Encuesta

Estudian el consumo de aditivos alimentarios en universitarios

Miércoles 12 de noviembre de 2014 / Actualizado el miércoles 3 de diciembre de 2014

Un equipo de la UNL observó que estudiantes ingieren bebidas y comidas que contienen en conjunto conservantes y saborizantes que podrían superar las ingestas diarias admisibles. Ahora desarrollan una campaña para promover mejores hábitos.

Según una encuesta de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), un gran porcentaje de estudiantes universitarios consume alimentos que en conjunto podrían superar las ingestas diarias admisibles propuestas por el Código Alimentario Argentino. El grupo que investigó el tema ahora trabaja en la promoción de hábitos saludables.

“Siempre estuvimos preocupados por llevar adelante acciones de promoción de la salud, por lo cual nos pareció importante conocer con qué frecuencia los estudiantes universitarios consumen alimentos que contienen aditivos. Es una población que no habíamos estudiado antes”, explicó Ana Patricia Fabro, docente de la Cátedra de Morfología Normal de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la UNL.

Según definió la estudiante de Licenciatura en Nutrición Maribel Grosso, que formó parte de la investigación, los aditivos son sustancias reguladas por el Código Alimentario Argentino que se les agregan a los alimentos para mejorar su conservación o resaltar alguna característica organoléptica.

La recopilación de los datos fue realizada en junio de 2014 por medio de encuestas anónimas y al azar a estudiantes de distintas carreras de la UNL. Luego se evaluaron aquellos alimentos que contienen aditivos y que los estudiantes consumen con frecuencia, analizando los componentes que figuran en los rótulos.

“Es preciso aclarar que el estudio se llevó a cabo en invierno, época en que se consumen menos jugos artificiales y gaseosas, por ejemplo”, aseveró por su parte el estudiante de Licenciatura en Biotecnología Damián Iglesias, que también formó parte del equipo.

La encuesta

El equipo tomó 52 casos, que componen una muestra significativa. “En la encuesta contemplamos alimentos y bebidas como aguas saborizadas, gaseosas, caldos, entre otros, que se conoce previamente que contienen alta concentración de aditivos. Consultamos si los estudiantes de distintas carreras de la UNL los consumían diariamente, semanalmente, mensualmente o nunca”, continuó Iglesias.

“El 66% de los encuestados señaló que consume jugos artificiales; el 57% que ingiere gaseosas; el 47%, caldos saborizantes, el 39%, edulcorantes, el 40%, aguas saborizadas; el 33%, snacks, y el 22%, sopas instantáneas al menos una vez por semana”, señaló Fabro.

Rótulos

Luego de la encuesta, el equipo evaluó los alimentos que contienen aditivos y que los estudiantes consumen con frecuencia, según el estudio, y analizó los rótulos para observar si se explicitaban las concentraciones de aditivos y las ingestas diarias admisibles propuestas por el Código Alimentario Argentino. “Vimos que en la mayoría de los casos esta información no figuraba. Para prevenir ciertas complicaciones en la salud es importante que esté presente”, aseveró Iglesias.

“Para superar la ingesta diaria admisible de un aditivo, una persona tiene que consumir altas cantidades del alimento que lo contiene. Sin embargo, considerando que la muestra de estudiantes analizada consume al mismo tiempo varios tipos de alimentos que contienen aditivos, entonces es posible que la suma de todos los alimentos sí supere la ingesta diaria admisible. Por eso es importante que en los rótulos figure la información”, sostuvo Grosso.

En este sentido, Fabro destacó que fueron muy pocos los alimentos que contenían todos los datos sobre los aditivos: “Si uno consume gaseosas, sopas, snacks y edulcorantes, se puede superar la ingesta diaria admisible de cada aditivo. Cada alimento por separado es difícil que supere el límite”, añadió.

“Consideramos que hay que concientizar a la población de que consumir varios productos con aditivos alimentarios puede hacer que se superen los límites recomendados. Además, no está totalmente dilucidado qué efectos tiene esa ingesta a largo plazo”, afirmó la docente.

Por último, Fabro apuntó que luego de conocer los resultados el equipo apunta a desarrollar acciones de promoción de hábitos saludables, fundamentalmente del consumo del agua en reemplazo de los jugos y las gaseosas.

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