UNL Noticias

Uno a uno, los 45 chicos y chicas de los séptimos grados “Esteban Laureano Maradona” y “Florián Paucke” subieron al escenario del Paraninfo para recibir la medalla y el diploma de egresados. Allí los esperaban el rector de la UNL, Albor Cantard, la directora de la escuela, Laura Corral, y el intendente de la ciudad, José Corral, junto al cuerpo docente que los acompañó desde el primer día de clases, el 5 de marzo de 2007. A sus espaldas, una pantalla proyectaba el retrato tradicional del primer grado. Siete años habían pasado para ellos y para la institución que en ese período desplegó su propuesta curricular. “La escuela se gradúa con ustedes”, sintetizó la directora.
En el inicio del acto, un video producido por la Dirección de Comunicación Institucional (Dircom) de la UNL recuperó a través de los testimonios de padres, educadores, personal administrativo y autoridades la historia de la escuela, que se gestó durante la gestión del ex rector Mario Barletta. En esos recuerdos no faltó el reconocimiento a la pedagoga Edith Litwin que asesoró en la elaboración de un proyecto pedagógico innovador a partir de un enfoque experiencial del aprendizaje.
Los padres, docentes y los propios estudiantes tomaron la palabra durante la ceremonia para valorar el hecho de haber crecido junto con la escuela, a través de una participación activa en la novedosa experiencia educativa. Una placa que entregaron a las autoridades de la institución, recordará los 45 nombres de la primera promoción.
Del acto, que se realizó el pasado viernes, participaron los decanos electos de la Facultad de Ciencias Médicas (FCM), Larisa Carrera; y de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), Carlos Sastre; la directora de la Dircom, Romina Kippes, docentes y no docentes de la Escuela Primaria, y familiares de los egresados. Además, se recibieron las salutaciones del gobernador Antonio Bonfatti, y del actual decano de la FCM, Samuel Seiref.

En todos los niveles
El rector Albor Cantard valoró “más allá de la melancolía y la idea de una finalización y despedida”, la idea del comienzo de una nueva etapa; y se dirigió especialmente a los egresados más jóvenes de la UNL: “Cuando creamos la escuela no aspiramos a un alumno sino a un estudiante, tampoco a un niño sino a un ciudadano; no pensamos tampoco en personas que transitan aulas sino a sujetos que caminan su vida conscientes de lo que los rodea; y sobre todo de que pueden hacer algo para cambiarlo en beneficio de un objetivo mayor que su propia existencia”.
Siguiendo ese argumento vinculó los principios con que fue concebida la propuesta para el nivel primario con el compromiso social que dio origen a la UNL: “Para contribuir al logro de un desarrollo sustentable, en paz, bienestar, y derechos humanos no hay niveles de escolaridad ni edades, solo hay proyectos colectivos. Cuando hablamos de educación estamos tratando de un derecho humano fundamental que alentamos desde todos los niveles de escolaridad: desde el Jardín Maternal La Ronda, la Primaria, la nueva Escuela Secundaria, la Escuela de Agricultura, Ganadería y Granja; la Escuela Industrial Superior (EIS); los Centros Universitarios, y cada una de las Facultades”, afirmó.
“Se cumplió un ciclo pero se abren otros. Casi todo comienza ahora”, insistió el rector. “Sólo me queda decirles que sean parte, se comprometan en proyectos colectivos y construyan solidariamente, porque los problemas y las dificultades se solucionan entre todos”.

Presente potente
Por su parte, la directora Laura Corral recordó que el primer día de clases de la escuela sintió que vivía “un momento de pleno futuro”. “Hoy que inexorablemente el futuro llegó, pienso que tenemos que evitar la tentación de vivirlo como un puro pasado. Todo lo vivido en estos siete años está allí, pero estamos en un potente presente: el de estos alumnos que nos enorgullecen como primera promoción de la Escuela de la UNL, y como personas”, afirmó. Y más adelante agregó: “Tenemos que celebrar este presente que lleva a los chicos a seguir su camino con el capital de esta infancia que construimos juntos”.
Además, remarcó que desde la participación en proyectos de extensión y de cátedras, y su vinculación con facultades y centros de investigación, la Escuela se encuentra plenamente integrada a la Universidad: “en muchos aspectos la Universidad también es distinta respecto de siete años atrás porque existe esta Escuela. Los niños tomaron como propios los espacios de la Universidad, los actos; el Foro Cultural y el Predio, que crecieron con ellos porque son casi contemporáneos a la escuela; y hasta el aula Magna de la Facultad de Humanidades y Ciencias donde hemos pasado una noche entera despiertos para ver la luna”.
Finalmente, Laura Corral hizo suyas palabras que el poeta González Tuñón le dedicara a su hijo, y ya con la voz quebrada por la emoción se dirigió a los 45 egresados: “Hoy les estamos entregando el mundo para que se lo apropien, lo vivan, lo amen, lo transformen y alguna vez se lo den a otros”.
En el cierre del acto se proyectó una producción audiovisual del personal de la Escuela, en el que participaron los docentes, alumnos de los primeros grados, directivos, administrativos; y hasta los transportistas y el personal de Cusevi.