Ciencia y Técnica

Universalismo versus relativismo

Lunes 5 de septiembre de 2005

En el siglo XXI, la vieja tensión entre lo universal y lo particular lejos de estar clausurada emerge cotidianamente. Configura un problema no sólo filosófico sino también político. Investigaciones básicas a realizarse en la UNL buscan zanjar el problema.

La temática del universalismo y el relativismo presenta una larga historia en el desarrollo de la filosofía, que podría remontarse a la AntigÁƒ¼edad en las disputas entre Platón y los sofistas y que se ha extendido a lo largo de los siglos de historia de la filosofía hasta nuestros días. Sin embargo, "la investigación que nos proponemos realizar no es centralmente histórica, sino que el problema de la antinomia universalismo Á‚"“ particularismo nos interesa particularmente por su relevancia contemporánea": con estas palabras comenzó la explicación Adriana Gonzalo, doctora en Filosofía y directora del programa de actividades científicas y tecnológicas denominado "Universalismo y relativismo. Problemas y propuestas en el campo de la Filosofía", en el marco del Curso de Acción para la Investigación y el Desarrollo (CAI+D 2005) que se efectúa en la Universidad Nacional del Litoral (UNL).

La antinomia universalismo-relativismo puede rastrearse en diversas disciplinas filosóficas. Por ejemplo, cuando nos acercamos a la problemática desde un enfoque epistemológico nos enfrentamos con la cuestión de determinar qué es conocimiento frente a lo que no lo es y esto es importante en el marco del conocimiento científico: "Á‚¿Podemos defender la ciencia o representa ésta un sistema de creencias más? Así también somos interpelados por cuestiones tales como: Á‚¿Es posible tener una justificación universal del conocimiento?, Á‚¿podemos hallar criterios universales de justificación?", añadió la investigadora.

Multiplicidad de culturas

Á‚¿Es posible hablar de principios o normas universales?, Á‚¿cómo hacer compatible el respeto a la diferencia con leyes morales universales? Son algunas de las preguntas que se plantea Victoria Camps para referirse el problema de la antinomia universalismo y relativismo en el campo de la ética y de la filosofía social.

"Es una decisión irresuelta determinar el límite en el contexto de una multiplicidad de culturas. Por ejemplo hoy en día la extirpación del clítoris en las mujeres en sociedades africanas es vista desde una pauta moral occidental como absolutamente reprobable, causa estupor debido al valor que ha tomado la sexualidad femenina, particularmente gracias a las teorías psicoanalíticas. Pero debemos ser conscientes de que esta situación cien o doscientos años atrás pasó desapercibida. La pregunta es Á‚¿hasta qué punto somos consecuentes con los pluralismos éticos? El problema en el fondo implica la cuestión de cómo legislar, es decir, conlleva un problema legal y político", explicitó Gonzalo.

Una apuesta fuerte

"El Proyecto de una lengua Universal", que en el marco del mencionado programa dirige la Dra. Gonzalo, indaga sobre los diversos proyectos contemporáneos de un lenguaje universal, sus bases lógicas y semánticas, como los modos de fundamentación de éstos. La idea de un lenguaje universal tiene sus antecedentes históricos en los proyectos del S. XVII en Inglaterra (Wilkins, Dalgarno son dos de los representantes más significativos), los que recibieron un impulso clave con la obra de F. Bacon; asimismo, la obra de Leibniz fue pionera en esta búsqueda de una lengua universal y perfecta.

Sin embargo, los proyectos surgidos en Inglaterra son sustancialmente diferentes de los que se plantean en la actualidad, debido a que aquellos perseguían ideales de univocidad, simplificación y convencionalidad, y se hallaban en la búsqueda de un lenguaje de caracteres capaz de "ponerse en relación directa con las cosas". Esta línea es cuestionada en el proyecto que sustenta Adriana Gonzalo: "No estamos suponiendo que hay cosas en el mundo y que las palabras refieren a esas cosas del mundo; aceptamos un sistema de categorización lingÁƒ¼ística, a-priori, y resaltamos el rol de éstas como parte del sistema cognitivo".

Una de las líneas e hipótesis del proyecto de investigación consiste en afirmar que existen rasgos, genéricos, comunes y compartidos por las lenguas naturales. Esta conjetura supone la existencia de un lenguaje universal (entendido como un conjunto de elementos y reglas lingÁƒ¼ísticas comunes).

Comprendido desde esta perspectiva, el "Lenguaje no es solamente un sistema de comunicación -prosiguió la investigadora- sino que lo entendemos básicamente como un sistema cognitivo; una forma que se ha generado en la mente-cerebro del sujeto humano, y constituye uno de los modos de representación cognitiva, tal como sostiene Chomsky".

"Suponemos, además, que el niño posee una estructuración a priori que le permite organizar categorialmente la realidad que tiene alrededor. Entonces un niño que nace en México, China o Inglaterra posee elementos comunes de estructuración lingÁƒ¼ística. Lo cual no quiere decir que todos vamos a hablar la misma lengua, sino que existe una capacidad innata común, que podríamos denominar "patrones lingÁƒ¼ísticos". Finalmente, esta suposición tiene consecuencias ontológicas, ya que si bien no pensamos en un mundo unívoco, sí pensamos en una realidad compartida, y en este sentido nos estaríamos oponiendo a la idea ontologías múltiples y relativas a la diversidad de lenguas particulares", concluyó Gonzalo.

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