Cooperación Internacional

Compromiso de la UNL para mantener los programas de intercambio académico

Martes 2 de abril de 2002

La vida universitaria no es ajena a la crisis económica por la que atraviesa el país. Alumnos y docentes tienen dificultades para concretar sus viajes de intercambio al exterior. Desde la UNL sostienen que “nadie se va a quedar sin viajar”.

En tres años, la cantidad de alumnos de la Universidad Nacional del Litoral que realizó viajes al exterior se incrementó en un 100 por ciento, a partir de la puesta en marcha del Programa Internacional de Movilidad de Estudiantes (Proinmes). En 1999, fueron 10 los alumnos seleccionados para cursar un semestre en otra universidad del mundo, cifra que alcanzó a los 26 en 2000 y ascendió a los 36 en 2001. Este año ya se acordó que serán 100 los estudiantes beneficiados, con becas parciales y totales, para conocer otras culturas, especializarse en sus disciplinas y, sobre todo, perfeccionar sus estudios para “mejorar la calidad de la institución”, según lo afirmó el secretario de Ciencia y Técnica de la UNL, Julio Theiler, a cargo de la vinculación internacional de la UNL.
Cada vez que un estudiante argentino viaja por seis meses a otro país, un par visita la Argentina, en un intercambio de cultura y conocimientos recíprocos. “Hemos acordado intercambios con Italia, España, Estados Unidos, Guatemala, Nicaragua, Bolivia, Chile, Paraguay, Brasil, Costa Rica y Australia, y estamos cerrando acuerdos con dos universidades francesas. Queremos seguir incrementándolos, pero ya podemos decir que el programa abarca todas las carreras de la UNL”, manifestó Theiler, para quien los objetivos propuestos en el comienzo de la anterior gestión han sido ampliamente alcanzados.
La modalidad de intercambio tiene en cuenta la realidad económica y es por eso que solventa, parcial o totalmente, los gastos que se desprenden de semejante inversión. “En todos los casos los estudiantes viajan con comida y alojamiento en la ciudad en la que van a vivir y estudiar por seis meses”, explicó Theiler, al tiempo que elogió el sistema de recepción para los extranjeros: “Se los recibe en la residencia que tiene la universidad, en donde conviven todos los semestres alrededor de 25 estudiantes de estas 12 nacionalidades, una especie de Torre de Babel particular”.
Es que actualmente 23 chicos de 12 países distintos comparten el techo del edificio que se ubica en 9 de Julio al 2600. El intercambio, sostiene Theiler, “no sólo es importante para los chicos que se van; también es importante que en nuestras aulas haya alumnos extranjeros”.

El problema del dólar

Si bien está acordado para este año el aporte de grupos internacionales y del propio Estado para solventar las becas de los 100 alumnos que viajarán al exterior, no deja de preocupar a las autoridades universitarias lo que ocurrirá en el futuro con los intercambios, en virtud de los precios disparados del dólar y de la creciente crisis en la que está sumida la economía argentina.
“La UNL – aclaró Theiler – afectó un monto de dinero relativamente bajo al programa, y trabajamos mucho para incrementarlo con aportes externos. El programa se financia en un 25 por ciento con fondos del presupuesto del Estado y un 75 por ciento con aportes de organismos externos – como el Banco Río, el Grupo Santander, la Organización de Estados Iberoamericanos, y la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo, a los que se le suma la Agencia Española de Cooperación Internacional – y con algún propio producido”.
- Á‚¿Estas inversiones se van a mantener estables?
- Los acuerdos están cerrados para el año 2002, y tenemos claras expectativas para mantenerlos en el futuro. Obviamente, los estudiantes también hacen aportes; salvo algunos que reciben becas completas, en general se pagan el pasaje, o al menos una parte. La situación actual ha complicado mucho; este semestre ha habido estudiantes que han visto incrementar el costo de su pasaje, pero han viajado igual. Tenemos un desafío: no queremos que nadie deje de participar de estas experiencias por problemas económicos.

Evitar el éxodo

En un momento en que muchos jóvenes eligen otros horizontes para encontrar mejores posibilidades laborales y de futuro, impulsados por la aguda crisis social que vive la Argentina, la UNL apuesta a que el estudiante, luego de formarse y perfeccionarse en el exterior, vuelque en su país esa experiencia de vida.
“Nosotros no perseguimos que el chico se vaya a trabajar afuera sino al contrario: la universidad argentina hace el esfuerzo para que el estudiante ejerza su profesión acá”, manifestó Theiler, sin dejar de considerar aspectos que escapan ampliamente al terreno de la educación superior: “No podemos manejar variables económicas que permitan el aseguramiento de un trabajo, pero la acción del intercambio estudiantil apunta a que el chico trabaje aquí y mejore la calidad de su formación, experiencias que se están manejando en Estados Unidos y Europa”.
Los seis meses que los alumnos permanecen en el exterior cuentan como semestres de cursado en sus carreras, lo que estimula el carácter eminentemente académico de estos viajes: “Este no es un programa turístico sino al contrario: perseguimos que nuestros estudiantes mejoren su formación con esta experiencia, y la mejoran sustancialmente, porque aprenden otro idioma, conocen otra realidad, y les ocurre un clic en su cabeza al descubrir que el mundo es mucho más chico de lo que parece y el campo de acción profesional así lo demuestra”.
En suma, el objetivo propuesto de “internacionalizar contenidos y experiencias” fue ampliamente alcanzado, de acuerdo con el balance que realiza Theiler, y la intención es no flaquear ante una situación coyuntural crítica. “La internacionalización es un objetivo y también un medio: un objetivo para lograr que las acciones y actividades de la institución tengan no sólo un marco regional sino también internacional, y que involucre a todos los actores de la vida universitaria: estudiantes, docentes, investigación, enseñanza. Pero también es un medio el hecho de adquirir un nivel internacional de las actividades a los efectos de mejorar la calidad de la institución”, completó.

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