El arte y la denuncia a la intolerancia

Vimos que el arte no se limita a la producción ornamental, sino que constituye una forma de pensamiento crítico que se proyecta a diversas áreas del conocimiento y la vida social y cultural. En ese sentido es arte es una práctica de compromiso intelectual y también político, en tanto que reconoce al otro y responde a sus problemas.

Los casos que siguen hablan de esos modos de compromiso y las posturas que toma la reflexión artística para comprometerse con diversos problemas sociales.

En la mañana del jueves 11 de marzo de 2004 se produjo un atentado llevado a cabo por una célula de terroristas yihadistas en cuatro trenes en Madrid. Se produjeron 10 explosiones casi simultáneas en horas pico de la mañana, cuyo resultado fueron 193 muertos y 1858 heridos.

En respuesta a esta tragedia conocida mundialmente como 11M, el grupo musical español La Oreja de Van Gogh escribió “Jueves”, un tema musical que denuncia la intolerancia siguiendo el relato de una historia de amor inconclusa por el atentado. Te pedimos que prestes especial atención a su letra, y especialmente a la idea que atraviesa toda la canción, donde se postula que las vidas privadas (incluso las historias de amor) no están ajenas a la coyuntura política, en la cual se traman.

A finales de junio de 2012 Pedro Reyes, un artista mexicano, ofreció la performance Imagine. Se trató de un concierto realizado con más de 40 instrumentos musicales, fabricados con 6.700 armas confiscadas por la Secretaría de Defensa Nacional de México y cedidas al artista. En la fabricación trabajaron siete músicos y dos herreros, transformando ametralladoras, rifles y escopetas en guitarras, bajos y flautas…

EL PAIS. Sonia Corona. “Este fusil no es un arma y toca música”

La Primavera Árabe es una serie de alzamientos populares en los países árabes que comenzó entre octubre de 2010 (Sahara Occidental) y diciembre del mismo año con la revolución tunecina, y se extiende hasta la actualidad. Estas revueltas no tienen antecedentes en el mundo árabe, si bien hubo numerosas revoluciones laicas y republicanas, éstas se caracterizaban por iniciarse con golpes de Estado militares y se continuaban con gobiernos autoritarios con o sin apoyo popular. Estos levantamientos actuales consisten en un reclamo democrático y piden una mejora sustancial de las condiciones de vida.

En este alzamiento las redes sociales tuvieron cierto protagonismo, donde la rápida comunicación a través de la web sirvió a la espontaneidad en su organización. En el caso de Egipto, la web fue tan importante que fue prohibida por el gobierno junto a los celulares. En este marco, se inició en 2011 la Guerra Civil Siria, con algunas protestas pacíficas en contra del gobierno y el presidente Bashar al-Asad. La represión violenta de las manifestaciones provocó que una parte de la sociedad civil y sectores del ejército se alzaran en armas, dejando casi 210.000 muertos hasta la actualidad, lo que la convierte en la guerra más grande de la última década, la crisis humanitaria más brutal del Siglo XXI y el conflicto más sangriento de La Primavera Árabe.

El artista Samuel Aranda retrató el padecimiento de este conflicto en su trabajo fotográfico: La Piedad en la Primavera árabe.

En agosto de 2015 asistimos a la viralización de las fotografías de Aylan Kurdi, el niño sirio de tres años que se ahogó intentando escapar de su familia y fue encontrado en una playa de Turquía. Sobre ese tema, Cora Garmanik escribió para la Revista Anfibia: “Podría ser el hijo de cualquier europeo“…

Diario UNO: “Refugiados, la otra cara

 

Para este último ítem proponemos un problema.

¿Por qué fue atacada la obra Dirty corner del artista Anish Kapoor?

La Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana, conocida como la ‘Ley Mordaza’, se aprobó en España el 26 de marzo de 2015. Esta Ley sanciona, entre otras manifestaciones, aquellas que se celebren ante el Congreso, el Senado, los parlamentos autonómicos o los altos tribunales, aunque no tengan actividad. Esta acción está tipificada como una falta grave.

Se cuestionó ante el Consejo de Europa la legalidad de la Ley. Se denunció el carácter antidemocrático del texto escrito por el Partido Popular y sin el consenso de la oposición parlamentaria: «La ‘ley mordaza’ contraviene todas las resoluciones internacionales sobre los derechos de reunión y manifestación». Se presentó además un recurso de inconstitucionalidad ya que consideraba que la norma vulnera una docena de artículos de la Constitución. Los derechos afectados, según el recurso, son fundamentalmente los de tutela judicial efectiva, manifestación, reunión y expresión. Para un importante sector de la política española, esta Ley significa «un paso atrás en la división de poderes» que sea el Gobierno y no los jueces los que decidan multar a los manifestantes y a la oposición política. Por su parte el Ministro del Interior e impulsor de la ley, ha defendido que esta legislación «respeta los derechos fundamentales» y tiene como misión «proteger a los ciudadanos y a su seguridad (…) Consigue un equilibrio adecuado entre libertad y seguridad».

 

Algunas de las faltas que multa la Ley son…
– Manifestaciones no comunicadas o prohibidas ante infraestructuras críticas, como el Congreso de los Diputados.
– Celebrar espectáculos públicos quebrantando la prohibición ordenada por la autoridad correspondiente por razones de seguridad pública.
– Perturbar la seguridad ciudadana en actos públicos, espectáculos deportivos o culturales, solemnidades y oficios religiosos u otras reuniones a las que asistan numerosas personas.
– La alteración grave de la seguridad ciudadana en manifestaciones frente al Congreso, el Senado y asambleas autonómicas aunque no estuvieran reunidas.
– Causar desórdenes en la calle u obstaculizarla con barricadas.
– Impedir a cualquier autoridad el ejercicio legítimo de sus funciones en el cumplimiento de resoluciones administrativas o judiciales, como, por ejemplo, la ejecución de desahucios.
– La desobediencia o la resistencia a la autoridad así como la negativa a identificarse a requerimiento de la autoridad o de sus agentes.
– El uso no autorizado de imágenes o datos personales o profesionales de autoridades o miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que pueda poner en peligro la seguridad personal o familiar de los agentes, de las instalaciones protegidas o en riesgo el éxito de una operación, con respeto al derecho fundamental a la información.
– Las faltas de respeto y consideración a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el ejercicio de sus funciones de protección de la seguridad.
– Venta ambulante.
– Causar daños a bienes muebles o inmuebles de uso público o privados que estén en la vía pública.

Ante esto, ¿por qué protestan hologramas?

La fotografía de Aylan Kurdi, un niño sirio de tres años muerto en una playa de Turquía cuando con su familia trataba de cruzar el Mar Mediterráneo para emigrar a Europa, conmovió al mundo entero. Y sirvió para que varios países europeos ampliaran su cuota de refugiados —no todos, desde luego— y la opinión pública internacional tomara conciencia de la magnitud del problema que representan los cientos de miles, acaso millones, de familias que tratan de escapar del África y de Medio Oriente hacia el mundo occidental donde, creen, encontrarán trabajo, seguridad y, en pocas palabras, la vida digna y decente que sus países no pueden darles.

En su pieza Flight from the City [«Vuelo sobre la ciudad»], el músico Jóhann Jóhannsson rindió un homenaje a las familias desamparadas por sus pueblos, a los miles de emigrantes no recibidos por los países de destino, a los niños que nunca llegarán a un hogar.

La pregunta que podemos formularnos es ¿qué se narra con los movimientos de los cuerpos, con qué fines se desarrolla esta pieza musical? ¿Es sólo alegórica o plantea otros problemas?

Uno de los aportes más importantes del proyecto artístico de Ai Weiwei (China, 1957) se centra en interpretar las problemáticas sociales contemporáneas a través de formas artísticas pertenecientes a sociedades o culturas de la antigüedad. En una de – sus obras – Oddysey (2017)- el artista combina la estética greco-latina de textos clásicos como La Ilíada o La Odisea para narrar la crisis de los refugiados en los mares del sur de Europa. Algo que parecería no importar por lo mitológico o meramente ornamental (la obra está hecha para colocarse como papel tapiz) termina actualizando sentidos contemporáneos y, si prestamos atención, muy cercanos a nosotros.

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