Muestra Abierta

“Manuscriptos Élgotas” en el MAC

Viernes 16 de marzo de 2018 / Actualizado el miércoles 18 de abril de 2018

Pinturas, objetos pictóricos y videoanimación construirán el universo de Eduardo Élgotas que se puede visitar en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de la UNL.

La obra del artista Eduardo Élgotas es parte del patrimonio del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad Nacional del Litoral. Se puede recorrer y conocer parte de esta obra en la muestra “Manuscriptos Élgotas”, que quedó inaugurada el 23 de marzo en la sede del Museo, Bv. Gálvez 1578.

Pinturas, objetos pictóricos y videoanimación constituyen el mundo expresivo del artista. La exposición cuenta con la curaduría de Stella Arber, directora del Museo, la colaboración especial de Miguel Benassi y la animación de Noelia Gerlo. La muestra se podrá visitar -hasta el 10 de junio de 2018-, en los horarios del museo: martes a viernes 9 a 13 y 16 a 20 y sábados y domingos 17 a 20. La entrada es libre y gratuita.

Territorios simbólicos

En relación a las obras que se van a exponer, Arber reflexionó: “Nos dejó fuertes cosmogonías donde subyacen antiguas y nuevas verdades, no ha escamoteado ni un punto, ni una línea en sus composiciones porque podría descompensar la verdadera construcción de su cosmos. Lo esencial y lo contingente pasan a coexistir sobre el escenario de acción propuesto, escenario que cambia a medida que las coordenadas nos van abriendo caminos para la interpretación”.

Con sus pinturas y objetos “Élgotas ha movilizado y ha gestado los más variados recursos de la pintura para hacer visibles, los discontinuos espacios de la realidad y de la imaginación, los sueños, sus deseos y hasta sus recuerdos. Esas agolpadas visiones encuentran en las superficies abarrotadas de sus obras, el lugar propicio para convivir armoniosamente o disponerse al combate”.

“Todo convive en una descripción que por momentos pone su anclaje en abstracciones informales,  pero por otros deriva en un lirismo poético, o en figuraciones expresionistas hasta  recalar en un mundo abiertamente simbólico, esto último prevalece en la gran mayoría de sus obras, en una amalgama de mundos míticos, donde mezcla lo remoto y el presente, en singulares y hasta herméticas interpretaciones visuales, que aborda también desde el surrealismo intelectual, pasando por el neobarroco americano, hasta un constructivismo tardío. Todas mixturas de vibraciones atemporales y cruces visuales, desde la frondosidad de las capas sobre capas,  para enfrentar las arenas del vacío y materializar sus creaciones”.

En su obra, “hay un profundo rescate de la herencia cultural y una recuperación de la memoria ancestral, sin apelar al folclorismo en su expresión. Sus obras nos remiten a las variables que ha determinado el vanguardismo europeo y que él ha tratado en una comunión de conceptos, demostrando una gran capacidad de estructurar escenas colectivas y contener el universo de su propio territorio en una completa vitalidad”, concluyó.

 

Mundo Élgotas

Dice Kazutaka Ishikawa: “…La organización en composiciones muy complejas, alternadas con escenas episódicas, le permitió desarrollar una cuasi-narrativa de fuerte carga social. Porque es el entorno sociopolítico el que influye y condiciona la evolución de la temática de Élgotas en su última y prolífica producción. En su sensibilidad, sentía en carne propia los acontecimientos que sacudían la Argentina y la ciudad, pero era incapaz de expresarlos literalmente, en forma panfletaria. Por eso recurrió a un lenguaje metafórico, pero lo suficientemente explícito como para que no se perdieran de vista sus preocupaciones…”

Alicia Galoppo, describe sus obras como “…Hieráticas y atemporales cartografías y vestigios figurativos de una civilización extinguida (¿o aún por venir?), las pinturas e íconos estatuarios de Eduardo Élgotas se inscriben sin embargo en la historia latinoamericana engarzadas al circuito dialógico que dejaron pendiente Joaquín Torres García y Fernando Espino en torno a similar rastreo simbólico de huella ritual”.                                                                                                              

En tanto, Nidia Maidana sostiene que “… sus series, sus personajes, y la particular manera de construir sus mundos… esa persistente, lenta ocupación del plano… y la migración hacia el espacio en objetos tan coherentes que parecen salirse de la pintura. Los personajes, las paletas cromáticas  los menudos pero bien definidos trazos…”

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