Comunicado de la FUL

A 60 años de Auschwitz

Lunes 7 de febrero de 2005

La Federación Universitaria del Litoral emitió un comunicado firmado por su presidente y secretario general. Señalan la importancia de la memoria como un deber moral inexcusable hacia las víctimas, hacia generaciones futuras y hacia la humanidad en general. "C

En un comunicado enviado por el jueves 27 de enero, la Federación Universitaria del Litoral (FUL) se sumó a los recordatorios realizados en todo el mundo con motivo de conmemorarse el sextuagésimo aniversario de la liberación del ícono nazi en la Segunda Guerra Mundial: Auschwitz. El documento, enviado por correo electrónico con la firma de Cristian Quinteros y Eduardo Burgos, presidente y secretario general de la FUL, respectivamente, los jóvenes señalan que:

"Auschwitz era un sistema mortal perfectamente estructurado, que explotaba a sus víctimas hasta su total agotamiento antes de que fueran a parar a las cámaras de gas Á‚"“igual que los presos no aptos para trabajarÁ‚"“, o murieran por hambre, debilidad, enfermedad o malos tratos".

"El 27 de enero de 1945, el ejército soviético liberó el campo de concentración en Polonia donde el régimen nazi mató a un millón y medio de personas, en su mayoría judíos. Cerca de 7.000 prisioneros, más de 600 menores, recuperaban la libertad tras sobrevivir al horror de los campos de concentración nazis, donde fueron asesinados seis millones de judíos como parte de la 'Solución Final' planeada por Adolf Hitler".

"Situado en Polonia, a unos 60 kilómetros al oeste de Cracovia, en el norte de Silesia Oriental, que fue anexionada por la Alemania nazi, tras la invasión de Polonia en septiembre de 1939. El primer campo fue construido poco después. En marzo de 1941, el ReichsfÁƒ¼hrer de las SS, Heinrich Himmler, ordenó la construcción de un segundo campo en Birkenau, a tres kilómetros. En ese recinto se levantó el verdadero campo de exterminio, llamado Auschwitz II, y en la cercana Monowitz, el llamado Auschwitz III, al que respondían otros 45 subcampos".

"Los prisioneros eran registrados y recibían un número de identificación que se les tatuaba en el brazo izquierdo. Los presos considerados no aptos para trabajar eran asesinados el mismo día de su arribo en las cámaras de gas disfrazadas de duchas en Birkenau con el gas tóxico Cyklon B".

"Los crematorios, científicamente planeados, deberían haber podido hacer frente a todo el proyecto, pero no podían. El complejo tenía cuarenta y seis nichos de horno, cada uno con capacidad para entre tres y cinco personas. La incineración en un nicho duraba una media hora. En un momento el total de incineraciones alcanzó un pico de 24.000 al día, pero aún así había un cuello de botella".

"Las autoridades del campo necesitaban un método de eliminación de los cadáveres económico y rápido, así que de nuevo cavaron seis enormes fosas y reabrieron antiguas fosas cavadas en el bosque. Así, un tiempo después, la incineración en fosas se convirtió en el método principal de eliminación de cadáveres. Las fosas tenían canalizaciones en un lado que recogían la grasa humana. Para mantener las fosas ardiendo, los trabajadores asignados a esta tarea vertían aceite, alcohol y grandes cantidades de grasa humana hirviendo sobre los cadáveres".

"Varios de los setenta o más proyectos de investigación médica llevados a cabo por los nazis entre otoño de 1939 y primavera de 1945 tuvieron lugar en Auschwitz. Estos proyectos incluían experimentos realizados con seres humanos contra su voluntad, y se empleó al menos a siete mil personas, basándose en los documentos existentes y los testimonios personales".

"Transcurridos 60 años, son cada vez menos los testigos de aquella pesadilla y, en consecuencia, más fáciles el olvido y la trivialización de este tenebroso hito. Pero la memoria de Auschwitz es un deber moral inexcusable hacia las víctimas, hacia generaciones futuras y hacia la humanidad en general".

"El mundo no debe, no puede, olvidar..."

Agenda