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Venturina Catalina Broggini: el desafío de romper las reglas

Jueves 31 de marzo de 2022 / Actualizado el jueves 31 de marzo de 2022

Fuera de todo lo preestablecido para los estudios universitarios de la época, fue la primera mujer en Argentina en obtener el título de Ingeniera Química. Lo hizo en 1934 en la Facultad de Química Industrial y Agrícola (hoy FIQ-UNL).

Corría el año 1934 y en Argentina transcurría la llamada Década Infame, un período de nuestra historia política que inició en 1930 con el golpe de estado cívico-militar que derrocó al presidente radical Hipólito Yrigoyen y finalizó en 1943 con el golpe de estado militar que derrocó al presidente conservador Ramón Castillo.
En lo socio-económico, las clases medias (en su mayoría de origen inmigratorio) se acomodaban en el próspero país agroexportador. Fue una de las etapas de mayor crecimiento económico de Argentina, en el que estas familias soñaban con que sus hijos accedan a la Universidad. También era un momento de la historia en el que no era común ver estudiantes mujeres por los pasillos de las facultades y mucho menos, que lleguen a graduarse.

En este contexto, una joven santafesina se aventuraba a desafiar los límites y rompía las reglas. Venturina Catalina Broggini ingresó en la década del ‘20 como una de las pocas estudiantes mujeres de la época a la, por entonces, Facultad de Química Industrial y Agrícola de la Universidad Nacional del Litoral (hoy Facultad de Ingeniería Química). Con la fuerza del significado de su nombre (inquieta, que se aventura a los desafíos y consigue concretar sus deseos), Venturina estudió la carrera de Ingeniería Química y se graduó en 1934. Se convertía así en la primera mujer en obtener este título y lo hizo tan sólo 9 años después del que primer hombre lo hiciera en 1925.

Para graduarse, la hija del inmigrante italiano Manuel Broggini y de la argentina Catalina C. de Broggini, defendió su tesis titulada: “Algunas investigaciones sobre la influencia de la electricidad en la actividad diastásica durante la germinación de la cebada”. La misma fue publicada en los Anales del Instituto de Investigación (Vol. III).

 

De ayudante alumna a jefa de laboratorio

 

En FIQ comenzó su carrera académica siendo Ayudante del Laboratorio de Química Analítica en el año 1933. Hizo toda su carrera docente en dicha facultad siendo profesora interina, profesora adjunta y profesora asociada, llegando a ser Profesora titular con dedicación exclusiva en 1961. Asimismo, desde 1956 fue Profesora titular de Análisis Industrial y de Química Analítica General en la Escuela Industrial Superior de la UNL. Su carrera docente culminó en 1963, año en el que se jubiló. Durante estos años (a partir de 1955) también integró el Consejo Consultivo del Instituto de Profesorado dependiente del Instituto Social. 

Fuera del ámbito académico, luego de recibirse, se desempeñó como Química de la Oficina Química Municipal de Santa Fe a partir de 1934 siendo nombrada en 1945 Química jefe de Laboratorio, Ministerio de Salud Pública, Instituto Bromatológico de Santa Fe. Cumplió esta labor hasta 1954 cuando se retiró y dedicó todas sus horas laborales a la actividad académica en la FIQ.

“La historia de Venturina no es la de una estudiante más. Sin lugar a dudas, sentó un precedente fundamental en la vida de la FIQ, pero también en la historia de la Ingeniería Química en el país. Gracias a este hito muchas mujeres se atrevieron a imaginarse profesionales y a pensar que otro futuro era posible”, expresó Lucrecia Wilson, Secretaria General de FIQ. “Es un hecho que hay que contextualizarlo en esa época en la que muy pocas mujeres tenían lugar en las aulas, ya sean estudiantes como docentes. No sabemos a ciencia cierta cuál fue el camino recorrido por Venturina para obtener el título, pero es -sin titubeos- una referente de esta Casa, que queremos visibilizar en el mes de la mujer”.

 

Prensa FIQ | UNL

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