Día de la salud

Hablar de la depresión, el primer paso para abordarla y prevenirla

Viernes 7 de abril de 2017 / Actualizado el viernes 7 de abril de 2017

Bajo el lema "Hablemos de depresión", la OMS propone visibilizar una problemática creciente que afecta a 300 millones de personas sin distinción de edad o género. Desde la UNL, profesionales aportan una mirada y recomienda acciones de prevención.

Durante mucho tiempo, el tema de la depresión fue considerado tabú, algo sobre lo que no se debatía ni dialogaba, que estaba asociado a cierta estigmatización social, al igual que las patologías de salud mental en general, un signo de debilidad. Es por eso que el lema que la Organización Mundial de la Salud (OMS) impulsa este año para el día mundial de la salud es “Hablemos de depresión”. Se trata de una forma de comenzar a poner en palabras una problemática que ha aumentado un 20% en los últimos diez años y afecta a 300 millones de personas en el mundo, sin distinción de edades y géneros.

Las personas con depresión muestran una tristeza permanente y una pérdida de interés por las actividades que disfrutaban cotidianamente, sumadas la imposibilidad de llevar a cabo tareas diarias. Las variaciones en el sueño y el peso también son indicadores que deben ser atendidos. El médico psiquiatra Guido Bortolozzi, docente de salud mental en la Facultad de Ciencias Médicas (FCM) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), apunta al respecto que en la depresión “el estado de ánimo está considerablemente bajo por un periodo sostenido en el tiempo. Esto trae repercusiones a nivel de la vida diaria en nuestras rutinas, nuestras actividades familiares vinculares. Lo podríamos describir como una irrupción en el estado de ánimo habitual de una persona. Una persona puede tener un mal día, pero eso no va a significar que esa persona esté depresiva. Esto tiene que ser sostenido”.

Hoy la OMS considera que la depresión es la causa de discapacidad más frecuente en el mundo. “Esto no quiere decir que sean capacidades que no podamos volver a recuperar, pero son capacidades que no estamos pudiendo sostener y emplear. Lo incapacitante de estos cuadros es cuando uno justamente no logra buscar la ayuda necesaria. El estado de ánimo influye en nuestra forma de percibir el mundo. Y en estos cuadros el mundo está percibido de una forma negativa”, continúa Bortolozzi.

Nuevo paradigma en la enseñanza

Debido a la creciente importancia de este y otros temas de salud mental a nivel social, desde la FCM se trabajan contenidos a lo largo de las currículas, tanto en las carreras de Medicina como en la Licenciatura en Obstetricia (donde se aborda la depresión post parto) y en las tecnicaturas de Cosmiatría y Emergencia Prehospitalaria. 

El abordaje es tanto biológico, como psicológico y social. Se trabaja desde la estructura psíquica, el desarrollo de la identidad y las patologías hasta el abordaje terapéutico, la Ley de Salud Mental y la prevención.

"Desde la Facultad cambiamos el paradigma de la enseñanza tradicional de la salud mental. No es una materia que comienza y termina sino que es una disciplina de primero a sexto año de la carrera de Medicina, por ejemplo. Además de lo netamente biológico, nosotros abordamos la óptica de la salud mental como uno de los ejes fundamentales”, comenta el secretario académico de la FCM, Matías Candioti.

Prevención, tratamiento, recuperación

Entender la salud como el bienestar bio-psico-social de una persona, consecuentemente, implica atender a la prevención de la depresión. “Hay diferentes causas por las cuales puede aparecer la depresión: una enfermedad primaria, una enfermedad secundaria, consecuencia de otras, parte de algún síndrome como respuesta a una situación del entorno”, consigna Alcira Constanzo, psicóloga del Centro de Salud de la UNL.

Dormir bien, alimentarse de manera adecuada, realizar actividad física de forma conveniente y supervisada, realizar actividades productivas (sean laborales, educativas, académicas) y tener espacios recreativos, juntarse con amigos, son parte de las acciones que atienden al bienestar de una persona.

El tratamiento suele consistir en terapia psicológica, medicación antidepresiva o una combinación de ambos métodos, junto con modificaciones del estilo de vida. Sin embargo, la puesta en palabras de la situación y la aceptación de esta problemática, son los primeros pasos para superarla, ya que permiten la reducción de la ansiedad.

La depresión, “cuando no es detectada a tiempo, genera un deterioro continuo, aumenta la dificultad para sostener los espacios, los vínculos, pero esto no quiere decir que no tenga sentido plantear un tratamiento en una persona que lleva varios años en un estado depresivo. La terapia es un espacio importante donde se puede ir trabajando, elaborando, resolviendo un montón de situaciones y conflictos que nos pueden permitir el día de mañana seguir teniendo o manteniendo una mejor calidad de vida”, apunta Bortolozzi.

Recomendaciones

El entorno afectivo es fundamental en el acompañamiento de una persona depresiva y no es una tarea simple. “A veces cometemos el error de decirle a una persona que está atravesando un estado depresivo frases como: ‘tenés todo, no tendrías que sentirse así’. Pero no podemos negar la percepción de la persona y sí tenemos que intentar acompañar a esta persona para que pueda justamente ampliar el análisis de la situación, encontrar alternativas, conectarse nuevamente con el placer y con cuestiones gratificantes”, concluye Constanzo.

Hablar de los sentimientos con alguien de confianza, pedir ayuda al entorno y a los profesionales de la salud mental, tratar de no perder hábitos que hacen sentir bien, mantener el contacto con familiares y amigos, una buena alimentación y un buen descanso, practicar técnicas de respiración o relajación, descansar y dedicar tiempo a uno mismo y realizar actividad física, son recomendaciones básicas aportadas por los profesionales de los distintos campos de la salud que abordan esta problemática.

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