en cuyo marco la FICH implementó y calibró modelos matemáticos para el pronóstico de crecidas del río Salado en la Ruta Provincial Nº 70. “Esta sección del río se encuentra ubicada aguas arriba de la ciudad de Santa Fe, próxima a la localidad de Recreo, de manera que un pronóstico de niveles de agua o de caudales en esta zona con una cierta anticipación permite tomar las medidas correspondientes en caso de crecidas”, señaló Pedraza.

Desde entonces, estos modelos están operativos y comenzaron a utilizarse con buenos resultados. “Constituyen un componente del sistema de alerta,  junto a la red telemétrica de la cuenca inferior del río Salado, que el gobierno provincial opera desde hace 10 años y para cuyo funcionamiento se contó también con el asesoramiento de la FICH. Los modelos desarrollados por la Facultad han sido de mucha utilidad y han permitido obtener pronósticos satisfactorios, como por ejemplo el de la crecida del año 2014, cuando se puso a prueba por primera vez el tercer tramo de la defensa oeste, que incluye estaciones de bombeo y conductos de descarga por gravedad con compuertas. Asimismo, en estas últimas semanas, realizamos una evaluación general de los caudales y nos aproximamos al pico de 6.75 m con buena precisión, aún cuando la sección de pronóstico (Recreo) tuvo un fuerte efecto de remanso originado por la crecida del río Paraná”, subrayó Ferreira, quien también se desempeña como director general de Servicios Técnicos Específicos del Ministerio de Infraestructura y Transporte de la Provincia de Santa Fe. “La mejor manera de tranquilizar a la sociedad es contar con información y verificarla en el campo, y estos modelos han contribuido a ello”, agregó el funcionario.

Los modelos

Los modelos son de estructura simple, de tipo estadístico de regresión múltiple y permiten pronosticar en tiempo real alturas hidrométricas y caudales del río Salado en la Ruta Provincial Nº 70, con un aviso previo de uno a cuatro días. Utilizan como datos de entrada las alturas o caudales en estaciones hidrométricas ubicadas aguas arriba y aguas abajo de la Ruta Provincial Nº 70, correspondientes al tiempo actual y anteriores.

"Se desarrollaron dos grupos de modelos. Uno para crecidas generadas por aportes de afluentes y locales al sur de la Ruta Provincial Nº 2 (San Justo). Para estas crecidas se ajustaron modelos con plazos de pronóstico de uno a tres días. El otro grupo es para crecidas generalizadas, originadas por superposición de caudales significativos del sistema Aº Golondrinas/río Calchaquí más caudales generados por los afluentes y cuencas locales. Para estas crecidas se ajustaron modelos con plazos de pronóstico de uno a cuatro días", explicó Collins.

Al respecto, Pedraza añadió: “las crecidas generalizadas usualmente generan las situaciones más críticas en cuanto a caudales máximos a la salida de la cuenca, como ocurrió en las crecidas de 1914, 1973, 1977, 1998 y 2003".

Actualización

Los investigadores de la FICH coinciden en que, pese a su buen funcionamiento, los modelos de este tipo, basados en registros históricos, requieren una actualización permanente.

“Son muchos los cambios que se producen en una cuenca e influyen en los caudales y alturas hidrométricas de los ríos, como por ejemplo el uso del suelo, canalizaciones, ampliaciones de secciones de puentes, entre otros”, señaló Collins. “En 2007 se produjo una crecida local del río Salado; en el período 2008 a 2010 se registró la peor sequía en 70 años, y desde 2014 a este año ocurrieron tres picos importantes, siendo la de 2014 la cuarta crecida histórica. Esta información debería incorporarse a los modelos, así como los datos de otras estaciones de la red de medición que se sumaron en los últimos años”, agregó Ferreira.

“Lo recomendable es una actualización permanente de los modelos, en base a la información de niveles y de caudales que se está  generando en los últimos años. Para mitigar el riesgo hídrico es importante que la Provincia mantenga sus redes de medición y actualice sus modelos de pronóstico. La FICH ha contribuido en este sentido, con el mantenimiento de sus redes y con una herramienta de modelación útil para el pronóstico de crecidas, cumpliendo una de las misiones sustantivas de la Universidad, como lo es la transferencia de conocimiento para la solución de problemas del entorno socioproductivo”, concluyó Pedraza. 

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