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En estos días, la Planta de Alimentos Nutritivos de la UNL cumple dos años de trabajo, durante los cuales, “nunca dejó de producir alimentos, mostró sus productos a toda la región y logró expandirse hacia muchas provincias del país, lo que permitió afianzar relaciones de cooperación, la participación solidaria de la comunidad y las empresas a través de la figura del Asociado Solidario”. Así lo explicó Gustavo Menéndez, secretario de Extensión de la Universidad, en cuya órbita se halla el Programa de Alimentos de Interés Social que coordina la tarea de la Planta.
Los cinco productos allí elaborados -guiso de lentejas, arroz y fideos, arroz primavera y arroz cuatro quesos- son destinados a organizaciones sociales, comedores, planes alimenticios,  escuelas y centros comunitarios, “para que de esta forma lleguen a las personas que más los necesitan”.
Bajo esa premisa, la Asociación Mutual Unidos Cabal Las-Lomas (AM.UCaLL) es una de las organizaciones que acompaña la tarea de la planta, al trabajar junto a familias de los barrios Las Lomas y Cabal. Allí, cumple la misión de “mejorar la alimentación de madres amamantando, madres embarazadas y adultos mayores”.

Por una mejor alimentación
“La gran mayoría de las familias vive de changas y de cirujeo. Hoy en día es una actividad muy deteriorada a causa del bajo valor de comercialización de estos elementos, por lo que devino en actividad de supervivencia en la que se rescata restos de comestibles, muchas veces en mal estado”, narró Ana María Gringiani, presidente de AMUCALL, organización que asume, desde hacer trece años, la tarea de encontrar soluciones al problema de la mala alimentación y desnutrición.
Todos los mediodías más de 20 familias se acercan a la cocina de la Asociación para buscar su almuerzo. Es un ritual comunitario, que se lleva a cabo con mucha dedicación, vocación solidaria y amor. A la casa de A.M.U.Ca.LL –una construcción del siglo XIX- llegan con sus ollas y recipientes madres, nenas y nenes que vuelven o están por ir a la escuela, abuelos que viven solos o que aún son sustento de sus hijos, nietos y bisnietos.
Este comedor comunitario abrió sus puertas en 1999 y actualmente, por falta de personal, funciona con la modalidad de viandas. “Nosotros estamos dando alrededor de 80 raciones por día, y tenemos sólo a dos madres que se encargan de preparar la comida, por eso los productos de la planta, al ser tan fáciles de cocinar y almacenar, hacen más simple el trabajo de las cocineras”, señaló Ana María.

Conocimiento que alimenta
“Con estos alimentos no tenemos que preocuparnos por las verduras que se ponen feas y hay que tirar, además la cocina se ensucia poco, lo único que usamos son las ollas y los cucharones, todo esto agiliza nuestro trabajo. Estamos contentas porque sabemos que a la gente, a los chicos, a todos les gusta. Fue un logro que ahora los chicos acepten comer lentejas, les gusta mucho”, destacó Alicia, una de las cocineras.
 “Nos da tranquilidad saber que estamos brindando un alimento sano y nutritivo, más allá de su precio accesible”, resaltó la presidenta de la Mutual. Esta es una de las características centrales de la planta: ofrecer alimentos de alto valor nutricional a bajo costo. Productos que fueron posible, a partir del desarrollo de conocimientos y de investigaciones de docentes y alumnos de la UNL.
Para quienes trabajan en la planta “un nuevo aniversario implica renovar el compromiso de trabajo conjunto con las organizaciones sociales en pos de seguir construyendo una sociedad más justa e inclusiva”.
Más información: alimentosnutritivos@unl.edu.ar