Vinculación

Sobre la transferencia científico tecnológica y la innovación

Lunes 21 de octubre de 2019 / Actualizado el martes 22 de octubre de 2019

El 7mo Congreso de la Red Universidad Empresa ALCUE fue un espacio para la participación de múltiples voces. La vinculación tecnológica y las políticas de innovación fueron los principales ejes´.

El Séptimo Congreso Internacional de la Red Universidad-Empresa de América Latina, el Caribe y la Unión Europea (ALCUE) del cuál la Universidad Nacional del Litoral (UNL) dejó muchas reflexiones que valen la pena recuperar. Organizado conjuntamente entre la Red Universidad-Empresa ALCUE, la Universidad Nacional del Litoral (UNL), y la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL), reunió a lo largo de cuatro jornadas del 24 al 27 de septiembre a investigadores, emprendedores, gestores tecnológicos y expertos de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, con el propósito de debatir e intercambiar acerca de los impactos de la vinculación científico- tecnológica para la transformación social, sus alcances y desafíos. Compartimos aquí algunas reflexiones de expertos en el tema, que enriquecieron el debate del Séptimo Congreso de la Red Universidad Empresa. 

 

Resignificar el concepto de la transferencia

Acerca de la relación entre la vinculación tecnológica y la transformación social, Carlos Chávez Rodríguez, de la Pontificia Universidad Católica del Perú y presidente de la Red Universidad-Empresa ALCUE, propuso pensar en cómo llevar adelante la vinculación para que tenga el impacto social que se necesita en los países de América Latina.

Para ello, sugirió que ambos conceptos, tanto el de vinculación, como el de transformación social necesitan ser claramente adjetivados, ya que “ni la vinculación en sí y ni la transformación per se, conducen de modo espontaneo y natural al bienestar, la calidad de vida y al desarrollo que todos esperamos”.

Para Chávez Rodríguez hablar de vinculación desde la academia hacia el conjunto de la sociedad “implica entenderla como un proceso en el cual no solo la universidad transfiere conocimiento, sino que los integrantes de la comunidad científica y universitaria también nos apropiamos del conocimiento en ese proceso”. En ese sentido, propuso revisar el concepto de la transferencia y resignificarlo en términos de intercambio, de dialogo “más allá de que se haya asentado en el discurso cotidiano el término de la transferencia, refuerza las visiones de la academia con cierta pretensión hegemónica, pontificando el conocimiento científico, como el único que tiene validez, cuando en realidad, en esos procesos se ponen en cuestionamiento permanentemente nuestras visiones y son enriquecidas en las interacciones”.  Asimismo, considera importante interpelar “el sentido de transformación social al que se hace referencia y el rol de la academia, por cuanto se entiende como una vinculación exclusivamente con el sector productivo, con el propósito de generar riqueza, suponiendo que la riqueza se derramara de manera natural a la sociedad en su conjunto. Más aun con el tipo de desarrollo, en el cual la propia ciencia ha colaborado en desarrollar mecanismos productivos, tipos de intervención propios de la ciencia, que no hace más que perpetuar las diferencias, carencias o desigualdades. Entonces, le toca a la academia objetivar esas desigualdades, porque la transformación social tiene sentido desde el punto de vista de la propia institución universitaria, cuando genera bienestar para todos”.

Según sus palabras, en América Latina ya hace 100 años, un eco transformador mostró que la Academia tiene sentido cuando investiga, cuando forma y cuando tiene sentido de pertinencia con el entorno en el que se ubica. No tiene sentido hablar de universidad si no se combinan armónicamente todas las funciones universitarias, la relación de la universidad con el territorio y se atraviesa un proceso fundamental de legitimidad de la institución frente al conjunto de la sociedad. Entre sus ideas centrales se refirió al complejo conformado por la ciencia, la tecnología y la innovación, y sostuvo “no siempre entendemos lo mismo respecto a lo que estamos haciendo referencia con estos conceptos. Prefiero hablar de conocimiento y no de la ciencia, porque en el arte hay conocimiento y no hay ciencia, en los saberes de las poblaciones milenarias de América Latina también hay conocimiento. Le pediría más modestia a la academia para entender y extender esta realidad, para sistematizar, ordenar, contextualizar este conocimiento e identificar que cuando hablamos de ciencia, tecnología e innovación estamos hablando de todas las áreas del saber, de todas ellas articuladas que nos permiten apostar a la dimensión transformadora”.

Las políticas de ciencia, tecnología e innovación

Fernando Chaparro, director de Proyecto del Centro de Investigaciones para el Desarrollo, de la Universidad Nacional Colombia, ofreció una conferencia en la que invitó a reflexionar acerca de las políticas de ciencia, tecnología e innovación a través del tiempo, e introdujo en su exposición tres dimensiones de esta relación: “la primera la política pública, es decir una política de Estado para facilitar el desarrollo de un sector de la sociedad, la segunda estrechamente relacionada con esta, la dimensión global del ecosistema en ciencia, tecnología e innovación y como los países pueden cooperar internacionalmente en ese ecosistema”, explicó. Ambas dimensiones han estado presentes desde el inicio, la interna de desarrollo de capacidades y la externa, de cooperación internacional. “La tercera dimensión, y en la que más falencias han tenido nuestros países, se trata de la interacción entre la política de ciencia y tecnología y las políticas sectoriales, de desarrollo industrial, rural y ambiental. Allí es donde no hemos hecho un buen trabajo, perdiendo el impacto que buscábamos, ya que aun cuando se logren los desarrollos internos de capacidades en ciencia y tecnología, no tenemos el fin último que buscábamos, que es el impacto en la sociedad, es decir la innovación, teniendo allí las mayores debilidades”, explicó.

De acuerdo a Chaparro, la necesidad fundamental es fortalecer las capacidades endógenas, por cuanto, si no hay desarrollo de las propias capacidades en ciencia y tecnología, se termina por consumir conocimiento desarrollos científicos de otros países.

Entre sus principales reflexiones identificó como primer aspecto que aparece en esta relación de la ciencia y la tecnología, “la importancia de la interacción entre el sistema nacional de ciencia y tecnología con el sector productivo, la industria y por tanto su aporte a la productividad y a la competitividad de las empresas. Y a partir de los ’70 –un segundo aspecto- comienza a aparecer con más fuerza la relación no solo con la empresa, sino con la comunidad, por la problemática y el desafío de la sostenibilidad social.  Y, por último, el aspecto vinculado a la relación entre la política de ciencia y tecnología y la política macroeconómica”.

Por otra parte, advirtió las consecuencias de ritmo en el cambio científico tecnológico, “cada vez más acelerado”, que trae consigo una serie de desafíos para la humanidad. En tanto no existe revolución tecnológica posible sin efectos positivos y negativos, uno de los desafíos fundamentales de estas sociedades es “lograr una gestión adecuada de los efectos de las revoluciones científicas, tanto los positivos como los negativos, potenciar y aprovechar los primeros y gestionar para minimizar los efectos de los segundos”, explicó.

Con respecto a la evolución de las Universidades en relación con su papel en el desarrollo, comentó: “Las universidades de las décadas del 70 eran universidades básicamente de la docencia, aun siendo las mejores universidades de América Latina. Ya entrada la década del 80 y la del 90 ingresa con mucha fuerza la investigación a las academias y con ello, las universidades comienzan a fortalecer la tercera función misional: la investigación, y la extensión. Hacia el comienzo del nuevo siglo, las universidades juegan un papel crecientemente importante, que las llevan a liderar hoy procesos de innovación científica y tecnológica”.

 

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