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Expertos de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) trabajan juntos en el procesamiento de la información del radar meteorológico ubicado en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Paraná. Las instituciones formalizaron su vínculo a través de un convenio que firmaron el rector de la UNL, Albor Cantard, y el director general del SMN, Héctor Ciappesoni.
“Se inicia un proceso de fecundo trabajo en el que las instituciones podamos desarrollar las líneas de investigación que posibiliten el mayor aprovechamiento de este instrumento. Pero también pensando en un futuro, poder brindar los resultados al conjunto de la sociedad para que sirva como un elemento más para prevenir situaciones que, lamentablemente, a la ciudad de Santa Fe ya le ha tocado vivir”, comentó Cantard.
“La idea es seguir creciendo y generar una red de radares con el fin de, primero, proteger la vida humana y luego, atacar el problema de la precipitación en el suelo”, aseguró Ciapppesoni.

Área de vacancia
Además, estuvieron presentes en el acto investigadores y autoridades de la UNL, representantes del INTA, del gobierno de la provincia de Santa Fe y de la municipalidad de la ciudad de Santa Fe. Todos coincidieron en que la observación meteorológica es un área de vacancia tanto científica como operativa. Esto es particularmente crítico en estos momentos en que se está produciendo un aumento en la frecuencia de los fenómenos y anomalías extremas que nos están afectando y nos van a afectar en las décadas próximas.
A partir de la puesta en funcionamiento del radar meteorológico de INTA Paraná, queda cubierto tanto el sur como el centro de la provincia de Santa Fe y todo el territorio entrerriano.

¿Cómo predecir?
Los radares funcionan con una tecnología similar a la que podemos encontrar en una cocina: las microondas. Este tipo particular de onda viaja en forma recta por la atmósfera y rebota en el objeto –como las gotas, por ejemplo- permitiendo medir su distancia, altitud y velocidad.
El radar obtiene datos de reflectividad distribuidos espacialmente, que deben procesarse para convertirse en datos de lluvia. El trabajo de predicción consiste en el tratamiento estadístico de las imágenes, ya sean de radar o de satélite.