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La UNL a través del Programa Género, Sociedad y Universidad de la Secretaría de Extensión junto con el Ministerio Público de la Acusación-Regional I, realizarán el próximo martes 25 de noviembre la campaña “Yo amo con buenos tratos”, en el marco Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Durante la campaña se repartirá material referido a la problemática en todas las unidades académicas de la Universidad y en Rectorado, así como en la peatonal de la ciudad de Santa Fe.

Claudia Montenegro, integrante del Programa, explica sobre la temática de la campaña que “amar con buenos tratos es amar por fuera de la posesión, fuera del control, en noviazgos que no reproduzcan los estereotipos de género, sino que se basen en la igualdad”.

De acuerdo a los destinatarios, es fundamental para la prevención de la violencia “trabajar en esta etapa de la vida de las personas donde los jóvenes inician sus noviazgos, plantea Montengro.

Es por ello que la campaña, además de estar presente en el ámbito de la Universidad, saldrá a la calle y habrá en la peatonal un espacio para invitar a los jóvenes a sacarse una foto con mensajes sobre los buenos tratos y compartirla en las redes sociales.

“Nos involucramos también en las redes sociales porque sabemos que es un espacio en el que los jóvenes interactúan todo el tiempo y para que inviten al resto de la juventud con este mensaje”, explica Montenegro.

Compromiso de tod@s

Respecto de la problemática sobre los noviazgos violentos, la especialista reflexiona que en esos casos “el amor ha sido aprehendido con la naturalización de la violencia. Amar con buenos tratos tiene que ver con reconocer la igualdad y así es que creo que podemos querernos mejor y tratarnos mejor, y sin duda las mujeres van a poder saber entender y vivir una vida sin violencia”.

Montenegro sostiene que es un tema de mujeres y varones, y que hay que acompañar en estos casos a la víctima. “Las victimas no son responsables de la situación que atraviesan, hay una responsabilidad social, si no nos hacemos cargo, no salimos, porque es un problema cultural muy profundo”, concluye Montenegro.