La tecnología como creación colectiva

La tecnología no es, necesariamente, el resultado de un trabajo solitario. Incluso actualmente los dispositivos y procedimientos de muchos desarrollos tecnológicos son el resultado de la conjunción de ideas y funciones diversas. Es lo que llamamos “tecnologías integradas”: un dispositivo que tiene funciones que en otros momentos de la historia eran realizados por varios aparatos. Tu celular por ejemplo, o tu PC.

En el campo de los desarrollos tecnológicos es donde más visible se vuelve la interacción de tecnologías previas, y sus creadores son obviamente equipos complejos de personas con idiosincrasias diversas.

Alan Turing fue un matemático inglés a quien le debemos la noción de la inteligencia artificial. Gracias a esta idea y a su desarrollo es que actualmente podemos contar con una de sus materializaciones en nuestra vida cotidiana: la computadora. El film The imitation Game (2015) narra algunos pasajes de su biografía, y se detiene en uno de sus primeros logros al participar en el proyecto de desencriptar la máquina Enigma. En este film se reflexiona sobre el poder de la información, sobre la importancia de la transformación de una idea en un dispositivo, sobre el trabajo colaborativo y los planteos éticos que implican materializar una idea que afecta a miles de personas.

El arte y la tecnología se parecen en algo: retoman dispositivos y saberes preexistentes y con ellos crean objetos nuevos y perspectivas innovadoras. The Creators Project es un equipo de tecnólogos y artistas que experimentan con nuevos instrumentos y lenguajes para desarrollar piezas artísticas y diseños, con la función de abrir nuevos horizontes en la producción creativa. Sus experiencias son actualmente incorporadas al cine, que es el arte que más innovaciones demanda por su lugar en la industria del espectáculo. Sin embargo muchas creaciones, como la que veremos a continuación, no tienen aún una aplicación práctica. Sólo muestran un rumbo de lo que puede crearse colectivamente con las tecnologías disponibles.

En ocasiones los desarrollos tecnológicos se proyectan a la recuperación de la memoria, y con ello cumplen un papel importante en términos culturales y políticos, porque permiten hacer visible a sectores postergados y olvidados por la historia. Es el caso de Tonolec (Charo Bogarín y Diego Pérez), quienes gracias a la la investigación histórica y a las tecnologías disponibles en el ámbito musical, reversionan canciones de la comunidad Q’om que no contaban con registros sonoros. Esta experiencia permite que la tecnología sea operativa para la reconstrucción cultural, y que el arte pueda arrancarle algo al olvido.