Ciencia y Técnica
Analizarán la prevalencia de hidatidosis en la región
Lunes 1 de septiembre de 2003
La enfermedad, que transmite el perro al hombre, tiene fuerte impacto en la salud pública. Para prevenirla hacen falta buenas prácticas de higiene. Y también políticas públicas tendientes a controlar el contagio en animales. El tema se analizará en las Jornada
Es cada vez más alta la prevalencia de hidatidosis en la provincia de Santa Fe, según adelantaron organizadores de las Jornadas Nacionales y Segundas Jornadas Provinciales de Hidatidosis que se desarrollarán el 4 y 5 de setiembre en la Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
En la oportunidad se discutirán resultados de distintas investigaciones, a cargo de expertos de todo el país, quienes analizarán el actual escenario que presenta la equinococcosis – hidatidosis, una zoonosis parasitaria que tiene fuerte impacto en salud pública, sanidad animal y sobre la calidad de vida de pobladores de áreas endémicas.
“La enfermedad produce lesiones orgánicas en las personas y animales con contaminación biológica del ambiente”, explicó la veterinaria Viviana Orcellet, docente e investigadora del tema en la FCV. Según la especialista, “la echinococcosis es de distribución cosmopolita y endémica en varias regiones de América Latina, en las cuales la prevalencia en perros, quienes actúan como hospedadores definitivos, varía del 15 a 75 por ciento”.
La hidatidosis es una enfermedad que el perro puede transmitir al hombre, con consecuencias graves para nuestra salud. En las personas, ocasiona quistes de gran tamaño principalmente en hígado y pulmón (llamados quistes hidatídicos), que pueden ser tratados mediante tratamiento médico o quirúrgico, dependiendo de la localización y el tamaño del quiste.
Las infecciones –de acuerdo con datos de la profesional- son diagnosticadas en un amplio rango etario, aunque más frecuentemente en personas entre los 5 y 50 años. En este sentido, “un estudio realizado en 114 pacientes en la localidad de Curuzú- Cuatiá, provincia de Corrientes, arrojó que el porcentaje mayor de distribución de la infección fue entre los 10 y 50 años de edad”, indicó.
El hombre se contagia fácilmente, sólo con entrar en contacto con dichos huevos microscópicos (contacto con el perro, al ingerir hortalizas crudas y agua contaminada). Por su parte, el ganado (ovino, caprino, bovino y suino) se enferma al comer pasturas o aguas con huevos embrionados de Echinococcus granulosus (agente causante de la hidatidosis). Cada huevo de Echinococcus granulosus ingerido por el hombre o por un animal, lleva en su interior un embrión que atraviesa la pared intestinal, pasa a la circulación y se aloja en un órgano (hígado, pulmón, riñón, etc.) desarrollando allí una hidátide.
”La hidatidosis o echinococcosis quística es una enfermedad parasitaria producida por la forma larvaria o metacestode del género Echinococcus, parásito que origina quistes de ubicación predominantemente visceral“, explicó Orcellet y agregó que “la echinococcosis está incluida dentro de las zoonosis donde el agente infeccioso pasa por más de una especie de hospedador vertebrado sin participación de un intermediario invertebrado”, lo que implica que el contagio del animal al hombre puede ser corriente si no se toman las medidas preventivas adecuadas.
En el ciclo de la enfermedad participan hospedadores intermediarios no humanos, como ovejas, vacas, cabras y cerdos, quienes desarrollan la fase larvaria llamada quiste hidatídico. El hospedador definitivo se infecta al ingerir vísceras del hospedador intermediario infectado, las que contienen protoescólices que se desarrollan al estadio adulto en el intestino delgado, cerrando el ciclo biológico.
Específicamente, se denomina hidatidosis a la infección por el estadio larval en el hombre, y las características de la enfermedad “dependen fundamentalmente del estado biológico de la hidátide: generalmente el desarrollo del quiste es siempre lento y la signo – sintomatología aparece después de muchos años”, indicó la profesional.
En este sentido, agregó que “la respuesta de los tejidos vecinos al quiste difiere según se trate de una vesícula sana, complicada o no viable. Cuando la hidátide está sana, el hospedador y el parásito viven en simbiosis y el estado de enfermedad tiene su mínima expresión. En numerosos pacientes con hidatidosis asintomática, los quistes se pueden detectar al realizar estudios por otras enfermedades”.
“La imposibilidad de erradicar la enfermedad aún aplicando la desparasitación de perros durante períodos prolongados (entre 1980-1996 en la provincia de Río Negro), podría deberse a la discontinuidad de los programas de control por la falta de recursos económicos que aseguren la cantidad de personal y de insumos necesarios para que sea efectivo”, analizó Orcellet.
“Otra causa –agregó- es la disponibilidad, en zonas rurales, de las vísceras del animal recién faenado como único alimento para los perros: los dueños se las suministran crudas debido a la imposibilidad de hervirlas por falta de recursos mínimos, como electricidad, leña o gas. Justamente en estas zonas es más difícil implementar correctamente los programas de desparasitación, ya sea por la falta de agentes sanitarios o por la inaccesibilidad propia de la zona rural”, finalizó.
Además,existen hábitos de higiene domésticos que son útiles para prevenir el contagio en el hombre:
Á‚· Desparasite a su perro, siguiendo las indicaciones de su veterinario;
Á‚· Evite que su perro coma vísceras crudas. Si lo alimenta con este tipo de comida, hiérvala siempre, al menos durante 30 minutos.
Á‚· No deje que su perro vagabundee por vertederos de basura ni por huertas.
Á‚· Lávese siempre las manos con agua y jabón, siempre antes de ingerir o manipular alimentos y después de acariciar a su perro.
Á‚· Lave bien frutas y verduras con agua potable, porque pueden estar contaminadas.
En la oportunidad se discutirán resultados de distintas investigaciones, a cargo de expertos de todo el país, quienes analizarán el actual escenario que presenta la equinococcosis – hidatidosis, una zoonosis parasitaria que tiene fuerte impacto en salud pública, sanidad animal y sobre la calidad de vida de pobladores de áreas endémicas.
“La enfermedad produce lesiones orgánicas en las personas y animales con contaminación biológica del ambiente”, explicó la veterinaria Viviana Orcellet, docente e investigadora del tema en la FCV. Según la especialista, “la echinococcosis es de distribución cosmopolita y endémica en varias regiones de América Latina, en las cuales la prevalencia en perros, quienes actúan como hospedadores definitivos, varía del 15 a 75 por ciento”.
La hidatidosis es una enfermedad que el perro puede transmitir al hombre, con consecuencias graves para nuestra salud. En las personas, ocasiona quistes de gran tamaño principalmente en hígado y pulmón (llamados quistes hidatídicos), que pueden ser tratados mediante tratamiento médico o quirúrgico, dependiendo de la localización y el tamaño del quiste.
Las infecciones –de acuerdo con datos de la profesional- son diagnosticadas en un amplio rango etario, aunque más frecuentemente en personas entre los 5 y 50 años. En este sentido, “un estudio realizado en 114 pacientes en la localidad de Curuzú- Cuatiá, provincia de Corrientes, arrojó que el porcentaje mayor de distribución de la infección fue entre los 10 y 50 años de edad”, indicó.
En qué consiste la enfermedad
El ciclo biológico de la enfermedad hidática es cerrado: del perro a los ovinos, caprinos, bovinos y suinos; de los ovinos, bovinos y suinos al perro, y de éste al hombre. El ejemplo: un perro come achuras o vísceras crudas, que contienen quistes hidáticos. Semanas más tarde, cada embrión contenido en esos quistes se ha transformado en una tenia adulta, madura, que mide aproximadamente de 4 a 7 milímetros de largo, y se localiza en el intestino delgado. Al defecar, el perro expulsa el último segmento de la tenia, que tiene en su interior aproximadamente 800 huevos microscópicos. Estos huevos, al salir, contaminan el suelo, el pasto, las verduras, al agua, bebederos, el hocico y el pelo del perro.El hombre se contagia fácilmente, sólo con entrar en contacto con dichos huevos microscópicos (contacto con el perro, al ingerir hortalizas crudas y agua contaminada). Por su parte, el ganado (ovino, caprino, bovino y suino) se enferma al comer pasturas o aguas con huevos embrionados de Echinococcus granulosus (agente causante de la hidatidosis). Cada huevo de Echinococcus granulosus ingerido por el hombre o por un animal, lleva en su interior un embrión que atraviesa la pared intestinal, pasa a la circulación y se aloja en un órgano (hígado, pulmón, riñón, etc.) desarrollando allí una hidátide.
”La hidatidosis o echinococcosis quística es una enfermedad parasitaria producida por la forma larvaria o metacestode del género Echinococcus, parásito que origina quistes de ubicación predominantemente visceral“, explicó Orcellet y agregó que “la echinococcosis está incluida dentro de las zoonosis donde el agente infeccioso pasa por más de una especie de hospedador vertebrado sin participación de un intermediario invertebrado”, lo que implica que el contagio del animal al hombre puede ser corriente si no se toman las medidas preventivas adecuadas.
En el ciclo de la enfermedad participan hospedadores intermediarios no humanos, como ovejas, vacas, cabras y cerdos, quienes desarrollan la fase larvaria llamada quiste hidatídico. El hospedador definitivo se infecta al ingerir vísceras del hospedador intermediario infectado, las que contienen protoescólices que se desarrollan al estadio adulto en el intestino delgado, cerrando el ciclo biológico.
Específicamente, se denomina hidatidosis a la infección por el estadio larval en el hombre, y las características de la enfermedad “dependen fundamentalmente del estado biológico de la hidátide: generalmente el desarrollo del quiste es siempre lento y la signo – sintomatología aparece después de muchos años”, indicó la profesional.
En este sentido, agregó que “la respuesta de los tejidos vecinos al quiste difiere según se trate de una vesícula sana, complicada o no viable. Cuando la hidátide está sana, el hospedador y el parásito viven en simbiosis y el estado de enfermedad tiene su mínima expresión. En numerosos pacientes con hidatidosis asintomática, los quistes se pueden detectar al realizar estudios por otras enfermedades”.
La necesidad de la prevención
Recién en 1999 se determinó en la Argentina la existencia de cuatro cepas de E. granulosus mediante técnicas moleculares. Esas cepas fueron encontradas en oveja, oveja de Tasmania, camello y cerdo. Desde entonces, la enfermedad no ha podido erradicarse.“La imposibilidad de erradicar la enfermedad aún aplicando la desparasitación de perros durante períodos prolongados (entre 1980-1996 en la provincia de Río Negro), podría deberse a la discontinuidad de los programas de control por la falta de recursos económicos que aseguren la cantidad de personal y de insumos necesarios para que sea efectivo”, analizó Orcellet.
“Otra causa –agregó- es la disponibilidad, en zonas rurales, de las vísceras del animal recién faenado como único alimento para los perros: los dueños se las suministran crudas debido a la imposibilidad de hervirlas por falta de recursos mínimos, como electricidad, leña o gas. Justamente en estas zonas es más difícil implementar correctamente los programas de desparasitación, ya sea por la falta de agentes sanitarios o por la inaccesibilidad propia de la zona rural”, finalizó.
Además,existen hábitos de higiene domésticos que son útiles para prevenir el contagio en el hombre:
Á‚· Desparasite a su perro, siguiendo las indicaciones de su veterinario;
Á‚· Evite que su perro coma vísceras crudas. Si lo alimenta con este tipo de comida, hiérvala siempre, al menos durante 30 minutos.
Á‚· No deje que su perro vagabundee por vertederos de basura ni por huertas.
Á‚· Lávese siempre las manos con agua y jabón, siempre antes de ingerir o manipular alimentos y después de acariciar a su perro.
Á‚· Lave bien frutas y verduras con agua potable, porque pueden estar contaminadas.