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“Tomemos como referencia a la famosa marca mundial de gaseosas. Supongamos que sus instalaciones valen 5 o 6 millones de dólares. Su marca vale 30 mil, 40 mil millones de dólares. En este caso puntual la marca, que es un bien intangible, representa un valor económico ampliamente mayor que sus instalaciones físicas. Esa es una de las ventajas de la propiedad industrial”. De esta manera, ejemplificó Mario Aramburu la importancia vital que tiene la propiedad intelectual para las empresas y las industrias.
Aramburu preside el Instituto Nacional de Propiedad Industrial de Argentina (IMPI) y estuvo a cargo de la conferencia inaugural del curso de formación para formadores sobre la Gestión de Activos Intangibles de Propiedad Intelectual en Instituciones de Educación Superior. La jornada se realiza en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (FCJS) de la UNL. Del acto de apertura participaron el rector de la casa de estudios, Albor Cantard, y el secretario de Vinculación Tecnológica y Desarrollo Productivo, Eduardo Matozo.
El curso se dictará hasta el 26 de marzo y cuenta con la participación de más de 40 representantes de países de Latinoamérica y de Europa que integran el Proyecto PILA (Propiedad Intelectual Latino América). La capacitación girará en torno a los criterios de valorización de tecnologías y servicios tecnológicos; manejo de bienes intangibles; visión, estrategias y objetivos; estructuras, procesos y políticas y también se prevé una instancia de intercambio de experiencias en la materia entre los participantes.

La UNL, precursora en Argentina
En la actualidad, se reconoce a las universidades como actores centrales en la producción de conocimientos que puedan ser traducidos en productos o procesos innovadores. Con esta visión, en 2009 se han puesto en marcha el Proyecto PILA que reúne a 22 universidades, entre las que se encuentra la UNL (18 de Latinoamérica y 4 de Europa) y 21 organismos asociados de todo el mundo. El objetivo es modernizar las prácticas de gestión de la propiedad intelectual en las instituciones de educación superior de Latinoamérica. La UNL es uno de los integrantes, a través del Área de Propiedad Intelectual, de la Secretaría de Vinculación Tecnológica.
“Las universidades invierten buena parte de sus recursos humanos y financieros en actividades científico-tecnológicas cuyos resultados son, en general, suficientemente divulgados en los ámbitos académico disciplinario, pero en menor medida transferidos al tejido socio productivo”, aseguró Cantard en la apertura. Y remarcó que “lograr una política de vinculación y transferencia de tecnología es una tarea difícil de emprender, porque requiere de estrategias planificadas y de la implementación de herramientas que posibiliten un adecuado desarrollo y organización en la construcción de modelos de gestión sustentables a lo largo del tiempo”.
En este sentido, el rector consideró que el modelo “gestado por la UNL es un claro ejemplo en esta materia y cuenta con resultados concretos posibles de difundir a la comunidad universitaria y a la sociedad en general”.
Además desde la casa de estudios se sostiene “que la eficiente gestión de nuestros activos intangibles es una de las formas de aportarle valor al conocimiento, vemos que la exclusividad que generan los derechos Intelectuales resultan atrayentes para estimular el crecimiento de nuestra oferta tecnológica ya que cada vez son más empresas que están demandando asegurar determinados derechos exclusivos, para volcarlo en empleo en la región”, concluyó Cantard.