“Mi fuga diaria”

Testimonios sobre la educación en la prisión

Jueves 8 de agosto de 2013 / Actualizado el jueves 8 de agosto de 2013

En el Foro Cultural se estrenó el documental realizado íntegramente por alumnos del EEMPA N° 1316 de la cárcel de Las Flores, que contaron para esa tarea con el apoyo del Museo Histórico de la UNL.

Un grupo de 14 alumnos de la Escuela de Enseñanza Media para Adultos (EEMPA) que funciona en la Unidad Penitenciaria Nº 2 Las Flores, decidió contar en primera persona cómo es enseñar y aprender en un contexto de encierro, a través de su propio testimonio y el de los docentes de la institución.
“Vengo a la escuela para aprender, para acceder a un trabajo”, “Vengo para aprovechar este tiempo”, “Uno busca en los profesores ese contacto con el afuera que no tenemos”. En cada relato se percibe la convicción de que en las horas de estudio se gesta la posibilidad para una futura integración a la sociedad, pero no esperando el final de la condena, sino aprovechando esa  pequeña grieta que abre la educación en los muros del penal.
El documental se presentó en la Sala Cello del Foro Cultural Universitario, ante un auditorio integrado por autoridades educativas, docentes de la institución, y público en general. Entre los presentes se encontraban el rector de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), Albor Cantard; el director del penal, Luis Pueyo; el director de la EEMPA Nº 1316, Alejandro Zaninetti; y el coordinador de Actividades Culturales de la Unidad Penitenciaria, Julián Córdoba.
Debido a que los alumnos que participaron del documental no podían concurrir al estreno, encontraron la manera de hacerse presentes a través de un mensaje, que grabaron horas antes del encuentro. Quisieron de esa manera agradecer al Museo Histórico de la UNL y a las autoridades de la escuela “que confiaron en nosotros para este trabajo, que fue un aporte para nuestro crecimiento cultural”. Además destacaron el apoyo activo de los que se comprometieron con el proyecto “no sólo cumpliendo con su trabajo, sino también con afecto, apoyo, contención y comprensión”.
“Lo logramos”, se escuchó al final del mensaje, “acá esta el documental que muestra nuestra escuela en la cárcel, nuestra fuga diaria”.
 
Sobre la realización
La directora del Museo Histórico Marta Samatán, Stella Scarciófolo, y la coordinadora del proyecto, Valeria Ansó, precedieron la proyección del documental haciendo referencia a los orígenes de la producción; y al trabajo coordinado con la EEMPA Nº 1316, que en julio de este año cumplió seis años de labor educativa dentro del penal.
Al respecto, señalaron que la producción se originó en las actividades desarrolladas en la línea de acción Museo y Escuela, que integra el proyecto Cultura y Desarrollo, en el marco del Plan de Desarrollo Institucional “Hacia la Universidad del Centenario 2010-2019”.
Siguiendo esa línea, recordaron que la exposición de la muestra patrimonial “Ojo del mundo”, referida al Instituto de Cinematografía que funcionó en la UNL entre 1956 y 1976, fue el primer contacto entre el Museo Histórico UNL y la EEMPA Nº 1316. A partir de esa experiencia, que tuvo lugar durante el año 2012, surgió la propuesta de que los alumnos realicen un fotodocumental, captando escenas de su vida como estudiantes dentro del penal, inspirados en el estilo de algunas producciones del Instituto.
Esa idea originaria se amplió hasta llegar al proyecto del documental, en el que ambas instituciones acordaron acompañar la producción que estuvo a cargo de los propios estudiantes. Para ello, contaron con Valeria Ansó, en su doble rol de referente del Museo y docente del EEMPA; y de Osvaldo Gutiérrez, un ex alumno del Instituto de Cinematografía que colaboró en la filmación, y edición del material.
Así, contó Valeria Ansó que “durante el primer trimestre de 2013 empezamos a trabajar a partir de qué era lo que los alumnos querían mostrar del hecho de ir a la escuela en la cárcel, qué significa para ellos; y cómo ven a sus profesores, y al espacio educativo, dentro de un contexto carcelario que marca fuertemente su manera de vivir”.
“El documental y la muestra de fotografías, son las que hicieron los propios alumnos. No modificamos nada en la edición. Ellos sacaron las fotos, construyeron el guión de la película, pensaron las preguntas y realizaron las entrevistas”, remarcó Ansó. Y concluyó que “fue muy fuerte trabajar con personas que están privadas de su libertad. Uno tiene que trabajar modificando sus representaciones acerca de lo que es un preso, y comenzar a pensar en el cambio que la sociedad debería lograr; no porque uno justifique lo que esas personas han hecho, sino porque ellos van a salir en algún momento y la sociedad tiene que estar preparada para poder reinsertarlos. La Universidad en este sentido, les dio una gran posibilidad que es expresar lo que para ellos significa ir a la escuela y conservar ese espacio de libertad que significa la educación”.
 
Educar para la libertad

Por su parte, el director de la EEMPA Nº 1316, Alejandro Zaninetti comentó que “el documental comenzó con algunos temores, pero se terminó conformando un grupo de personas que logró un grado de convivencia muy importante, teniendo en cuenta que eso no es fácil en la cárcel. Creo que esos alumnos alcanzaron el punto cúlmine de convivencia a partir de esa obra que hicieron, por eso creo que sirvió de mucho esta experiencia”.
Además, Zaninetti aprovechó la oportunidad para reflexionar sobre las posibilidades de inclusión social que posibilita la educación para los adultos privados de su libertad. En ese sentido, destacó que desde la escuela se busca complementar la educación “que es el pilar fundamental de nuestra institución”, con acciones culturales y sociales; y llamó la atención sobre la reinserción laboral, como una deuda pendiente a nivel social.  
 

 

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