La semana pasada

Con mesas colmadas, arrancó el Café Científico

Viernes 30 de abril de 2010

Un bar lleno de curiosos fue el exitoso marco en el que se desarrolló el primer encuentro del ciclo. La charla explicó cómo afectan las más grandes calculadoras del mundo en la vida cotidiana, desde autos de carreras hasta corpiños.

No fue hace tanto cuando la única forma de hacer una cuenta era con lápiz y papel. Hoy las supercomputadoras permiten procesar cantidades inimaginables de datos en un solo segundo. De esto trató el primer Café Científico del ciclo 2010, que estuvo a cargo del Dr. Mario Storti durante la tarde de este jueves.
El comportamiento de un cohete, la dinámica de una molécula compleja, el flujo del agua en una represa son algunos de los estudios de simulación que se pueden realizar gracias a la potencia de las supercomputadoras. Pero además de los grandes proyectos de ingeniería, los autos y hasta los corpiños pueden perfeccionarse, como mostró Storti, de la mano de la mecánica computacional. Algo que parece muy lejano pero se realiza en la ciudad, con equipamiento y expertos locales.
Con una exitosa convocatoria, las mesas de la Chopería Santa Fe se quedaron cortas para un público colmado de curiosos. Al encuentro inaugural asistieron el rector de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), Albor Cantard, el director del CCT CONICET Santa Fe, Mario Chiovetta, el secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la provincia de Santa Fe, David Asteggiano y la secretaria de Ciencia y Técnica de la Facultad Regional Santa Fe de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN FRSF), Ana Rosa Tymoschuck.

Grandes y rápidas
Para dimensionar la capacidad que tienen las máquina de cálculo más potentes del mundo, el investigador y docente de la UNL lo comparó con el trabajo que le toma a una persona hacer una cuenta con números de 15 dígitos a mano. “Hacer una de esas cuentas a una persona le toma más de un minuto, a las supercomputadoras de hoy, hacer 40 billones de cuentas le toma un segundo”, comparó Storti.
Hay un límite de cuanto más rápida puede ser una computadora, “pero una forma de acelerar los cálculos es combinar un gran número de procesadores y que cada uno haga una parte de las cuentas, de manera paralela pero coordinada”, señaló el experto.
Sin embargo, los clusters, como se denominan a la red de procesadores instalados de manera conjunta, presentan algunos desafíos para su uso. El principal problema es algo que cualquier usuario de computadoras: “que se cuelgue”. En efecto, Storti explicó que ocurre por un motivo completamente azaroso: los rayos cósmicos. Por extraño que suene, son partículas cargadas eléctricamente que llegan desde el espacio y pueden alterar los números con los que está trabajando la memoria y colgar todo el procesamiento.

Desde Santa Fe
A lo largo de la presentación, Storti dio cuenta de distintos desarrollos que se hicieron en el Centro Internacional de Métodos Computacionales en Ingeniería (CIMEC) y se utilizaron en el mundo. Es el caso de simulaciones de aviones europeos, autos de carrera y cohetes en Estados Unidos. Actualmente encaran el desafío, junto con colegas europeos, de lograr simulaciones en tiempo real.
“Lograr un resultado es fácil pero obtener una representación del problema que en el menor tiempo posible de un resultado significativo, ese es nuestro objetivo. Diseñar algoritmos para que corran rápido”, contó Storti.
Una de las estrategias, que utilizan hoy día para mejorar la capacidad de cálculo, es el uso de tecnología propia de los videojuegos que desarrolló tecnología capaz de correr simulaciones sumamente complejas en tiempo real.

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