Barletta fue elegido Rector

Barletta: "Se hace imprescindible pensar una Universidad distinta"

Jueves 6 de diciembre de 2001

El Ing. Mario Barletta fue electo rector de la UNL por una amplia mayoría. En un documento titulado "El porvenir de la Universidad" ya había presentado su propuesta a los representantes de todos los claustros. Los ejes sobresalientes de dicho documento.

Durante el proceso electoral llevado a cabo en la UNL, el Ing. Mario Barletta presentó ante los representantes recientemente electos por cada uno de los claustros universitarios, su propuesta para la gestión 2002-2006, llamada “El porvenir de la Universidad”.
El título de dicho documento hace alusión a una publicación de José Ingenieros quien a principios del siglo pasado sentaba las bases del ideario de la Universidad Reformista planteando “la universidad del porvenir”. Es la relación entre democratización, saber y sociedad la que define el modelo universitario y sobre la cual Barletta estructura su propuesta para el desarrollo de la Universidad Nacional del Litoral: “Ocuparnos del porvenir de la Universidad actualizando los términos de José Ingenieros, es no solamente responder a un imperativo de la época sino apelar a la propia génesis de nuestra institución para encontrar las claves de su futuro”.
En primer lugar, ante el reconocimiento de la grave crisis por la que atraviesa nuestro país, el Rector electo por plantea que “la exigencia de asumir actitudes responsables como verdaderos sujetos universitarios nos tiene que llevar a abandonar los perimidos posicionamientos defensivos, las actitudes de conformismo resignado o de aceptación acrítica del estado de cosas vigente. Se hace imprescindible pensar una universidad distinta, recuperando nuestros principios históricos y filosóficos, reconceptualizándolos en relación con los nuevos desafíos vinculados al conocimiento, a su democratización y a su relación con las necesidades de la sociedad”.
Barletta propone “superar la reacción legítima de resistencia frente a la propuesta privatista, a la reconversión al ethos empresarial y a la privación de nuestra historia. No alcanza con la mera resistencia. Somos los universitarios quienes debemos imponer la lógica del cambio, asumiendo nuevos modos de responsabilidad, desde la autonomía y la diferencia”. En ese sentido, el rector de la UNL destaca que “debemos estar atentos a las amenazas y oportunidades que nos proporciona el contexto y ser realmente concientes de nuestras debilidades. El Plan de Desarrollo Institucional nos ha permitido contar con una hoja de ruta en la tormenta, y fortalecer nuestra universidad a la vez que direccionar las políticas hacia los cambios reales y necesarios”. Cabe recordar que el mencionado Plan de Desarrollo fue el proyecto con el cual Barletta asumió los dos años de gestión que restaban para completar el mandato de Hugo Storero, en marzo de 2000. Los ejes rectores de las políticas institucionales se orientaron hacia la misión del mejoramiento de la calidad, a partir de un proyecto colectivo y global destinado a generar una universidad “permanentemente innovadora”.

El nuevo contexto

Tres aspectos se resaltan en la propuesta al momento de identificar los condicionantes del nuevo contexto. Los profundos cambios que surgen de los procesos de globalización, la crisis económica y social de la Argentina y la debilidad del Estado, y el debate sobre el acceso al conocimiento en las sociedades actuales.
“Nuestra sociedad está inserta en un mundo atravesado por profundos y complejos cambios que son producto de procesos de globalización, desarrollo de la ciencia y la tecnología, mutaciones en los paradigmas productivos, fenómenos de exclusión social y crisis de los estados. Los problemas emergentes como consecuencia de estos cambios interpelan a la Universidad. Por un lado, las transformaciones tecnológicas que requieren de innovaciones para atender demandas inéditas de formación de profesionales y de producción de conocimiento; y por otro, los elevados índices de desocupación que acentúan las diferencias sociales y vulneran el nivel de vida de importantes sectores de la población”.
“Nuestro país está viviendo una de las más profundas y prolongadas crisis. La debilidad del Estado y la fuerte restricción presupuestaria para el sistema universitario constituyen una situación estructural que debemos tener presentes al momento de pensar la universidad que viene”.
“De igual modo, debemos saber que el conocimiento y la información se han convertido en la base de los procesos productivos y en el pilar fundamental para el desempeño ciudadano en la nueva estructura social. Las tendencias al aumento de la desigualdad y de la exclusión social indican que una sociedad y una economía basadas en el uso intensivo de conocimientos pueden llegar a ser mucho más inequitativas que una sociedad y una economía basadas en otros factores. Por lo tanto, el papel de las Universidades en tanto instituciones responsables de producir y distribuir conocimientos debe ser analizado en este marco global teniendo en cuenta la cuestión del acceso al conocimiento. Y ello implica contemplar tres aspectos: el acceso al conocimiento a lo largo de toda la vida (educación continua), la democratización del acceso a todos los niveles del conocimiento (igualdad de oportunidades) y el acceso a partir de las nuevas tecnologías de la información (educación asistida)”.

La nueva universidad

El Ing. Mario Barletta define para el actual momento “una triple estrategia para garantizar las posibilidades de éxito de la Universidad Pública en el cumplimiento de su misión social”.
“Por un lado, la Universidad debe reforzar su relación con los gobiernos locales y con las empresas de nuestra región con vistas a desarrollar estrategias cooperativas y articuladas que permitan sostener y acrecentar las potencialidades del trabajo conjunto entre la sociedad civil, los gobiernos locales, las empresas y las instituciones educativas. Por otro lado, apelar al esfuerzo y el compromiso de la comunidad universitaria y de la sociedad en su conjunto para enfrentar la crisis a través de mecanismos complementarios de financiamiento, orientados por el ideal de la igualdad de oportunidades. Por último, se debe producir una FLOAT8transformación de la estructura, la organización y la gestión de la institución para construir una nueva Universidad. Debemos fundar la gestión institucional de la UNL en una política innovadora, lo cual implica revisar de manera profunda los hábitos académicos, políticos y administrativos, como también las estructuras que los hacen posible. Debemos reconocer y poder superar las dificultades que nos genera el peso de la historia en la conformación de estructuras, procesos y normas que fueron muy funcionales para otros tiempos, pero que en la actualidad imposibilitan definir en forma concertada un proyecto innovador de gobierno y de organización universitaria”.
La propuesta señala que no se intenta repensar la universidad a partir de su asimilación a una “organización empresaria” o a la “burocracia estatal”. Barletta sostiene: “Debemos animarnos a repensar nuestra institución respetando las particularidades de la lógica universitaria y las tradiciones que han hecho posible nuestro prestigio internacional. Pero debemos evitar que estas tradiciones conspiren con la necesidad de articular procesos globales de transformación acordes a los desafíos de los tiempos actuales”.
Un especial énfasis se pone en la valorización de los espacios colegiados de gobierno para pensar esta transformación: “A partir de la participación democrática de los claustros que traducen la pluralidad, la negociación y el diálogo de la diversidad institucional y constituyen la garantía de la autonomía ante el Estado y otros organismos sociales, debemos llevar adelante una política innovadora capaz de modificar las formas académicas, impulsar una nueva organización administrativa y de gestión y conciliar armónicamente la capacidad instalada en toda la institución para potenciar su desarrollo”.
Uno de los aspectos más subrayados por Barletta es la necesidad de pensar una universidad integrada, global, con un fuerte sentido de pertenencia en toda la comunidad y con capacidad para asumir los cambios que le exige la sociedad. “La Universidad Nacional del Litoral ha tenido al crecimiento como un valor positivo, y ha demostrado su capacidad para desarrollarse y brindar más educación, hacer investigación y transferir conocimientos y cultura a toda la región de manera permanente. Es esta capacidad innovadora la que debemos aprovechar para impulsar la transformación que la sociedad nos reclama”.
Barletta destaca el hecho de que “para seguir cumpliendo la misión social de la Universidad, debemos transformarnos. Para que la relación entre democracia, saber y sociedad sea la que propugnamos. Para garantizar la igualdad de oportunidades y el acceso al conocimiento y a la educación a una mayor cantidad de ciudadanos. Para construir una universidad con mayor excelencia y calidad, con recursos humanos formados para insertarse con mayor idoneidad en un mercado laboral cambiante, con capacidad para diversificar los recorridos curriculares y generar nuevas propuestas de grado y posgrado, con nuevas líneas de investigación y desarrollo y con mayor capacidad para la resolución de los problemas sociales”.

Diez políticas para la UNL

1. Educar con calidad y excelencia a un número cada vez mayor de ciudadanos.
Se propone consolidar las líneas de acción que permitieron impulsar la igualdad de posibilidades a los ingresantes en la adquisición de saberes y competencias, reconociendo la heterogeneidad en el acceso a los estudios de grado (Programa de Ingreso a la Universidad) así como el desarrollo del sistema de educación a distancia a partir de la incorporación de nuevas tecnologías y la búsqueda de acortar als distancias en el acceso a la educación (Programa de Educación a Distancia). Se enfatiza la búsqueda de la Regionalización de la Universidad, a través de la vinculación de sus sedes con la sociedad, el Estado y las empresas.
2. Transformar la organización de la estructura académica.
Emprender un rediseño de la organización institucional académica. Repensar la estructura rígida de Facultades, carreras y cátedras. Conformar unidades de contenidos comunes a todas las carreras que atraviesen transversalmente su dictado, constituir estructuras que vayan más allá del formato tradicional de las cátedras y articular contenidos con recorridos similares de otras instituciones terciarias y de nivel medio, recurriendo al sistema de módulos-crédito. Jerarquizar la docencia universitaria: el Profesor Universitario como profesión.
3. Desarrollar y transversalizar las actividades de posgrado.
Consolidar la expansión del posgrado y garantizar su calidad. Promover la transversalidad de las propuestas y su articulación con el grado y con la investigación.
4. Consolidar la producción de ciencia y tecnología.
Avanzar en la transdisciplinariedad: privilegiar el problema como principio organizador del conocimiento. Definir prioridades y promover el trabajo por programas y por campos de aplicación.
5. Mejorar la transferencia tecnológica para el desarrollo regional.
Fortalecer la relación con gobiernos y empresas, con vistas a combinar los tres factores necesarios para promover la innovación: Estado, Empresa y Sistema científico. Formar emprendedores.
6. Jerarquizar los problemas sociales en la agenda universitaria.
Profundizar los programas de extensión de interés social y de extensión de cátedra. Fortalecer la vinculación con las organizaciones de la sociedad civil.
7. Cumplir la misión cultural.
Fomentar la extensión cultural y promover la diversidad de expresiones artísticas. Vincular la gestión cultural de la Universidad con sus esferas académicas y de investigación.
8. Internacionalizar la universidad.
Consolidar los programas de intercambio estudiantil y docente con instituciones del exterior. Promover la vocación internacional y la integración latinoamericana.
9. Impulsar políticas complementarias de financiamiento universitario.
Concebir modalidades complementarias de financiamiento para alcanzar un mejor funcionamiento de la Universidad. Reinstalar el ideal de la igualdad de oportunidades, apelando a la solidaridad de estudiantes y graduados, y al esfuerzo de toda la comunidad para contribuir al sostenimiento de nuestra institución.
10. Mejorar las condiciones para desarrollar las actividades.
Optimizar los recursos y capacidades instalados y desarrollar aspectos vinculados a la informatización de procesos, capacitación de personal, sistematización de información, planificación edilicia y de equipamiento, cobertura de becas y adecuados servicios para el desarrollo de las actividades universitarias.

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