LA IMPORTANCIA DE PRESERVAR EL PATRIMONIO
Marta Elena Samatan, era una mujer temperamental que compartió momentos importantes de la vida universitaria reformista del litoral. Historia recuperada gracias a la Profesora Delia Travadelo, quien
dono los distintos documentos que nos permitieron evocar e hilvanar sucesos.

Las ideas, luchas y acciones de Marta forman parte del patrimonio universitario, que aunque no lo veamos existe y constituye nuestra identidad. Siendo una figura visible en la vida pública del siglo XX, luchó apasionadamente por el crecimiento moral, intelectual y político de nuestro medio, por los derechos laborales de los docentes y de las mujeres, aportando una obra educativa sólida y ejemplo personal de las más elevadas virtudes cívicas.

Su labor fue amplia y fecunda, ligada a las alternativas de la defensa de la universidad reformista, que ensombreció con cesantías o cárcel muchos de sus días.

MARTA SAMATAN FUE UN CLARO REFERENTE DE LA CULTURA DEL SIGLO XX EN NUESTRA REGIÓN.

Maestra, abogada, extensionista, escritora, reformista.
Es difícil construir una línea de tiempo con la vida de Marta Elena Samatan debido a que sus aportes a la sociedad santafesina y a nuestra universidad se entrelazan y superponen en el tiempo.
Marta nació en Chile en 1901, poseedora de una mente lúcida y una envidiable serenidad, se mantuvo activa intelectualmente hasta el final de sus días, el 27 de julio de 1981, donde fallece en la ciudad Santa Fe.
Siendo pequeña llegó desde Chile en el año 1905 y junto a su familia se instaló en Santa Fe, donde era una época de hombres y mujeres con espíritu democrático, con mentalidad nueva, abiertos a todas las ideologías y todos los pensamientos.

Compartían la idea de crear instituciones educativas laicas y gratuitas, sobre la base de los principios de la ley 1420, para todos los jóvenes sin discriminación por riqueza, origen o credo, en todos los niveles, incluyendo la educación superior.
En Marta el amor a la libertad y la justicia tonificaron su temperamento. La enseñanza en distintos niveles, la situación de la mujer y de la niñez de su época, los múltiples problemas de la cultura, acentuaron sus luchas por la libertad de pensamiento, la defensa de las causas cívicas y la transformación de la educación; los que la animo a intentar con un grupo de mujeres de la ciudad lograr el reconocimiento de género, antes de 1947.

La recordamos joven, estudiante, maestra, gremialista, graduada en años donde las libertades públicas que se podía permitir una mujer eran escasas. Marta fue una de las primeras que se atrevió a jugar públicamente al tenis, en esa época solamente lo podía hacer con sus hermanos.

Como escritora su posición sobre las problemáticas de género aparecen en sus novelas “El Ocaso” y “Penumbras”, sus historias nos hablan de mujeres que sobreviven en un medio familiar opresivo y mezquino, del cual no pueden desprenderse.

Obtuvo el título de abogada y se incorporó a la universidad reformista, “recuperamos memoria” en su hacer como graduada de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales y su presencia en la Dirección de la Biblioteca.

Participó activamente en las políticas reformistas delineadas por los rectores Josué Gollan y Cortes Plá en el tema de extensión universitaria, instrumentadas por el Instituto Social, y obtuvo su nombramiento en el Departamento de Extensión Universitaria donde se desempeñó, difundiendo principios sobre educación y los derechos de la mujer con su “mirada extensionista” con sus novedosas iniciativas en
el Departamento Pedagogía Universitaria.

.Dirección del Museo Histórico UNL (9 julio 2150).