Proyecto de investigación

La FICH utilizará datos de una misión satelital de Argentina y la NASA

Lunes 13 de diciembre de 2010 / Actualizado el lunes 13 de diciembre de 2010

Serán utilizados para un proyecto sobre la aplicación al conocimiento del estrés hídrico de la vegetación. El proyecto es uno de los 15 seleccionados en el país para acceder a los datos del Satélite de Aplicaciones Científicas SAC-D Aquarius. Esta misión satel

El proyecto de Universidad Nacional del Litoral (UNL) “Validación de los datos de la misión SAC-D Aquarius: aplicación al conocimiento del estrés hídrico de la vegetación” utilizará los datos registrados por el Satélite de Aplicaciones Científicas SAC-D Aquarius (misión conjunta entre Argentina y la NASA). El objetivo es “obtener mapas de temperatura de la superficie y humedad del suelo y, con ambas variables validadas, flujo de calor latente y estrés hídrico en la región pampeana”, explicó Virginia Venturini, docente e investigadora de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) y responsable de esta propuesta junto a Raúl Rivas, de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
El trabajo forma parte de los 25 proyectos –15 argentinos, nueve italianos y uno japonés– que resultaron seleccionados para utilizar los datos del satélite de casi 1.400 kilos y siete metros de largo que Argentina y la NASA pondrán en órbita en 2011.
Según Sandra Torrusio, investigadora de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y coordinadora de la misión, “el SAC-D es el proyecto de mayor envergadura de la historia entre Estados Unidos y Argentina, dado el dinero invertido en el instrumental a bordo de la plataforma que construyó la CONAE”.
Los alcances de esta misión fueron expuestos en una mesa redonda que se desarrolló en la FICH, donde también se dio a conocer el Plan Nacional Espacial 2011-2015 y los proyectos de la Facultad asociados al mismo.

La misión
El Plan Nacional Espacial abarca determinadas áreas temáticas, como clima, hidrología, oceanografía, desastres y emergencias, recursos naturales, cartografía, geología y producción minera, en función de las cuales la CONAE debe desarrollar tecnología espacial y proveer datos de los satélites que pone en órbita.
“No son muchos los países que desarrollan tecnología espacial. En Latinoamérica, Argentina y Brasil son los únicos que lograron poner satélites en órbita, utilizar sus datos y contar con estaciones terrenas para monitorear esos observatorios”, remarcó Torrusio tras mencionar que “el 21 de noviembre cumplimos 10 años de la puesta en órbita del primer satélite argentino de observación de la Tierra, el SAC-C, que aún está funcionando y cuyas principales aplicaciones se vinculan con emergencias ambientales, agricultura, forestación y calidad de agua”.
En el caso de la misión SAC-D, se espera obtener nueva información climática a partir de mediciones de salinidad en el océano, detectar focos de alta temperatura en la superficie terrestre para la obtención de mapas de riesgo de incendios, y determinar la humedad del suelo para dar alertas tempranas de inundaciones.
“El objetivo primario de la misión –especificó Torrusio– es la estimación de la salinidad del mar. Esto nos sirve para evaluar cómo cambia la circulación oceánica y de qué modo esto impacta en el clima y en el ciclo del agua. En la actualidad, este tipo de datos se obtienen a través boyas o embarcaciones, pero la información es acotada. El satélite, en cambio, brindará información global y permitirá generar mapas cada siete días”.
La misión SAC-D será desarrollada en forma conjunta por Argentina y Estados Unidos, donde cada país colaborará con determinados servicios y tecnología espacial. “En el caso de la Nasa –amplió Torrusio– aportará el instrumento Aquarius, cuyo costo aproximado es de 200 millones de dólares. Se trata de la primera herramienta que medirá la salinidad de los océanos con una tecnología de vanguardia”.
Por su parte, la CONAE contribuirá con siete instrumentos, la plataforma sobre la que los mismos se apoyarán, el segmento terreno (estaciones terrenas encargadas de establecer los enlaces de conexión con el satélite) y la operación de la misión, esto es, el monitoreo del satélite, que consistirá en bajar los datos de todos los instrumentos, calibrarlos y validarlos, a fin de generar productos destinados a la comunidad científica y a otros usuarios. “El observatorio ya está terminado y siendo probado en Brasil. La idea es tenerlo en órbita el año que viene”, confirmó la investigadora de la CONAE.

Otro proyecto
La CONAE está desarrollando el satélite SAOCOM 1, cuyas imágenes podrán ser utilizadas por investigadores de la FICH para validar modelos que determinan el contenido de humedad del suelo, en períodos previos a la siembra de cultivos seleccionados, en un sector de la cuenca inferior del río Salado, en la provincia de Santa Fe.

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