Mitos y verdades

"Los virus son instrumentos de la evolución"

Viernes 25 de junio de 2010

El investigador Juan Claus, de la UNL, lo afirmó en un nuevo café científico. Durante su exposición contó particularidades de los organismos más pequeños, abundantes y diversos de la biosfera.

“Cada vez que comemos, comemos virus. Al tocar una superficie, estamos tocando virus. En cada respiración inhalamos virus”, alertó Juan Claus, virólogo de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), en el café científico que se desarrolló en la tarde del jueves, en la Chopería Santa Fe.
Los organismos más abundantes de toda la biosfera no son seres vivos, son virus. “Son los más abundantes y también los más diversos. La cantidad que existe en cualquier ambiente es inconmensurable y sólo se entiende si se piensa que son instrumentos evolutivos”, detalló el experto de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la UNL.
Incluso los seres humanos tenemos huella de los virus en lo más íntimo de nuestra constitución. “El 8% del genoma humano es de origen viral. Se trata de una fracción no codificante que, si bien se creía que no tenía una función, ahora se piensa que cumple un rol relevante en la regulación de la expresión. Es decir, en lo que hace que, a pesar de las similitudes del genoma, un humano sea un humano y un ratón, un ratón”, ejemplificó Claus.
A lo largo de la exposición, el virólogo detalló las características de los virus, la forma en la que son capaces de infectar distintos organismos, incluido el hombre y refutó algunos mitos conocidos. Todo esto ocurrió en la última instancia del ciclo de cafés científicos -organizado por la Secretaría de Estado de Ciencia, Tecnología e Innovación del gobierno de Santa Fe junto con la UNL, la Facultad Regional Santa Fe de la Universidad Tecnológica Nacional (FRSF-UTN), la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF) y el Centro Científico Tecnológico (CCT) CONICET Santa Fe-.

Los más conocidos
Los virus que ocasionan enfermedades en los seres humanos pueden ser pocos en comparación con todos los existentes, pero son los que generan alarma social. La pandemia de gripe A H1N1 no podía quedar fuera de la charla. Al respecto, Claus contó que lo que ocurrió a nivel mundial en 2009 fue una pandemia originada en la recombinación de fragmentos virales. “En una célula confluyen dos partículas virales cuyos fragmentos se recombinan y dan origen a un nuevo virus con fragmentos de cada uno. Es un virus novedoso y con capacidades patogénicas diferentes. En todas las pandemias de gripe que sufrió la humanidad se verificó un clásico triángulo compuesto por el hombre, las aves y los cerdos. Es en los cerdos donde se produce la reasociación”, detalló.
Las preguntas del público sirvieron de excusa para enfatizar que los virus siempre mutan. Están en constante cambio, y así logran escapar de la respuesta del huésped. Sin embargo, esto no significa que todas las mutaciones le dan características más virulentas.
El origen del VIH en los años ‘30 también generó la curiosidad del público. Según explicó Claus, el agente causal del SIDA es un ejemplo sobre cómo influyen los cambios en los ecosistemas, y en los modelos económicos en la relación que mantiene el hombre con los virus.
“La comercialización de carne de mono en los ‘30 expuso al hombre a un virus para el que el organismo humano no tenía capacidad de respuesta. Fue en la faena de los simios y el contacto con los fluidos donde ocurrió el cambio”, contó.
Otro ejemplo fue el de la fiebre hemorrágica argentina, causada por el virus Junín, que es autóctono de nuestro país, infecta a ratones de campo. “Se transmite en poblaciones de ratones de manera normal y no es patogénico. En los ‘50, la expansión de los maizales al sur santafesino y norte bonaerense generó el ámbito para la proliferación de los ratones de campo. El paso de la maquinaria agrícola propagó en el aire las partículas virales y aparecieron los primeros casos de fiebre hemorrágica argentina”, contó.

Fábrica de nanopartículas
Las capacidades específicas desarrolladas por los virus permiten a los investigadores idear alternativas para usarlas a su favor. El tamaño de los virus –entre los 20 y 200 nanómetros- ya los ubica en el campo de la nanotecnología. Esto, sumado al mecanismo de replicación que poseen los virus los vuelven la mejor fábrica de nanopartículas. “Los virus primero fabrican componentes, y luego los ensamblan. Es un mecanismo totalmente diferente al de los seres vivos”, apuntó Claus que comparó la multiplicación del virus con la fabricación de los automóviles, en los que cada parte se elabora en un sitio especializado y luego se reúnen todas para el ensamblaje.
Al ser infectada, la célula pierde autonomía y comienza a trabajar en función del virus y sus necesidades. “Comienzan a sintetizar enormes cantidades de aquello que a los virus le interesa, como proteínas que se ensamblan en partículas idénticas. Cada célula infectada puede producir copias de miles de nanopartículas idénticas”, subrayó.
A fin de aprovechar estas y otras características únicas de los virus, investigadores de todo el mundo trabajan en el desarrollo de nanomedicina, vacunación, reactivos de diagnóstico, terapia génica además de otros usos como control de plagas.

Agenda