Día del Árbol
La importancia del arbolado público
Viernes 31 de agosto de 2007
Se celebra hoy el "Día del Árbol". Pese a las ordenanzas y leyes vigentes, a diario se observan actitudes irracionales en el ámbito urbano, que indican lo poco que se ha avanzado en el respeto de las especies.
Por Lic. Carlos Zapata *
Hoy viernes 31 de agosto se ha establecido como “día del árbol”. Durante años se ha intentado hacer docencia sobre el valor del arbolado público, contenidos años más tarde en los principios de la Ley Provincial N° 9.004 de Arbolado Público y del Artículo 3 de la ordenanza Municipal Nº 10.389, donde se expresa que “queda prohibida la erradicación y poda del arbolado público”.
Pese a las ordenanzas y leyes vigentes, a diario se observan actitudes irracionales en el ámbito urbano, que indican lo poco que se ha avanzado en el respeto a uno de los más fieles exponentes de la naturaleza, que tanta utilidad prestan en todos o casi todos los ecosistemas, naturales o antrópicos.
Téngase presente respecto a la valoración mencionada y las metodologías para imponerlas, el ejemplo de China, donde en 1981, el Quinto Congreso Nacional del Pueblo aprobó la «Resolución sobre la campaña nacional de plantación voluntaria de árboles». Esta resolución, aún vigente, estipula que todos los ciudadanos sanos de entre 11 y 60 años deben plantar de tres a cinco árboles cada año. Además, quienes no cumplan con el trabajo que se les ha encomendado, deben compensarlo aportando una cantidad de dinero equivalente al valor del trabajo exigido o pagando multas muy elevadas. Por consiguiente, la campaña de plantación de árboles es obligatoria, y el término “voluntario” que aparece en la resolución se refiere al hecho de que quienes plantan los árboles hacen “voluntariamente” el trabajo. Se afirma que desde 1982 se plantan en China al menos 1000 millones de árboles cada año.
Si bien no es comparable en términos destructivos la disminución de árboles que puede hacerse entre el ámbito urbano y las grandes masas boscosas y selvas tropicales donde se han perdido anualmente sólo en los últimos cinco años, un promedio de 7,3 millones de hectáreas anuales de bosques, las ciudades tienen imperiosa necesidad de su presencia y cualquier merma en su foresta es significativa.
El reciente Trabajo sobre Zonificación del Bosque Nativo de la Provincia de Santa Fe realizado por la SMADES y el SEIT nos exime de mayores comentarios sobre la situación Provincial, en virtual colapso ambiental por la desaparición de sus montes naturales, siendo significativos los datos que muestran que en los departamentos de mayor cobertura forestal, su superficie disminuyó a la mitad en el período 1994 – 2.006.
A contrapelo de las exhortaciones de científicos y ambientalistas, en la Argentina se desmontan cada vez más bosques, y a mayor velocidad: entre 2002 y 2006, la deforestación creció casi un 42% respecto del período que va de 1998 a 2002.
Los datos de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación son preliminares, y aún no incluyen la provincia de Misiones ni los bosques de caldenes de La Pampa. Únicamente los andino-patagónicos se mantienen estables, y las masas de ñires se habrían extendido.
En 1998, cuando se realizó el "Primer Inventario Nacional de Bosques Nativos", las selvas y montes de Salta, Chaco, Formosa, Santa Fe, Santiago del Estero y Córdoba sumaban 23.688.921 hectáreas. Apenas ocho años después habían perdido casi el 10%. Entre 1998 y 2002 desaparecieron 781.930 hectáreas. Pero en los últimos cuatro años, el proceso se acentuó y la tala arrasó con 1.108.669 hectáreas, en su gran mayoría, ahora con soja.
A fuerza de parecer reiterativo o repitiendo conceptos por todos conocidos me permito recordar que:
· Los árboles influyen sobre el Microclima urbano regulando la temperatura ambiente, reduciendo las altas y aumentando las bajas, lo que se comprueba fácilmente en un día caluroso al caminar por una vereda con árboles y otra sin ellos. Esto redunda en un menor consumo energético de calefacción y refrigeración constituyéndose en el “acondicionador de aire” más económico del mundo. La explicación esta en la capacidad de la clorofila de absorber energía, la evapotranspiración de las hojas y el efecto sombra que impide que el calor se acumule en las superficies protegidas.
· Reducen sencilla y efectivamente los niveles de contaminación sonora.
· Absorben el dióxido de carbono que en niveles progresivos se libera a la atmósfera como producto de los motores de combustión y otras fuentes de emisión, y que provocan en gran medida el conocido efecto invernadero con su consecuente contribución al cambio climático global. Término medio un árbol adulto consume 6 Kg de dióxido de carbono al año.
· En términos medios, un automóvil puede llegar a consumir en una hora el oxígeno producido diariamente por 20 árboles de porte medio.
· Frenan y retardan los procesos erosivos generales y específicamente en márgenes de cursos de agua.
· Los árboles son capaces de producir sustancias orgánicas complejas a partir de elementos simples como el agua, aire y luz solar. Son los proveedores de alimentos del planeta.
· Como observación final, una duda asociada al planeamiento urbano de ciudades modernas, nos lleva a comparar los 31 m2 de superficie foliar por habitante de Berlín, el 80 % de la superficie de Oslo cubierta de árboles, y Mendoza, donde todo el ejido urbano, incluido el microcentro, está forestado con árboles de mediano y gran porte, sin que a ningún funcionario municipal se le ocurra extraerlos por causas banales.