Ingreso 2003 a la Universidad
Elegir el futuro
Lunes 9 de septiembre de 2002
Fue masiva la concurrencia de estudiantes a la Muestra de Carreras. Los talleres de Orientación Vocacional tuvieron mucha receptividad: los estudiantes mostraron ideas creativas para hacer frente a la crisis. A partir del 9 de septiembre, continúan las activid
La elección de una carrera terciaria o universitaria significa, de alguna manera, la decisión de definir un modo de vida. Es por eso que todos los años la Universidad Nacional del Litoral organiza una muestra de carreras con el objetivo de brindar a los futuros estudiantes un espacio donde informarse sobre toda la oferta educativa de la región.
La edición 2002 contó con una masiva concurrencia. Con stands de todas las facultades de la UNL y de más de 15 universidades e institutos terciarios de toda la zona, la muestra fue visitada por más de 6000 jóvenes. Provenientes de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos en su mayoría, de Córdoba y hasta del norte de la provincia de Buenos Aires, los jóvenes próximos a ingresar a la vida universitaria pudieron llevarse información detallada de toda las carreras que se dictan en las casas de altos estudios e institutos de la región.
El objetivo principal de los talleres introductorios –según explicó la Psic. Mariana Storero– fue “crear un espacio y un tiempo diferenciado dentro de la misma muestra, hacer un recorte que separe a los jóvenes de la vorágine del contexto, para que puedan salir del lugar que ocupan habitualmente en la muestra que es muy pasivo, muy de receptor de información”.
A pesar de esta realidad, durante los talleres que se hicieron, surgieron algunos aspectos positivos: “la cuestión de la incertidumbre y las dificultades socioeconómicas aparecen, lamentablemente, en todos los chicos, porque aparece en todos lados. Sin embargo, los momentos difíciles, muchas veces movilizan y generan respuestas muy creativas” advirtieron las psicólogas: “El hecho de no tener garantías hace que los jóvenes puedan contactarse con sus propios recursos, para empezar a armar algo distinto”.
Se pudo visualizar durante los talleres que muchos jóvenes incorporaban la posibilidad de pensar qué hacer a partir de la incertidumbre y así “surgieron cuestiones del orden de lo artesanal y de lo creativo que apuntan a hacerle frente a las adversidades. Esto sucede siempre que uno puede y tiene la posibilidad de tomar la palabra, pensar en su historia, en su momento actual, en sus opiniones”, señalaron las especialistas.
En este contexto cobra real importancia que los futuros estudiantes tengan un espacio donde explayarse, porque es desde allí donde se puede pensar qué posibilidades existen, cuál es la realidad en la que están viviendo y qué pueden hacer para no quedarse solamente en la denuncia o en la queja. “Quizás es el momento para que los jóvenes empiecen a tomar la palabra para desarrollar ideas, propuestas y proyectos que tengan que ver con lo creativo e innovador, donde se encuentren algunas respuestas a la pregunta de qué hacer con lo que la realidad ofrece”, señalaron Elías y Storero. La expectativa de cambio, aunque no en todos, está presente.
La edición 2002 contó con una masiva concurrencia. Con stands de todas las facultades de la UNL y de más de 15 universidades e institutos terciarios de toda la zona, la muestra fue visitada por más de 6000 jóvenes. Provenientes de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos en su mayoría, de Córdoba y hasta del norte de la provincia de Buenos Aires, los jóvenes próximos a ingresar a la vida universitaria pudieron llevarse información detallada de toda las carreras que se dictan en las casas de altos estudios e institutos de la región.
Orientación vocacional
Este año, la Universidad dio un paso más e incorporó al Programa de Ingreso un servicio de orientación vocacional para enriquecer y guiar la elección. Durante la Muestra se desarrolló un trabajo en talleres, con una modalidad grupal, de los cuales participaron numerosos estudiantes. “Nuestra intención fue que luego del recorrido de la Muestra, con todos esos papeles y programas que los estudiantes iban juntando, pudiesen detenerse un momento a leer para ver cuáles de esos puntos les resultaban interesantes y pensar a partir de allí cuestiones relacionadas a la elección de la carrera” sostuvo María José Elías, una de las psicólogas del equipo.El objetivo principal de los talleres introductorios –según explicó la Psic. Mariana Storero– fue “crear un espacio y un tiempo diferenciado dentro de la misma muestra, hacer un recorte que separe a los jóvenes de la vorágine del contexto, para que puedan salir del lugar que ocupan habitualmente en la muestra que es muy pasivo, muy de receptor de información”.
Estudiar en un contexto de crisis
La crisis socioeconómica es una constante en la vida de los argentinos que influye a la hora de tomar cualquier decisión. Lo que no es una constante es la forma de posicionarse frente a esta situación. “Los adolescentes están bombardeados por todos lados, son una generación donde muchos tienen padres que han quedado sin trabajo y con pocos recursos. Antes se pensaba: me recibo y después empiezo a trabajar; ahora la necesidad está antes de empezar estudiar”, comentaron las psicólogas que integran el equipo de Orientación Vocacional.A pesar de esta realidad, durante los talleres que se hicieron, surgieron algunos aspectos positivos: “la cuestión de la incertidumbre y las dificultades socioeconómicas aparecen, lamentablemente, en todos los chicos, porque aparece en todos lados. Sin embargo, los momentos difíciles, muchas veces movilizan y generan respuestas muy creativas” advirtieron las psicólogas: “El hecho de no tener garantías hace que los jóvenes puedan contactarse con sus propios recursos, para empezar a armar algo distinto”.
Se pudo visualizar durante los talleres que muchos jóvenes incorporaban la posibilidad de pensar qué hacer a partir de la incertidumbre y así “surgieron cuestiones del orden de lo artesanal y de lo creativo que apuntan a hacerle frente a las adversidades. Esto sucede siempre que uno puede y tiene la posibilidad de tomar la palabra, pensar en su historia, en su momento actual, en sus opiniones”, señalaron las especialistas.
En este contexto cobra real importancia que los futuros estudiantes tengan un espacio donde explayarse, porque es desde allí donde se puede pensar qué posibilidades existen, cuál es la realidad en la que están viviendo y qué pueden hacer para no quedarse solamente en la denuncia o en la queja. “Quizás es el momento para que los jóvenes empiecen a tomar la palabra para desarrollar ideas, propuestas y proyectos que tengan que ver con lo creativo e innovador, donde se encuentren algunas respuestas a la pregunta de qué hacer con lo que la realidad ofrece”, señalaron Elías y Storero. La expectativa de cambio, aunque no en todos, está presente.