En la Feria del Libro

“Sin autonomía fiscal no hay autonomía política de las provincias”

Martes 3 de noviembre de 2009

Así lo expresó ayer el politólogo Hugo Quiroga en su conferencia “Democracia, república y federalismo”. En una nueva instancia del ciclo Pensar la Nación en el Bicentenario afirmó que la desigualdad social es el problema más urgente para la organización de un

“La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana federal, según la establece la presente Constitución”, expresa el artículo primero de la Carta Magna. Hoy, ante la inminencia del Bicentenario, el politólogo Hugo Quiroga propone repensar estos tres conceptos fundacionales en función de la Argentina presente .
“De lo que se trata es de pensar estos cimientos políticos e institucionales que nacieron en el siglo XIX a la luz del presente pero teniendo en cuenta fundamentalmente el siglo XX”, introdujo el experto.
Así comenzó una nueva conferencia del ciclo Pensar la Nación en el Bicentenario, organizado por las Universidades Nacionales del Litoral, Rosario, Cuyo y Comahue; y auspiciado por Banco Credicoop y Le Monde Diplomatique. En esta oportunidad, el debate tuvo lugar, este lunes 2, en el marco de la 16º Feria del Libro de Santa Fe que se desarrolla en la ex estación Belgrano.
El docente e investigador de las UNL y UNR reflexionó sobre el carácter de la actual democracia argentina, señaló sus logros a lo largo del siglo XX pero también los desafíos y cuentas pendientes.

Siglo XX, siglo corto
“La idea de siglo es una idea que puede ser arbitraria porque según los estudiosos hay siglos históricos y hay siglos aritméticos. Los históricos son los que son una construcción del intelecto. Me voy a permitir el desafío de decir que, en Argentina, el siglo XX es un siglo corto que nació en 1912 y se cerró en 1983. Ese fue el recorrido de la democracia por encontrar un orden estable y legítimo”, contó Quiroga.
Según detalló, en 50 años el país tuvo seis golpes militares, proscripciones -primero del radicalismo y después del peronismo-, fraude patriótico. Y esta discontinuidad, junto con la débil presencia del Estado, hizo que la historia argentina se caracterice por la sospecha y los desencuentros entre gobernantes, gobernados e instituciones.

Logros y déficit
En los casi 26 años que lleva ininterrumpida la democracia argentina, Quiroga destacó hechos y valores como la elección de seis presidentes constitucionales, la subordinación de las fuerzas armadas al poder civil, la reducción de la Corte Suprema, la defensa de los derechos humanos, la alternancia política en la democracia y el valor del voto democrático. Todos estos configuran, según Quiroga, logros de la democracia nacional.
Sin embargo, el proceso que se transita desde 1983 es complejo y ambiguo que presenta rasgos preocupantes. “Han aparecido nuevas demandas en la sociedad que tiene que ver con la falta de equidad, con los deseos de seguridad, con la eliminación de la corrupción, con la calidad de las instituciones públicas, especialmente con las que imparten justicia”, señaló.

Urnas y testimoniales
Hoy el voto representa, aún simbólicamente, la participación más orgánica e institucionalizada de los ciudadanos. Es por esto que el politólogo señala que el mayor capital político de la sociedad argentina es haber podido organizar una democracia electoral previsiblemente durable. “Votar no es un hecho irrelevante en nuestro país si tenemos en cuenta esta discontinuidad institucional. Pero no se trata sólo de votar, sino que también de organizar mejor el espacio público, de organizar mejor el poder democrático. Porque el poder democrático, en verdad, está diseminado en la sociedad”, reflexionó.
En este sentido, los dirigentes y los ciudadanos tienen la obligación de preservar este capital político acumulado. “Los ciudadanos están más interesados en votar que en participar en los partidos políticos, es por eso que hay que preservar las urnas y las candidaturas”, afirmó.
“Cuando los partidos se vacían, se vacía la democracia. Los partidos son estructuras estructurantes de la sociedad. Si estos partidos están vaciados, lo que vamos a conseguir en definitiva es una democracia desestructurada”, sostuvo.

Debilidad de la república
Otra deuda de los últimos 26 años, según Quioga, es que si bien se consolidó la democracia electoral, se alejó de los principios fundamentales de una democracia republicana. “Esos principios se relacionan con la extrema superioridad del Ejecutivo, la debilidad de los contextos deliberativos, con el escaso respeto a la división de poderes, con la inconsistencia del control sobre las decisiones políticas. Esta práctica no republicana afecta negativamente a nuestra democracia”, argumentó.
Como detalló el docente, uno de los indicios de la debilidad de la República es lo que llama el “decisionismo democrático”. Este concepto elaborado por el politólogo surge a partir de 1989 y refiere al gobierno en estado de emergencia permanente, de manera que se utilizan los poderes discrecionales destinados exclusivamente a las épocas excepcionales en épocas de normalidad.

Autonomía y federalismo
La filosofía de organización y distribución del poder político por el cual el gobierno y el poder ser descentralizan territorialmente es el federalismo, que combina unidad y diversidad.
“Las provincias reclaman mayor equidad fiscal porque efectivamente las provincias retienen las tres funciones fundamentales de todo Estado: la seguridad, la educación y la salud”, explicó Quiroga. Por ley, la coparticipación automática no puede ser inferior al 34% y hoy está por el orden del 30%, los valores más bajos de la historia.
Además, el politólogo destacó otro aspecto negativo del actual federalismo fiscal, que son las transferencias adicionales de la recaudación fiscal no presupuestada. “Entre 2003 y 2009 no se han presupuestado 100.000 millones de pesos. Ese monto, que formó parte de la recaudación quedó fuera de los presupuesto y no se incorporó al debate parlamentario –y agregó- sin autonomía fiscal, no hay autonomía política de las provincias”.

Desafíos
De cara al bicentenario, Quiroga destacó que nos falta construir una democracia de inspiración republicana que establezca un sistema de colaboración de poderes, de revitalización de la vida ciudadana y ampliación de las bases de la decisión política. “El federalismo reclama la participación más activa de las provincias en un proceso de desarrollo integral y estratégico y de un Senado que la represente en sus intereses”, afirmó.
El docente universitario destacó que la desigualdad social aparece como el problema de más urgente resolución para la organización de un orden democrático estable, legítimo y justo. “El problema de las desigualdades sociales y culturales no es un problema que consista en la ausencia o la falta de derechos, sino de la efectivización de esos derechos. Creo que aquí hay que recurrir, sin dudas, a una ética reformista, hay que buscar políticas públicas satisfactorias”, manifestó.
“La democracia necesita de un Estado. Hay una estrecha conexión entre Estado y democracia porque nuestras sociedades democráticas funcionan en un sistema capitalista. Y el orden capitalista se rige exclusivamente por la ganancia. Esa es su lógica, mientras que la lógica de la democracia es la lógica de la igualdad. Por eso se requiere de un Estado fuerte capaz de garantizar estos derechos democráticos, capaz de controlar y regular esa lógica que tienen los mercados”, culminó.

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