Sustentabilidad

El Modelo Mundial Latinoamericano, cuatro décadas después

Jueves 8 de septiembre de 2016 / Actualizado el viernes 9 de septiembre de 2016

Uno de los autores de esta propuesta, Gilberto Gallopin, disertó en la FICH. Según el experto, hay un camino viable hacia un futuro sustentable y deseable, pero se requieren cambios institucionales y una transformación del sistema de valores.

“¿Qué mundo queremos?”, preguntó Gilberto Carlos Gallopin, investigador autónomo y autor del Modelo Mundial Latinoamericano (MML) junto con Amílcar Herrera, Hugo Scolnik, Graciela Chichilnisky, Jorge Hardoy, Diana Mosovich, Enrique Oteiza, Gilda de Romero Brest, Carlos Suárez y Luis Talavera. Lo hizo en una conferencia que brindó sobre este tema en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la UNL, en el marco del «Ciclo de debates: hacia un desarrollo sustentable», organizado por la Secretaría de Vinculación Tecnológica y Desarrollo Productivo de la Universidad. Asimismo, Gallopin participó de la 12ª Reunión del Consejo de Dirección del Programa Ambiente y Sociedad de la Secretaría de Extensión de la UNL, y de un debate con investigadores de la UNL acerca de posibles aplicaciones del MML y la incorporación de enfoques interdisciplinarios en la investigación científica.

El MML surge en 1970, a partir de una reunión realizada en Río de Janeiro promovida por el Club de Roma y el Instituto Universitario de Pesquisas de Río de Janeiro, para analizar y discutir el Modelo Mundo III del MIT, el cual atribuía el subdesarrollo, los problemas internacionales y la pobreza a la superpoblación de los países en vías de desarrollo. "El MML fue la respuesta del Sur a esta posición fomentada por el Norte. Surge a la vez como crítica y como propuesta", señaló Gallopin, Ph.D. en Ecología de la Universidad de Cornell.

A cuatro décadas de la formulación del modelo, el experto sostiene que “Transitamos una nueva situación en la historia de la especie humana, atravesada por la globalización y la interdependencia global ecológica. De cara al futuro, estamos ante varios mundos posibles: los convencionales, los bárbaros o los de grandes transiciones, entre los cuales se encuentra el mundo de la nueva sustentabilidad, muy similar al MML”.

Como crítica

La elaboración del MML, encomendada a la Fundación Bariloche –desmantelada por el gobierno militar en la década del 70–, se enmarca en un contexto internacional caracterizado por la discusión acerca del futuro del planeta, de un nuevo orden económico y de soluciones creativas a problemas de la humanidad, tales como la contaminación, el agotamiento de los recursos naturales y el crecimiento poblacional.

Frente a este escenario, el objetivo del MML fue explorar la factibilidad de alcanzar la meta de un mundo liberado del subdesarrollo y la miseria, así como responder al modelo “Los Límites al Crecimiento”, propuesto por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), el cual sostenía que los límites al crecimiento eran físicos y que la salida a un futuro catastrófico era posible a través de la reducción del crecimiento de la población y la restricción al crecimiento de la economía mundial. “Con el MML no negábamos la posibilidad de límites físicos, ni postulábamos un crecimiento material económico indefinido. Nuestro argumento era que en el horizonte de tiempo considerado y a las escalas globales o regionales, los límites operacionales a la humanidad eran sociopolíticos y no físicos”, aclaró Gallopin.

Al respecto, el especialista agregó: “Mientras otros modelos globales se concentraron en la crisis en el futuro, la mayoría de la población ya vivía en la pobreza y la miseria. Ignorar esto equivalía a aceptar el status quo y los valores centrales de la sociedad vigente y subordinar la necesidad de cambio a evitar una catástrofe futura que llevara la crisis al Norte. En este contexto, las políticas orientadas al equilibrio global como las de los 'Límites al Crecimiento' tenderían a asegurar que las injusticias actuales del sistema global se mantuvieran”.

Como propuesta

El MML surgió como una crítica a los modelos capitalista y socialista, tal como se habían materializado, y como una propuesta de los rasgos básicos de una sociedad deseable, con factibilidad material de satisfacer las Necesidades Humanas Básicas (Nutrición, Vivienda, Educación y Salud) para toda la población de la Tierra en el futuro previsible (hacia 2060). “En esta propuesta, la participación fue el eje central, tanto como fin en sí mismo y como mecanismo para establecer la legitimidad de las necesidades en la nueva sociedad. Así, la propuesta era más socialista que capitalista, aunque el énfasis central en la participación democrática diferenciaba nuestra propuesta de los países socialistas entonces existentes. Hoy, sería ‘post-capitalista’”, explicó Gallopin, tras aclarar que, de haberse implementado, todas las regiones del mundo podrían haber alcanzado un estándar de vida adecuado en poco más de una generación.

Cuatro décadas después, el MML –basado en la metodología de un modelo de simulación matemática con optimización– sigue vigente en su mensaje central. En palabras de su autor, “hay al menos un camino viable hacia un futuro sustentable y deseable, pero este requiere de cambios institucionales fundamentales y de una transformación del sistema de valores predominante. Las estrategias del ‘todo como siempre’ llevarán a un sufrimiento humano innecesario y extendido y a la insostenibilidad ambiental”.

Gallopin

Ha realizado investigación, asistencia técnica y entrenamiento de posgrado, y ha publicado más de 170 trabajos en análisis de escenarios, modelos matemáticos, ciencia y tecnología para el desarrollo sostenible, complejidad y desarrollo sostenible, nexo sociedad-naturaleza, ambiente y calidad de vida, indicadores de desarrollo sostenible, relaciones entre empobrecimiento y medio ambiente, teoría de la vulnerabilidad y desafíos epistemológicos a la ciencia.

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