Ciencia y Técnica UNL
Á‚¿En qué son distintas la música de hoy y la de ayer?
Lunes 7 de febrero de 2005
Docentes de la UNL documentaron que la creación musical de la segunda mitad del siglo XX se caracterizó por el uso de variables no convencionales. Las guerras mundiales marcaron la composición musical, derribaron convencionalismos y le dieron rienda a variable
La música no es sólo un reflejo del alma, como gustan decir algunos poetas. También es un reflejo de lo que le pasa a una sociedad, de los cambios que experimenta su cultura, su forma de concebir la política, la economía, los acontecimientos sociales; su percepción del mundo.
Algo de eso pasó desde la segunda mitad del siglo XX en adelante, cuando las creaciones musicales latinoamericanas se destacaron por el uso no convencional de ciertas variables, en contraposición a las de comienzos de ese mismo siglo. Según pudieron documentar investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), las guerras mundiales fueron acontecimientos que marcaron Á‚"“entre otras cosasÁ‚"” la composición musical, derribaron algunos convencionalismos y le dieron rienda a algunas variables que no habían sido muy tenidas en cuenta hasta ese momento.
Una de ellas es el timbre, aquel aspecto que nos permite distinguir un sonido de otro, tanto en los instrumentos musicales como también en las voces de las personas que conocemos. "El timbre adquirió mucha relevancia desde la segunda mitad del siglo XX; hasta ese momento la música estaba muy centrada en otras variables", dijo el profesor Dante Grela, docente e investigador del Instituto Superior de Música (ISM) de la UNL.
El trabajo que Grela dirige se ocupa de la creación latinoamericana (obras solistas, de cámara y orquestales) durante el siglo XX, período que se dividió tomando el eje de las guerras mundiales. En ese marco "buscamos al timbre como un parámetro, una de las variables que hacen a la caracterización de los fenómenos sonoros".
Tras detenidas escuchas en cada una de las grabaciones que integraron la muestra, los investigadores pudieron determinar que durante la primera mitad del siglo el tratamiento del timbre fue convencional, "más ligado a la música de los siglos anteriores" (el sonido tradicional del piano, por ejemplo, o de las cuerdas de una guitarra). Luego, comenzaron a utilizarse formas alternativas y no convencionales en el uso del timbre (golpear la guitarra con los puños, o pulsar con los dedos las cuerdas de un piano).
"El tratamiento convencional implica utilizar los instrumentos de la manera tradicional, a la que está ligado su uso en el pasado: es convencional tocar a un violín con un arco, pero si lo golpeo con algo estoy haciendo un tratamiento no convencional. Y eso surge en la segunda mitad del siglo XX, después de la Segunda Guerra Mundial", explicó Grela.
"Así como comienzan a derrumbarse todas las estructuras que habían gobernado el mundo, en música se vio un movimiento paralelo, porque el arte es un reflejo de la época en que se vive". En este sentido, la música comienza a explorar en otras variables, como la organización de las alturas, el ritmo y la forma.
Luego, tras la Segunda Guerra Mundial, "el artista musical siguió renovando todo lo que había pertenecido al pasado, y comenzó a tocar un aspecto que siempre había quedado relegado: el timbre. Así como el ser humano busca explorarse internamente, el músico comienza a explorar sus instrumentos, incluso la misma voz", en la búsqueda de tratamientos no convencionales, capaces de quebrar las estructuras vigentes.
"Los artistas comenzaron a preguntarse por qué la voz tiene que ser siembre cantada, por qué no puedo cantar a través de un tubo, por ejemplo; de esa forma comienzan a aparecer nuevas técnicas, todo un trabajo de exploración en torno del timbre y de sus usos no convencionales", explicó Grela.
"Actualmente coexisten todas las variantes: hay compositores que siguen trabajando el instrumento de manera convencional, pero crean colores tímbricos a través de las combinaciones de altura", explicó Grela. Incluso "existen tendencias actuales, de los últimos 20 años, que buscan centrar la exploración tímbrica en el uso del ruido; hay compositores que exploran todas las posibilidades que tienen los instrumentos de producir espectros inarmónicos (ruido)", dijo el compositor.
"Latinoamérica es un campo de estudio que no está trabajado; nos encontramos con grandes dificultades porque solamente encontramos artículos de investigación sueltos. No hay una historia musical de Latinoamérica", dijo Grela.
"Por eso nos interesa hacer una síntesis, porque la creación latinoamericana tiene un enorme aporte a la música del mundo, incluso en comparación con los grandes centros de producción de conocimientos", finalizó.
Equipo de investigación: Lic. Alfonso Paz, Alumno Jorge Vázquez, Prof.Lilia Vieri, Prof. Marisa Lens, Prof. Norma Gianotti, Prof. Susana Steiger, Lic. Sergio Santi
Algo de eso pasó desde la segunda mitad del siglo XX en adelante, cuando las creaciones musicales latinoamericanas se destacaron por el uso no convencional de ciertas variables, en contraposición a las de comienzos de ese mismo siglo. Según pudieron documentar investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), las guerras mundiales fueron acontecimientos que marcaron Á‚"“entre otras cosasÁ‚"” la composición musical, derribaron algunos convencionalismos y le dieron rienda a algunas variables que no habían sido muy tenidas en cuenta hasta ese momento.
Una de ellas es el timbre, aquel aspecto que nos permite distinguir un sonido de otro, tanto en los instrumentos musicales como también en las voces de las personas que conocemos. "El timbre adquirió mucha relevancia desde la segunda mitad del siglo XX; hasta ese momento la música estaba muy centrada en otras variables", dijo el profesor Dante Grela, docente e investigador del Instituto Superior de Música (ISM) de la UNL.
El trabajo que Grela dirige se ocupa de la creación latinoamericana (obras solistas, de cámara y orquestales) durante el siglo XX, período que se dividió tomando el eje de las guerras mundiales. En ese marco "buscamos al timbre como un parámetro, una de las variables que hacen a la caracterización de los fenómenos sonoros".
Tras detenidas escuchas en cada una de las grabaciones que integraron la muestra, los investigadores pudieron determinar que durante la primera mitad del siglo el tratamiento del timbre fue convencional, "más ligado a la música de los siglos anteriores" (el sonido tradicional del piano, por ejemplo, o de las cuerdas de una guitarra). Luego, comenzaron a utilizarse formas alternativas y no convencionales en el uso del timbre (golpear la guitarra con los puños, o pulsar con los dedos las cuerdas de un piano).
"El tratamiento convencional implica utilizar los instrumentos de la manera tradicional, a la que está ligado su uso en el pasado: es convencional tocar a un violín con un arco, pero si lo golpeo con algo estoy haciendo un tratamiento no convencional. Y eso surge en la segunda mitad del siglo XX, después de la Segunda Guerra Mundial", explicó Grela.
Las etapas
"Tras la Primera Guerra Mundial, se plantea un agotamiento de las estructuras que hasta ese momento habían regido las ciencias, las artes, el pensamiento mismo. En la música también comienza a verse que algunas variables llegan a su punto de crisis", dijo Grela."Así como comienzan a derrumbarse todas las estructuras que habían gobernado el mundo, en música se vio un movimiento paralelo, porque el arte es un reflejo de la época en que se vive". En este sentido, la música comienza a explorar en otras variables, como la organización de las alturas, el ritmo y la forma.
Luego, tras la Segunda Guerra Mundial, "el artista musical siguió renovando todo lo que había pertenecido al pasado, y comenzó a tocar un aspecto que siempre había quedado relegado: el timbre. Así como el ser humano busca explorarse internamente, el músico comienza a explorar sus instrumentos, incluso la misma voz", en la búsqueda de tratamientos no convencionales, capaces de quebrar las estructuras vigentes.
"Los artistas comenzaron a preguntarse por qué la voz tiene que ser siembre cantada, por qué no puedo cantar a través de un tubo, por ejemplo; de esa forma comienzan a aparecer nuevas técnicas, todo un trabajo de exploración en torno del timbre y de sus usos no convencionales", explicó Grela.
La nueva música
En virtud de esos cambios, aparecen en la creación musical nuevos campos: la búsqueda de nuevos recursos en los instrumentos tradicionales; la nueva luthería, es decir, la invención de nuevos instrumentos musicales; y finalmente la preparación de los instrumentos convencionales a través del agregado de objetos (una guitarra que lleva papeles entre las cuerdas, por ejemplo, puede dar sonidos similares a los que caracterizan a la música oriental)."Actualmente coexisten todas las variantes: hay compositores que siguen trabajando el instrumento de manera convencional, pero crean colores tímbricos a través de las combinaciones de altura", explicó Grela. Incluso "existen tendencias actuales, de los últimos 20 años, que buscan centrar la exploración tímbrica en el uso del ruido; hay compositores que exploran todas las posibilidades que tienen los instrumentos de producir espectros inarmónicos (ruido)", dijo el compositor.
La creación latinoamericana
La creación latinoamericana y argentina en el último siglo ha sido una preocupación permanente de este grupo de investigadores, que desde hace 10 años trabajan en ese campo a través de distintos proyectos subsidiados por la UNL."Latinoamérica es un campo de estudio que no está trabajado; nos encontramos con grandes dificultades porque solamente encontramos artículos de investigación sueltos. No hay una historia musical de Latinoamérica", dijo Grela.
"Por eso nos interesa hacer una síntesis, porque la creación latinoamericana tiene un enorme aporte a la música del mundo, incluso en comparación con los grandes centros de producción de conocimientos", finalizó.
Equipo de investigación: Lic. Alfonso Paz, Alumno Jorge Vázquez, Prof.Lilia Vieri, Prof. Marisa Lens, Prof. Norma Gianotti, Prof. Susana Steiger, Lic. Sergio Santi