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A través de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (FCJS) y de su labor extensionista, los consultorios jurídicos gratuitos de la Universidad cumplen diez años de trabajo en distintos barrios de la ciudad.

Al tratarse de una propuesta de extensión, que se enmarca en el programa de Derechos Humanos de la UNL que tiene sede en la FCJS, todas las acciones siempre han sido emprendidas con el acompañamiento de instituciones públicas y privadas arraigadas en los barrios y espacios donde se llevan adelante los consultorios; y desde 2008 con el gobierno de la ciudad de Santa Fe como socio estratégico.

 Los consultorios surgen como un servicio destinado a asesorar legalmente y garantizar el acceso a la justicia a vecinos de distintos barrios de la ciudad. Actualmente existen nueve en Santa Fe y uno en la ciudad de Rincón, que atienden una vez por semana en vecinales, centros de salud, parroquias, asociaciones civiles y oficinas públicas.

Composición y alcance su accionar

Los consultorios están conformados por un grupo de abogados graduados (dos abogados por consultorio), docentes y estudiantes del último tramo de la carrera Abogacía y de la Licenciatura en Trabajo Social de la FCJS, quienes ofrecen a los vecinos, mediante el asesoramiento y la capacitación, una serie de herramientas con las cuales efectivizar sus derechos jurídicamente reconocidos, con el fin de fortalecer el ejercicio de la ciudadanía y promover el acceso a la justicia.

A su vez, se trabaja en el eje de alfabetización legal, con aquellas herramientas que en cada barrio resulten apropiadas conforme a la problemática e identidad del mismo, así, pueden ser talleres en escuelas, vecinales, micros radiales, información a través de las publicaciones barriales.

Los consultorios como escenario para la práctica profesional 

A partir del 2016, los consultorios jurídicos son escenarios de Práctica de Educación Experiencial para los estudiantes de la asignatura Práctica Profesional Final de la Carrera de Abogacía, y centro de práctica para los estudiantes de Trabajo Social.

Desde el comienzo, los objetivos buscados se orientaban a fortalecer las relaciones de la Universidad con la comunidad y especialmente a colaborar en el empoderamiento legal de las personas o grupos en condición de vulnerabilidad, con la mirada del aprendizaje-servicio que siempre apuntó al fortalecimiento de la autonomía de las personas.

La secretaria de Extensión y Cultura de la FCJS, María Lucila Reyna explica que “los objetivos fueron mutando a partir de que se adquirió experiencia. Hoy los objetivos están puesto en tener una relación estrecha con las instituciones que prestan el servicio de justicia, por eso venimos haciendo hace varios años la Mesa de Acceso a la Justicia tratando de articular entre todos. Nosotros como consultorios jurídicos no podemos resolver los problemas de la gente, si no que tenemos que articular con las instituciones del Estado que sí lo deben hacer. Tratamos de tener un diálogo más fluido, hoy por hoy tenemos la posibilidad de trabajar con el Centro de Acceso a la Justicia de la Nación (CAJ), y éste tiene la potestad de poder patrocinar los casos”.

“Los casos más frecuentes son los de familia (alimentos, reconocimiento paterno-filial, sucesiones, etc.), y de violencia domestica y de género. La mayoría de los casos están vinculados con la vida familiar de las personas y algunas problemáticas entre vecinos. Lo que estamos tratando de hacer ahora es incorporar la mediación comunitaria en los consultorios, para acercar a las partes y que entre ellos resuelven los conflictos, para no instar a la justicia en casos que pueden solucionados con el diálogo”, amplía Reyna. 

La experiencia en primera persona

Ana Laura Garzón, tiene 32 años y es abogada. Actualmente, participa en el consultorio jurídico de Las Lomas, pero anteriormente también se desempeñó en otros consultorios, en los barrios Chalet y Acería.

“El consultorio además del asesoramiento que podamos brindar, también constituye un espacio de diálogo, de acercamiento con el vecino, con los referentes barriales y con el barrio en general. Se intenta conocer cuáles son las dificultades, problemas y necesidades que afrontan diariamente las personas que viven allí, a los fines de articular diversas actividades para abordar esas temáticas”, señala Ana Laura.

“La participación en los consultorios jurídicos me ha enseñado muchas cosas. Lo que más destaco es el aprender a escuchar, que es más que oír. Escuchar en el sentido más amplio del término. Tiene que ver con interpretar lo que el otro está diciendo, con involucrarse con el relato, con empatizar con el consultante para saber qué es lo que quiere preguntar, y muchas veces no puede hacerlo porque no sabe el cómo o le da vergüenza. Otra cosa muy importante es el trabajo en equipo. Los consultorios no podrían funcionar y sostenerse en el tiempo sin la ayuda, colaboración y trabajo de un innumerable grupo de personas que aportan su tiempo para que este proyecto crezca y avance día a día”, concluye. 

Para conocer los días, horarios y lugares donde actualmente se encuentran los Consultorios Jurídicos ingresar AQUÍ.