50 Aniversario
INTEC: Medio siglo de desarrollo tecnológico para la región
Martes 17 de junio de 2025 / Actualizado hace 1 día
El 25 de junio de 1975 se creó el Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (INTEC), dependiente de la UNL y del CONICET. A cincuenta años, la institución continúa fortaleciendo actividades científicas y tecnológicas.
El Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (INTEC, CONICET-UNL) es una institución de doble dependencia, dedicada a la realización de actividades científicas y tecnológicas, desde investigación básica y aplicada hasta el desarrollo de tecnología e innovación, en diferentes áreas de ciencias e ingenierías. Su misión, de acuerdo con el actual director Claudio Berli, “es generar conocimiento, publicarlo y transferirlo al sector productivo en forma de prototipos, procesos y servicios altamente tecnificados. Para ello cuenta con un plantel de investigadores y profesionales muy especializados, internacionalizados y con experticia en diversas disciplinas. En el seno del Instituto se lleva a cabo además la formación de recursos humanos, a través de la realización de tesis doctorales, trabajos posdoctorales y guía de investigadores jóvenes”.
Primeros tiempos
Berli describe como fueron los primeros años del INTEC y quienes fueron los pilares en los cuales se asentó este prestigioso instituto, “el Dr. Alberto Cassano regresó al país en 1968, tras realizar su Doctorado en Ingeniería en la Universidad de California, Estados Unidos. Como parte esencial del programa de formación de recursos humanos, en 1971 se constituye el Departamento de Graduados de la Facultad de Ingeniería Química de la UNL, que pretendía crear el primer Doctorado en Ingeniería del país. Bien vale destacar que luego el Dr. Orlando Alfano, hoy honorable investigador de nuestra casa, sería el primer Doctor en Ingeniería Química graduado en una universidad argentina. Entre 1972 y 1975 se incorporaron otros doctores graduados en el exterior -entre quienes se destaca Ramón Cerro-, y al mismo tiempo se enviaban becarios para hacer su formación doctoral en Estado Unidos. Así gradualmente, se fue formando un núcleo robusto, compuesto de varios doctores y doctorandos en ingeniería, el cual formaba parte del plan de acción a largo plazo del Dr. Cassano. Es difícil ahora ser preciso con los nombres y no olvidar ninguno, pero pienso por ejemplo en colegas que han tenido una trayectoria profesional muy destacada y vital para el INTEC, como los Dres. Miguel Baltanás, Horacio Irazoqui y Jaime Cerdá. Y por supuesto el Dr. Mario Chiovetta, quien fue, además de director del INTEC, el primer director del CCT CONICET Santa Fe, cuando fuera creado en 2006”. Justamente el Dr. Chiovetta indica que “puede decirse que el INTEC (aún sin haberse creado formalmente el Instituto) era un grupo en formación de alto nivel, con la aplicación de esa excelencia a la investigación”.
Alberto Cassano
"Creatividad investigativa es la virtud de ver un problema donde nadie antes pensó que existía, y es la aptitud para resolver un problema cuando nadie antes había podido encontrar la solución" (Alberto Cassano).
Alberto Cassano fue el mentor y primer director del INTEC. Ingeniero Químico e Investigador Superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), fue un notable impulsor de la ciencia y tecnología en Santa Fe y la región.
Es reconocido a nivel nacional e internacional por su amplia trayectoria como docente y científico abocado a la investigación en Ingeniería Ambiental. Fundó el INTEC, fue impulsor del CERIDE y presidente del Parque Tecnológico del Litoral Centro. En 1976 ingresó al CONICET como Investigador Superior y, en 2008 fue designado Investigador Superior Emérito. El Predio CONICET en Santa Fe, donde funciona una parte importante del INTEC, lleva tu nombre.
Según Mario Chiovetta, Cassano “tenía una completa idea de lo que sería necesario en Santa Fe para desarrollar la ciencia y la tecnología”. “Su espíritu motor y generador de nuevas ideas y proyectos y su excepcional dedicación al trabajo explican en gran parte su obra” dice Orlando Alfano, al hacer una semblanza sobre Cassano.
Antonio Negro, profesional que ingresó en 1978 al Instituto, al conocer a Cassano rememora: “me llamó la atención encontrar una persona joven, con pinta de profesor universitario, un escritorio lleno de papeles y varios libros en inglés relacionados con Ingeniería Química y que trabajara un sábado a la mañana. Después comprendí que su trabajo era su pasión y no solo trabajaba los sábados a la mañana, sino que para él era una obsesión personal o un propósito de vida”.
Elvira Orbea, quien ingresó a la institución en 1978, fue una de las secretarias de Alberto Cassano, desde hace años jubilada, lo recuerda así: “Ser la secretaria de Cassano significó la mayor parte de mi formación. Era muy exigente, fue excelente como director y nunca tuve ningún inconveniente. Tengo los mejores recuerdos de Cassano y del CONICET.”
Líneas de investigación
Según Berli, “el inicio del INTEC estuvo definido por un programa intrépido, un gran acto de valentía que quedó marcado a fuego en los primeros integrantes y que ha sido siempre un ejemplo para todos los que vinimos años después. Se trata del compromiso con la Comisión Nacional de Energía Atómica de diseñar una Planta Modelo Experimental de Agua Pesada (PMEAP). El agua pesada era un elemento crítico para la producción de energía nuclear a partir de uranio natural, que era un proyecto ambicioso del gobierno de ese momento para lograr la independencia tecnológica del país, más precisamente en materia energética. Con este programa, el plantel de agentes del INTEC pasó de unas veinte a unas setenta personas en muy pocos años, planteando nuevos desafíos de gestión y espacio físico. Terminado el proyecto PMEAP, un grupo de unos treinta agentes liderado por el Dr. Cerro constituyó el INGAR, mientras que el resto de la planta del INTEC continuó con las líneas de investigación y tareas académicas. Asimismo, en el período 1977-1979, por iniciativa del Dr. Cassano, se integraron al INTEC investigadores de disciplinas diversas, los cuales constituyeron tres grandes áreas de trabajo: el Programa Especial de Matemática Aplicada, el Grupo de Investigación en Física de los Materiales y el Grupo de Tecnología Mecánica. El desarrollo sostenido de todas las áreas consolidó el carácter abierto y fuertemente multidisciplinario del INTEC. Y con esa importante masa crítica de investigadores, las distintas líneas de investigación tuvieron una importante expansión en las décadas siguientes”.
Hoy el INTEC cuenta con las siguientes líneas de investigación: Alimentos y Biotecnología, Catálisis y Fisicoquímica, Ingeniería Ambiental, Ingeniería Industrial, Ingeniería Química, Química, Polímeros y Materiales. Actualmente, señala el director del Instituto “se ejecutan unos 70 proyectos de investigación, lo cuales pertenecen a dos o más de estas áreas, dado el carácter interdisciplinario de los mismos”.
“Germen y desarrollador de instituciones”
Berli destaca que “desde su origen, el INTEC ha sido efectivamente germen y desarrollador de varias instituciones que hoy nos resultan cotidianas, y eso por sí solo ya es de alta relevancia en la historia nacional y regional”. A continuación, el investigador menciona los hechos/hitos que considera más relevantes:
- “En 1976, por iniciativa del INTEC con personal del Instituto, se creó el Centro Regional de Investigación y Desarrollo (CERIDE), el cual ha tenido un notable impacto e inserción en la sociedad santafesina y la región. Varios de los directores del CERIDE fueron integrantes destacados del INTEC, como los Dres. Julio Luna y Sergio Idelsohn.
- En 1977, ejecutando parte del crédito BID I destinado a infraestructura edilicia, se comenzó el refulado de arena en esta zona de islas, para acondicionar el espacio que actualmente es el Predio “Dr. Alberto Cassano”, donde estamos instalados.
- En 1980, cuando se habían completado la mayor parte de las tareas de diseño de la PMEAP, se creó el INGAR.
- En 2001, por motivación y gestión de investigadores del INTEC, el CONICET cede terrenos para la creación del Parque Tecnológico Litoral Centro (PTLC). En 2002 se constituye la SAPEM para administrar la incubación y radicación de empresas de base científica y tecnológica; desde allí hasta el presente, todos sus presidentes de directorio fueron miembros del INTEC: los Dr. Ricardo Grau, Dr. Alberto Cassano, Dr. Enrique Mammarella y Dr. Norberto Nigro; este último actualmente en el CIMEC.
- En 2002, a partir del grupo de Matemática Aplicada del INTEC, el cual había mantenido un constante desarrollo a lo largo del tiempo, se forma una nueva unidad ejecutora de doble dependencia IMAL, CONICET-UNL.
- En 2006, siguiendo una nueva estructura de gobernanza del CONICET, se crea el Centro Científico Tecnológico (CCT) CONICET Santa Fe, el primero del país, cuyo primer director fue también un distinguido miembro del INTEC, el Dr. Mario Chiovetta.
Durante estos procesos, las distintas áreas del INTEC se fueron consolidando, aumentando significativamente el número de becarios e investigadores activos. Ello permitió que, a partir del propio personal del Instituto y recursos existentes, en 2013 se crearon dos nuevos institutos CONICET-UNL: IFIS-Litoral, ubicado en los edificios de calle Güemes, y el CIMEC, ubicado en el Predio”.
Luego de este proceso, el INTEC continuó siendo un organismo relativamente grande, con más de 180 integrantes entre investigadores/as, personal de apoyo, profesionales, administrativos/as, becarios/as, plantel estable a los que deben sumarse pasantes y visitantes; manteniendo siempre su carácter multidisciplinario.
Un aspecto también remarcable es la fuerte participación del INTEC en los Doctorados en Ingeniería Química y Tecnología Química (FIQ UNL), y detalla Berli “desde la programación hasta el dictado de cursos de posgrado, que se realizaba en nuestra propia sede. Asimismo, el personal del instituto tuvo una contribución clave en la creación y consolidación de otros posgrados de la UNL (Matemática, Física, Ingeniería de Alimentos e Ingeniería con varias menciones), como así también en carreras de grado, por ejemplo, Ingeniería Ambiental de la FICH UNL. A este intenso proceso de formación de recursos humanos, se sumó la reincorporación de numerosos investigadores que habían realizado sus estudios de Doctorado y Postdoctorado en centros de excelencia del exterior. Así es como el INTEC logró un fuerte rol de liderazgo en el país y Latinoamérica”.
Pertenencia
Para Antonio Negro “el INTEC ha sido parte de mi vida más que un trabajo. Parafraseando el dicho ‘trabaja en lo que te gusta y no habrás trabajado un día en tu vida’. En el INTEC encontré ese lugar”.
Elvira Orbea nos dice, “fue un honor haber estado en INTEC porque el aprendizaje fue grandioso, me formé de una forma buenísima”.
Daniel De Piante Vicín, quien se desempeña en el Grupo de Alimentos desde 1982 como Personal de Apoyo, afirma: ”soy un afortunado porque trabajo en lo que me gusta y el trabajo es de muy buena calidad. Ser parte del INTEC es un gran honor y estoy orgulloso de ‘tener la camiseta puesta’".
Por su parte, Cristina Zalazar, vicedirectora del instituto, nos cuenta su experiencia: “Cuando ingresé tuve que desestimar una propuesta laboral que me realizó una empresa. Para mí ingresar a INTEC para realizar un doctorado significó un reconocimiento especial y me sentí muy orgullosa por el prestigio de la institución. Quería hacer investigación, eso fue lo que decidí y eso es lo que me entusiasma y estimula hasta el día de hoy”.
Ser director del INTEC –señala Berli- “no es algo simple de describir. Por un lado, es un gran orgullo ser parte de este legado y sentirme parte de una institución tan relevante para la ciencia y el desarrollo regional. Por otro lado, ese mismo legado me pone en un lugar de admiración y reconocimiento, lo cual inmediatamente se transforma en un sentimiento de enorme responsabilidad. De modo que ser director del INTEC significa compromiso”.
Perspectiva de género
Cristina Zalazar comenta que tuvo algunas dificultades: “haber decidido ser madre durante mi doctorado fue complejo. Se debe recordar que en ese momento no correspondía formalmente la licencia de 3 meses, y los becarios no tenían obra social, así que fue un período difícil. Mi plan de trabajo nunca se atrasó y finalicé mi tesis doctoral a término con un gran esfuerzo personal. Afortunadamente, en la actualidad se consideran los períodos de maternidad y lactancia para las mujeres becarias, aunque seguramente es una etapa que continúa presentando dificultades para el desarrollo de la carrera científica de las mujeres. Hay que seguir trabajando en políticas que permitan este desarrollo pleno”.
Cuando se la consultó sobre las mujeres destacadas en INTEC, menciona a: “Argelia Lenardón es sin dudas un ejemplo. Se destacó por ser directora del INTEC, en una época donde muy pocas mujeres ocupaban este tipo de posición. Dirigió el Laboratorio de Medio Ambiente del INTEC -que fue uno de los primeros equipos de trabajo que centró sus investigaciones sobre la problemática de plaguicidas en Argentina-. Sus trabajos fueron pioneros en nuestra región en la detección de plaguicidas en suelo, agua, sedimentos y en leche materna”. Además, menciona a “Diana Estenoz que, actualmente es Investigadora Superior del CONICET (máxima categoría de la carrera de Investigación Científica y Tecnológica, CIC), siendo la primera mujer en la historia del INTEC que llega a esta posición. Su especialidad es en polímeros termoplásticos y termoestables basados en fuentes renovables y sintéticos para el desarrollo sustentable, el medio ambiente, la energía y otras aplicaciones industriales. Nunca olvidaré, rememora Zalazar, las palabras de aliento de Diana, en la época en que fui mamá por primera vez. Su calidez y empatía son destacables”.
Volver al futuro
Mirando al futuro, el director expresa: “tenemos que fijar lineamientos, con estrategias realistas, que permitan perseguir más eficazmente los propios fines institucionales. Y en este sentido, cualquier intento de prospectiva me conduce a la misma visión: volver a las fuentes, a la esencia del INTEC, que es el desarrollo tecnológico para la industria. Esto puede parecer “demodé” para un Instituto que cumple 50 años, pero en realidad ocurre que la visión del Dr. Cassano estuvo, tal vez, demasiada adelantada en su época. Sin embargo, si no se hubiera llevado adelante en ese momento, hoy no tendríamos en Santa Fe este formidable ecosistema de institutos científicos y tecnológicos entrelazados con empresas de base tecnológica, las cuales generan el mayor nivel de exportaciones de la ciudad. Resulta paradójico, pero en este escenario, el INTEC necesita regresar a lo que era su futuro”.
“Generar recursos basados en nuevos conocimientos es esencial en todos los niveles en que se pueda analizar: para ayudar al país a modernizar su estructura productiva y generar bienestar, para mejorar la productividad de las empresas y la generación de empleo, y para que el propio Instituto pueda proyectarse plenamente. Es muy evidente que los países más prósperos son los que transforman conocimiento en bienestar. El INTEC tiene la obligación de ir en la dirección del mundo moderno y debe seguir siendo el ejemplo en la región y el país. Desde luego, redirigir los esfuerzos al desarrollo tecnológico no significa menoscabar la investigación científica ni la formación de recursos humanos, fines que son también explícitos en la misión del INTEC”.
Actualidad
Cristina Zalazar, al respecto, hace referencia al momento delicado que vive la ciencia en Argentina “a pesar de estar en un contexto complicado, respecto al abandono de la ciencia por parte del gobierno nacional, el INTEC al igual que otras instituciones de la provincia de Santa Fe, cuentan con el apoyo e interés de nuestra provincia en la ciencia”. Además, “destaco la capacidad del Director actual del INTEC de gestionar eficientemente y con gran dedicación el funcionamiento de uno de los institutos más grandes del país con multiplicidad de líneas temáticas y también con diversidad de problemáticas” y destaca que “a pesar de las dificultades, seguimos produciendo y proponiendo nuevas líneas de investigación. La actividad de vinculación tecnológica que se genera ha permitido sostener el funcionamiento. Un hecho concreto, es la puesta en valor de la Planta Piloto del instituto para establecer proyectos productivos y apoyar el desarrollo de empresas de la región”.
Con la misma mirada, Daniel De Piante sostiene que “a pesar de la falta de recursos como equipamiento, financiación y bajos salarios, se sigue haciendo investigación y formación de recursos humanos muy buenas, de alto nivel científico y de punta”.
El INTEC cumple 50 años y continúa cumpliendo, con excelencia, los lineamientos del Reglamento Interno: “desarrollar tecnología, colaborar con la industria nacional, estatal o privada, contribuir con el sector productivo de bienes y servicios, y promover el desarrollo de nuevas empresas de base tecnológica”, concluye Claudio Berli.