Innovación

Comienza a funcionar la planta piloto co-generadora de energía

Lunes 3 de agosto de 2015 / Actualizado el lunes 3 de agosto de 2015

Investigadores de la UNL están realizando las últimas pruebas para que la planta construida en Timbúes comience a producir energía eléctrica y térmica, a partir de residuos orgánicos no peligrosos de las industrias de la zona.

A punto de cumplir dos años del inicio del proyecto, la planta piloto de cogeneración de energía eléctrica y térmica a partir de biomasa, está a días de comenzar a funcionar con el ciclo completo.

“La planta está instalada en la localidad de Timbúes, un centro del polo agro-industrial más grande del país”, dijo Eduardo Groppelli investigador del grupo de energía no convencional de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) y director técnico del proyecto. “Está diseñada para tratar los residuos orgánicos no peligrosos que provienen como purgas de los diferentes procesos que realizan las grandes empresas agroindustriales radicadas en la zona y transformarlos en energía”, indicó

Este proyecto es parte de un esfuerzo conjunto entre investigadores de la UNL y las empresas Solamb SRL y SF Automatizaciones, quienes a partir de la convocatoria del Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC), FS Energía- Biomasa 2012, conformaron un consorcio público-privado con la UNL, denominado "Energía Biomásica".

Energía renovable y autosustentable

El objetivo de la planta es generar energía térmica y eléctrica a partir de los residuos que producen las plantas ubicadas en el principal complejo agro-exportador cercano a Timbúes. El proceso tiene un impacto directo en el medio ambiente, dado que es una zona donde hay empresas aceiteras o productoras de biodiesel que liberan una importante cantidad de desechos.

“Con esta planta estamos prestando un servicio de saneamiento ambiental, porque utilizamos un residuo que deja de contaminar y comienza a transformase en algo útil, en materia prima para la producción de un combustible renovable”, dijo Groppelli.

La planta se construyó a partir de un desarrollo de la empresa Solamb que realiza el tratamiento de residuos líquidos orgánicos no peligrosos, con efluentes de las industrias aceiteras, de biodiesel y láctea, con los cuales se obtiene biogás. “Este biogás es 50% metano y aproximadamente la otra mitad es anhídrido carbónico, y se puede aprovechar para producir energía eléctrica. A la vez, la turbina o el motogenerador producen gases de escape, calientes, que se pueden aprovechar como energía térmica. Esto es lo que se denomina co-generación, son sistemas de alto rendimiento para recuperar  eficientemente toda la energía posible del combustible”, explicó Groppelli.

En declaraciones a Lt10 el investigador dijo que la energía obtenida se va a utilizar para el autoabastecimiento interno, y en una segunda etapa, podrá incluso exportar. “Esta planta no está conectada a la línea de distribución de la EPE, y no consume energía desde el exterior. El biogás va a abastecer toda la necesidad de energía que necesita la planta para funcionar, o sea que estamos utilizando un residuo evitando que contamine y a la vez hacemos funcionar a toda una planta. Es un proyecto importante relacionado con el tema de la sustentabilidad de los sistemas productivos”.

Un impulso a la Industria nacional

El proyecto, cuyo costo total es de $8.546.002, recibió la mitad de ese presupuesto hace dos años, con fondos de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. “Con el subsidio hicimos el módulo de purificación del biogás, porque necesitamos eliminar un componente perjudicial, que es el acido sulfúrico (SH2), el cual dañaría los moto-generadores. Además, para desarrollo de las etapas de purificación, el sistema de recuperación de calor para obtener energía térmica y los motogeneradores, se pudo recurrir a proveedores regionales, mayormente de la provincia de Santa Fe”.

Groppelli destacó que además de los beneficios propios de la planta, la misma tuvo un impacto positivo en el desarrollo de la industria local. “Uno de los méritos del proyecto fue que convocamos a distintos proveedores que podrían ofrecer parte del equipamiento y logramos la interacción entre todo el sistema. Con ingeniería y diferentes productores integrados se pueden obtener soluciones, que de otra manera son traídas desde el exterior”

Una vez que finalice la etapa piloto, cuando se tengan todos los generadores funcionando a ciclo completo, la idea es llevar este desarrollo a otras industrias donde también se generan residuos orgánicos que constituyen el insumo básico. “Nosotros estamos junto con Entre Ríos, Córdoba, Buenos Aires, Mendoza y parte San Luis en la cuenca agroindustrial del país”, dijo Groppelli. “Esta planta puede ser extendida a cualquier industria que genere residuos orgánicos, que son la materia prima para generar energía renovable”, finalizó.

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