Ranas y sapos

12Algunas ranas y sapos todavía pueden verse en los jardines, a la vera de la ruta o identificarse por su canto. Muchas otras pasan inadvertidas. Además de su valor para distinguir la biodiversidad de un lugar, estos animales sirven para controlar plagas e incluso generan en su piel productos de uso medicinal.

El sapo común (Rhinella arenarum), el sapo cururú (Rhinella schneideri), la rana criolla (Leptodactylus ocellatus) o el escuerzo (Ceratophrys cranwelli), son algunas de las especies más conocidas de sapos y ranas, pero hay muchas otras. En total son 36 las especies de anfibios anuros –como denominan los especialistas a los sapos y ranas sin cola– que se encuentran en la provincia de Santa Fe.
Algunos de estos anfibios son inconfundibles no por su imagen sino por su canto en las tardes y noches de más calor. Ese es el caso de las ranas maulladoras o lloronas del género Physalaemus.
Pero otras especies pasan gran parte de su vida enterradas o sobre plantas acuáticas, por lo que pasan inadvertidas.
Además de los anfibios anuros, en nuestra provincia se encuentra una sola especie de Gimnofionas, apodada “sin patas”.

Recorriendo Santa Fe – ficha 12

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