Investigación y desarrollo

Consorcios integrados por UNL recibirán 11 millones para investigación

Martes 6 de septiembre de 2011 / Actualizado el jueves 8 de septiembre de 2011

Se destinarán al desarrollo de un aditivo funcional en polvo que podrá ser agregado a cualquier alimento y a generar ecosuero con valor agregado. Los proyectos se enmarcan en los Fondos Argentinos Sectoriales, que impulsa el MINCYT. El lunes 5 se rubricó un co

Un consorcio integrado por la Universidad Nacional del Litoral (UNL) estará encargado de desarrollar un aditivo funcional en polvo listo para ser incorporado en alimentos de distinto tipo –aun los que no requieran refrigeración– y capaz de fortalecer las defensas inmunológicas de quienes lo consumen, entre otros beneficios que los investigadores están estudiando.
El grupo que trabajará activamente en esta tarea es el Instituto de Lactología Industrial (INLAIN), dependiente de la UNL y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), y lo hará a través de los Fondos Argentinos Sectoriales (FONARSEC), una herramienta que el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación (MINCYT) pone a disposición a través de la Agencia Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (ANPCyT). Pero no estarán solos. Una característica fundamental de los FONARSEC es su capacidad de generar sinergia entre sectores poco habituados al trabajo conjunto: el ámbito público y el privado.
En este sentido, este proyecto contempla en su etapa de investigación al trabajo del INLAIN y del Centro de Referencia para Lactobacilo (CERELA, también dependiente de CONICET); y además suma otros actores para las etapas productivas: Biochemical; Lampe, Lutz y Cia; y Sancor.
Representantes de cada una de ellas estuvieron ayer en el MINCYT rubricando el convenio, en un acto que no dejó de resaltar el valor de la asociatividad y la relevancia del trabajo a través de consorcios mixtos, en las palabras del director de la Agencia Nacional de Promoción Científico Tecnológica (ANPCyT), Armando Bertranou, y de la directora de los Fondos Nacionales Sectoriales, Isabel Mac Donald. “Esto tiene que ver con la decisión de vincular el desarrollo científico con el desarrollo nacional y agroindustrial”, agregó Ruth Ladenheim, secretaria de Planeamiento y Política del MINCYT, a través del apoyo a proyectos vinculados con temas prioritarios.

El aditivo
De la misma forma que existen quesos o yogures probióticos, o esos nuevos lácteos que ofrecen un valor “extra” en el organismo, el INLAIN buscará la mejor manera de convertir en funcional un alimento con solo agregarle un aditivo en polvo. Lo que aparece como novedoso es que ese aditivo podrá agregarse a alimentos que no requieran frío, como snacks, galletitas o jugos de fruta, debido a que no trabaja con bacterias “vivas”.
“Uno no puede agregar bacterias vivas en un alimento que se almacena a temperatura ambiente, simplemente porque mueren rápidamente. Este aditivo tendrá la característica de permanecer activo bajo cualquier condición”, indicó Jorge Reinheimer, director del INLAIN.
Para esto, es necesario que la bacteria –es en realidad una bacteria específica que fermenta la leche– “haga su trabajo” fuera del alimento. “El resultado son compuestos solubles funcionales, que del medio líquido son convertidos en polvo en un secadero spray”, graficó Reinheimer.
De acuerdo con las investigaciones hechas hasta ahora, este aditivo en polvo es capaz de estimular el sistema inmunológico de ratones sometidos a pruebas. Pero todavía puede tener otros efectos que todavía no se han descubierto. Antes de que este aditivo vea las góndolas del supermercado, es necesario que pase por etapas exigidas por la industria alimentaria, como las pruebas en humanos. Luego serán las empresas las que se encargarán de producirlo a escala comercial.

Eco suero con valor agregado
En tanto, el proyecto denominado Ecosuero con valor agregado, cuyo objetivo es utilizar el lacto suero para generar nuevos productos probióticos, también recibirá el financiamiento del FONARSEC, a través de un convenio que se firmó este miércoles en la sede del INTA Rafaela.
En este desarrollo participan institutos de investigación de la UNL, INTA, INTI y también empresas lácteas de la región que trabajarán sobre el suero que se produce a partir de la fabricación del queso, que usualmente se trata como residuo y ocasiona problemas ambientales.
“La idea es convertirlo en un producto con valor agregado. Este proyecto asociativo es muy amplio y busca concentrar el suero de varias empresas lácteas de la zona y utilizar las capacidades de estas empresas, para hacer un ultrafiltrado del suero a los fines de generar otros productos. El beneficio es que obtendríamos productos de alta calidad y quitaríamos esa carga al medio ambiente”, explicó Laureano Frizzo, investigador de la Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV) de la UNL.
En el marco de este consorcio público-privado, el equipo de la FCV  continuará con una de sus principales líneas de investigación, a través de la cual se proponen reemplazar el uso de los antibióticos que se aplican en terneros, por el uso de probióticos.
El plazo para desarrollar este proyecto es de dos años y medio, y contempla el objetivo de generar el probiótico y, en una segunda etapa, realizar macrocápsulas que lo contengan con el fin de facilitar el transporte y mantener vivos estos microorganismos benéficos hasta el momento de administrárselo a los terneros.
Por su parte, en el marco de mismo proyecto, el INTA utilizaría el lacto suero para generar nuevas levaduras, mientras que en el INLAIN se desarrollarían probióticos para otras utilizaciones.

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