Premio para un investigador de la UNL
La calidad científica argentina reconocida en el mundo
Lunes 9 de septiembre de 2002
Sergio Idelsohn es Doctor en Ciencias Aplicadas por la Universidad de Lieja (Bélgica) y profesor del INTEC – UNL. Dirige un equipo de investigación de Mecánica Computacional. Sus avances y desarrollos científicos le permitieron acceder al premio más impo
Que la calidad de los científicos argentinos es reconocida en todo el mundo no es ninguna novedad. Numerosos son los ejemplos de investigadores que, nacidos y formados en las universidades públicas e institutos de nuestro país, representan inmejorablemente a la “Ciencia Argentina” en cuanto congreso o instancia académica se lleva a cabo en cualquier parte del mundo.
El caso del Dr. Sergio Idelsohn es uno de ellos. Nacido en Paraná hace 55 años y graduado en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), el investigador es, en la actualidad, profesor titular exclusivo del INTEC –uno de los institutos de investigación de la UNL y el Conicet–, realizando su tarea docente en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), en donde dicta Simulación y Métodos Numéricos, materia de la carrera de Ingeniería Informática. Pero además, Idelsohn es director del Centro Internacional de Métodos Computacionales en Ingeniería (CIMEC) que funciona en el INTEC, y es docente invitado de la Universidad Politécnica de Cataluña (Barcelona, España). Junto a los Dres. Alberto Cassano, Rafael Calvo y José Parera son los cuatro investigadores de la UNL que tienen la mayor categoría en el Conicet.
A pesar de haberse extendido ampliamente a las ingenierías civil y mecánica y a la bioingeniería, las investigaciones que dirige Idelsohn varían ampliamente. Con su equipo de especialistas trabajan en distintas cuestiones vinculadas a la confección del acero, y en un trabajo sobre el movimiento de aguas en el suelo de la provincia de Santa Fe, entre otras.
Pero más allá de la facilidad que aparentan caracterizar estos estudios, las investigaciones que se desarrollan en el CIMEC tienen una gran complejidad. “Primero debemos darle varios datos a la computadora. Por ejemplo, si vamos a medir el movimiento del agua, debemos decirle si está en tal o cual posición, cuánta gravedad y presión hay, entre otros. Una vez que le damos esos datos iniciales, el resto se resuelve por cálculos matemáticos”, explicó Idelsohn y agregó que “hay ciertas ecuaciones que indican que el agua, bajo ciertas condiciones, se comporta de una manera o de otra. Entonces, lo que hacemos nosotros es resolver esas ecuaciones y graficar los resultados”, concluyó el científico.
“Acá no hay agua ni fotos. Todo está calculado por la computadora a partir de fórmulas”, aclara Idelsohn. En tal sentido, el investigador explica que “cuando un barco se mueve, consume energía y, habitualmente, una gran parte de esa energía se va sólo en la producción de olas. Entonces, las empresas navieras están preocupadas por fabricar barcos que produzcan pocas olas, y por ende, que consuman menos energías”, explicó.
“La realidad de un país y del otro son totalmente distintas. España está en un momento de expansión en el que todo lo que sea desarrollo de productos nuevos y competitivos está a la orden del día”, comentó Idelsohn y agregó que “mientras en la Argentina buscamos poder fabricar algo y los científicos debemos ofrecernos para ver a quién le interesa lo que hacemos, en España están tratando permanentemente de fabricar el mejor producto del mundo y, como la lógica lo indica, cualquier producto nuevo necesita investigación y desarrollo”.
De todos modos, según Idelsohn existe otra condición para que en España la vinculación entre la sociedad y la comunidad científica sea más estrecha: “los científicos españoles han logrado demostrar a su gente cuán útiles son. En Argentina, en cambio, por los distintos problemas económicos que hemos tenido a lo largo de toda nuestra historia, no hemos logrado demostrar nuestra utilidad como científicos. Y no hay que echarle la culpa a la gente. En realidad, somos nosotros los responsables de que no nos conozcan”, admitió autocríticamente Idelsohn.
El caso del Dr. Sergio Idelsohn es uno de ellos. Nacido en Paraná hace 55 años y graduado en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), el investigador es, en la actualidad, profesor titular exclusivo del INTEC –uno de los institutos de investigación de la UNL y el Conicet–, realizando su tarea docente en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), en donde dicta Simulación y Métodos Numéricos, materia de la carrera de Ingeniería Informática. Pero además, Idelsohn es director del Centro Internacional de Métodos Computacionales en Ingeniería (CIMEC) que funciona en el INTEC, y es docente invitado de la Universidad Politécnica de Cataluña (Barcelona, España). Junto a los Dres. Alberto Cassano, Rafael Calvo y José Parera son los cuatro investigadores de la UNL que tienen la mayor categoría en el Conicet.
Á‚¿Qué es la mecánica computacional?
Nacida de la aeronáutica y traducida del nombre inglés Computational Mechanics, la disciplina en la que trabaja el equipo de santafesinos dirigido por Idelsohn se encarga del estudio de los movimientos de distintos cuerpos a través de la computadora. “Hasta hace unos 35 años aproximadamente, este tipo de estudios se hacía de manera experimental. Agarrábamos un cuerpo, le poníamos carga, veíamos si se rompía, si se movía, si se deformaba. Hoy, todo esto lo podemos calcular y estudiar con la computadora”, explica Idelsohn.A pesar de haberse extendido ampliamente a las ingenierías civil y mecánica y a la bioingeniería, las investigaciones que dirige Idelsohn varían ampliamente. Con su equipo de especialistas trabajan en distintas cuestiones vinculadas a la confección del acero, y en un trabajo sobre el movimiento de aguas en el suelo de la provincia de Santa Fe, entre otras.
Pero más allá de la facilidad que aparentan caracterizar estos estudios, las investigaciones que se desarrollan en el CIMEC tienen una gran complejidad. “Primero debemos darle varios datos a la computadora. Por ejemplo, si vamos a medir el movimiento del agua, debemos decirle si está en tal o cual posición, cuánta gravedad y presión hay, entre otros. Una vez que le damos esos datos iniciales, el resto se resuelve por cálculos matemáticos”, explicó Idelsohn y agregó que “hay ciertas ecuaciones que indican que el agua, bajo ciertas condiciones, se comporta de una manera o de otra. Entonces, lo que hacemos nosotros es resolver esas ecuaciones y graficar los resultados”, concluyó el científico.
Simulación de olas
De todos modos, uno de los proyectos más singulares y novedosos que está llevando adelante el Dr. Idelsohn es un trabajo que están realizando para una empresa naviera española. Se trata de un proyecto que le permite simular –en la computadora– olas de mar. Con este programa de simulación, observa el impacto de las olas en los barcos cuando estos están quietos, o cuando están en plena navegación.“Acá no hay agua ni fotos. Todo está calculado por la computadora a partir de fórmulas”, aclara Idelsohn. En tal sentido, el investigador explica que “cuando un barco se mueve, consume energía y, habitualmente, una gran parte de esa energía se va sólo en la producción de olas. Entonces, las empresas navieras están preocupadas por fabricar barcos que produzcan pocas olas, y por ende, que consuman menos energías”, explicó.
Vivir en el exterior
La mitad del año, Idelsohn está en Santa Fe, y los otros seis meses en Barcelona. Es que desde hace 13 años, el investigador argentino es invitado por la Universidad Politécnica de Cataluña para dictar cursos de posgrado, dirigir tesis y participar en distintos proyectos europeos vinculados a su especialidad. Mientras tanto, dirige por correo electrónico su grupo de investigación en la Argentina, y cuando está en nuestro país, coordina el trabajo de los investigadores españoles vía e–mail.“La realidad de un país y del otro son totalmente distintas. España está en un momento de expansión en el que todo lo que sea desarrollo de productos nuevos y competitivos está a la orden del día”, comentó Idelsohn y agregó que “mientras en la Argentina buscamos poder fabricar algo y los científicos debemos ofrecernos para ver a quién le interesa lo que hacemos, en España están tratando permanentemente de fabricar el mejor producto del mundo y, como la lógica lo indica, cualquier producto nuevo necesita investigación y desarrollo”.
De todos modos, según Idelsohn existe otra condición para que en España la vinculación entre la sociedad y la comunidad científica sea más estrecha: “los científicos españoles han logrado demostrar a su gente cuán útiles son. En Argentina, en cambio, por los distintos problemas económicos que hemos tenido a lo largo de toda nuestra historia, no hemos logrado demostrar nuestra utilidad como científicos. Y no hay que echarle la culpa a la gente. En realidad, somos nosotros los responsables de que no nos conozcan”, admitió autocríticamente Idelsohn.