Vinculación

Capacitan sobre la actualidad de las importaciones Argentinas

Martes 3 de junio de 2014 / Actualizado el martes 3 de junio de 2014

Ante la realidad de las importaciones argentinas la UNL generó una capacitación sobre las herramientas disponibles para afrontar las exigencias gubernamentales. Fue dictada por Diego Dumont, en el marco del Ciclo de Jornadas de Inserción Laboral.

En el marco de la aplicación de la normativa para las importaciones, aplicadas desde la implementación de la Declaración Jurada Anticipada de Importación (DJAI), la Universidad Nacional del Litoral generó un espacio de formación para empresarios, profesionales y estudiantes. La capacitación fue desarrollada por Diego Dumont, Contador Público Nacional egresado de la UNL, Despachante de Aduana y Especialista en Operaciones de Comercio Exterior. Este profesional trabaja en el estudio contable aduanero DMF Comercial, donde realiza asesoramiento a empresas locales desde hace más de 10 años. La actividad se llevó a cabo en el marco del Ciclo de Jornadas de Inserción Laboral y herramientas para el desarrollo profesional, organizadas por los Programas Universidad Trabajo y Padrinos.
La normativa, implementada por la Resolución general 3252/12, de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), obliga a realizar una declaración jurada DJAI como requisito para poder ingresar mercaderías desde el exterior, sean ellas bienes terminados para consumo o insumos para la industria. Esta declaración jurada se implementa desde febrero del 2012, a través de un formulario que debe ser completado antes de iniciar una importación. En el mismo deben declararse, entre otros datos, información sobre el estado y características de la mercadería, el tipo y cantidad de unidades, el origen, la fecha probable de embarque y de llegada al país. Una vez realizada la declaración puede ser salida (cuando fue aprobada), observada, cancelada o anulada. Si la misma fue aprobada el importador tiene 180 días para ingresar la mercadería y realizar el pago al exterior.
En caso contrario hay algunas herramientas que se pueden aplicar para resolver la situación.
Esta normativa se aplicó con el principal objetivo de evitar la fuga de divisas y mantener el superávit comercial de Argentina (exportaciones menos importaciones). Tal como explicó Dumont, “la DJAI debe realizarse para el 100 % del universo de mercaderías que se importan. Sin embargo hay cuatro sectores que son los que principalmente utilizan las reservas de país. Uno es el turismo, que ha mermado a raíz del dólar tarjeta con una percepción impositiva que es del 35%; después están las autopartes para el mercado automotriz; el sector de ensamblado de electrónica que está en Tierra del Fuego y finalmente lo que es energía, el grave problema estructural que tenemos en Argentina. Entonces para mejorar la balanza comercial el Estado Argentino optó por una estrategia de bajar las importaciones y no tanto por incentivar las exportaciones, que es la otra parte de la balanza. A partir de ahí se complican las importaciones y empiezan a exigirse todo tipo de medidas por parte del Estado”.

Herramientas disponibles
Una de las estrategias posibles que pueden implementar las empresas ante la necesidad de importar algún tipo de producto puede ser el financiamiento externo “que el proveedor externo le de posibilidades de pagar a largo plazo o bien a través de un banco de afuera que le haga un préstamo. Esto se llama financiación de importación” expuso el especialista.
Otra posibilidad es la triangulación de ventas. Dumont lo explica con un ejemplo: “cuando las empresas tienen que exportar algún equipo o alguna maquinaria que requiera alguna parte clave y que no consiguen importar, como ser una firma que vende un pasteurizador que necesita un PLC que no se consigue a nivel nacional, lo que puede hacer es exportar el pasteurizador sin el mismo, comprarlo directamente en otro país y hacerlo entregar directamente a su cliente en el exterior. Eso se conoce como ventas trianguladas y permite sortear estas dificultades específicamente para la industria. Hay que tratar de apuntar a la creatividad para solucionar cuestiones como esta. Lógicamente no se puede para todo, pero para algunas cuestiones sí”.
En el caso de una declaración observada o cancelada el contador recomienda “aprovechar las vías de comunicación que el Estado estableció. Algunas personas cuando le bloquean la importación optan por desistir y en realidad hay algunas vías abiertas. Por un lado hay un formulario de contacto electrónico que da la posibilidad de pedir una audiencia o de reclamar alguna importación. Tiene un espacio para escribir de una forma breve los puntos a favor que tiene una empresa para ser autorizada, por ejemplo el hecho de que no haya productos nacionales que satisfagan su necesidad, la cantidad de empleados que tiene, la posibilidad de crecimiento del sector con planes de inversión que puede generar mayor empleo en un futuro, la realización de exportaciones, etc. Posteriormente se generó una planilla de cálculo que permite hacer reclamos más puntuales adjuntando este archivo a correos electrónicos designados. Como herramienta final está la vía judicial”.

Para las compras por Internet
Las pequeñas compras realizadas por usuarios que solicitan productos, principalmente por Internet, también se vieron afectadas. “Hoy en día están muy complicadas porque se han endurecido las normas. Esto es un factor psicológico empleado el Gobierno, más que económico, ya que las compras online representaban para el país no más del 0,2% del total de importaciones”, agregó Dumont. Para realizar compras por Internet o recibir productos enviados por un familiar o un amigo, se debe pagar un impuesto del 50% del valor de la mercadería gonzando de una franquicia anual de 25 dólares. Cada persona puede realizar solo dos compras por año.

Los efectos sobre la industria local
Consultado sobre los efectos que estas medidas tienen sobre la industria local, el especialista comentó que en muchos casos se han visto afectadas de manera negativa, pero que hay algunas empresas que han mejorado su margen de ganancias a partir de la restricción a las importaciones. En este sentido destacó que “no toda importación va a la vidriera de un negocio de bazar o de electrodomésticos. El 80% de las importaciones va al sector productivo. Eso es importante porque en la medida que no se permite el ingreso a las importaciones, como se suele decir es pan para hoy y hambre para mañana, ya que en forma inmediata se consigue que el país no pierda reservas pero en forma mediata y a largo plazo se corre el riesgo de frenar la producción, el empleo y reducir la inversión. Tiene una cara cruel”.
Por otro lado, resaltó que hay empresas santafesinas que están mejor como es el caso de una empresa rosarina de electrodomésticos o una que hace canicas de vidrio. “Acá en Santa Fe tenemos una empresa que hace mesas de ping pong y pool espectaculares y que seguramente queda mejor posicionada con la competencia extranjera, también conozco el caso de unos clientes que hacen pasteurizadores y están vendiendo local mucho más que antes”.
Como conclusión opinó que “sería  bueno, y considero que el país podría mejorar, si se planifique un poco mejor cuáles van a ser las industrias que tienen chances se seguir siendo eficientes, produciendo y subsistiendo y tienen posibilidad de competir con firmas de otros países, cuando en algún momento este telón se corra porque no puede ser eterno si nosotros formamos parte de la Organización Mundial del Comercio. Creo que esta es una oportunidad para detectar cuáles industrias pueden rescatarse en el país y para cuáles podamos ser eficientes”.

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