En la UNL

Despertando vocaciones científicas

Miércoles 27 de agosto de 2008

Más de 1000 niños y jóvenes curiosos participaron de la Semana Nacional de la Ciencia, iniciativa del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, a la que adhirió la Universidad Nacional del Litoral.

“En la desembocadura del río, observo con mucho interés la lentitud con las que se mezclan las aguas marinas y las fluviales. Estas últimas, fangosas y amarillentas, flotan en la superficie del agua salada gracias a su menor peso específico. Podemos estudiar particularmente este efecto en la estela que deja el barco, allí donde una línea de agua azulada se mezcla con el líquido circundante después de cierto número de pequeñas resacas”, escribía Charles Darwin el 5 de Julio de 1832, en Montevideo.
Sostiene Rodrigo Fresán en “Viaje de un naturalista alrededor del mundo” que Clarles Darwin (1809-1882), a los 22 años, se fue de viaje a bordo de un barco llamado Beagle y a partir de lo observado en América del Sur y en las Islas Galápagos no volvió con soporíferas anécdotas y diapositivas fuera de foco, sino que regresó y escribió la Teoría de la Evolución y la Selección Natural.
Tal vez por esto la propuesta de la Semana Nacional de la Ciencia y la Tecnología  incluye entre sus actividades las visitas a las Reservas Ecológicas, a los laboratorios de hidráulica, química general, química agrícola, parasitología y a la  Planta de Alimentos Nutritivos, entre otras dependencias de la Universidad Nacional del Litoral.
María Lucía Montagna está en quinto año en el colegio Nstra. Señora del Huerto y fue, junto a su curso, a visitar los laboratorios del Instituto de Lactología Industrial (UNL-CONICET). Ella, al igual que su padre, quiere ser investigadora y consideró que la ciencia “es el futuro, lo que nos brindará una mejor calidad de vida en diferentes aspectos como por ejemplo los alimentos, vestimenta, etc.”.
“Yo voy a estudiar Ingeniería en Alimentos –sostuvo segura- porque me gusta investigar, averiguar, hacer cosas nuevas. No quiero trabajar en una fábrica, quiero ser investigadora, estar en un laboratorio y hacer ciencia”, añadió.
Vislumbrar la ciencia con el futuro configura un punto de llegada, al que la Semana de la Ciencia quiere ser un medio que facilite el tránsito hacia esa conclusión: “La Semana de la Ciencia me parece muy interesante para que los alumnos puedan plasmar lo aprendido en el aula; además, nos permite observar cómo se trabaja en la realidad por ejemplo en el laboratorio de microbiología de productos lácteos del Instituto de Lactología Industrial porque dentro del aula la explicación es teórica y  en el colegio no tenemos un laboratorio de primera como acá”, se sinceró Susana Cappello, docente del colegio.

Planta Piloto: Encontrando el eslabón perdido
El desarrollo de un nuevo producto tiene distintos estadios. No se puede pasar de un desarrollo en laboratorio directamente a la escala industrial. Para zanjar esa brecha está la Planta Piloto que funciona en la Facultad de Ingeniería Química de la UNL.
En la planta piloto se realizan tres cuestiones fundamentales: trabajos prácticos para docencia, apoyatura a trabajos de investigación y servicios a terceras instituciones como por ejemplo empresas de la comunidad.
“La Planta Piloto funciona como un paso intermedio, en donde los datos que se obtienen en la misma se pueden extrapolar a diseño en escala industrial tanto de productos como de procesos, como por ejemplo investigaciones en la elaboración de dulces de leche, mermelada o deshidratar leche y vegetales, etc.”, sostuvo el Ing. Mario Alliot.
”La Semana de la Ciencia es una excelente propuesta para abrir la cabeza a los estudiantes secundarios debido a que las ciencias duras están guardadas tras la pared universitaria y muchos jóvenes desconocen el rol de la ciencia o qué comprende estudiar una ingeniería”, prosiguió el docente-investigador.
La ciencia en la Argentina está signada por una realidad de escaso presupuesto, magros salarios y carencia de respuestas didácticas frente a alumnos adictos a las nuevas tecnologías. Tal vez, la iniciativa de la Semana de la Ciencia sea una bocanada de aire puro para despertar vocaciones científicas.

De imágenes satelitales y sonidos de rumiantes
En la madeja que hilvana la ciencia, nuestro admirado Darwin es solamente una hebra. Quedan muchas otras disciplinas científicas como por ejemplo la cartografía. Estudiantes secundarios del colegio “7 de Mayo” de la ciudad de Santa Fe visitaron el Departamento de Cartografía de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas.
Junto a profesionales pudieron descifrar una imagen satelital: “¿Qué es esta mancha blanca?”, lanzó a modo de pregunta el docente-investigador, señalando el mapa. “Una nube”, sostuvo una joven. “Nieve”, declaró otro adolescente. Pero la imagen satelital correspondía a la Patagonia y la respuesta correcta era una salina.
Aunque Agustina quiere seguir locución y Gustavo pretende ser profesor de educación física rescataron como positiva la visita a la unidad académica, a la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas. En primer lugar porque no conocían la Ciudad Universitaria y en segundo término porque aprendieron cosas nuevas.
“La posibilidad de estudiar los sonidos que hacen las vacas cuando comen estuvo interesante, fue lo más”, destacó Juli. El joven participó, además, de la demostración de procesamiento de sonidos con computadora, en donde investigadores expusieron sus trabajos tendientes a aumentar la productividad del sector lechero.

Alimentos Nutritivos: experiencia enriquecedora
La Planta de Alimentos Nutritivos tiene como objetivos proveer de un alimento seguro, fácil de preparar, de bajo costo y con los nutrientes necesarios como por ejemplo para un comedor escolar.
Los alumnos del colegio Dante Alighieri, de la Escuela San Roque y del Liceo Naval pudieron apreciar el proceso productivo, como así también se les exhibió un video institucional: “La Planta de Alimentos Nutritivos está abierta todo el año y para todas aquellas personas que la quieran visitar, simplemente tienen que llamar”, aclaró una de las guías.
“Me parece muy buena idea que la Universidad esté abriendo sus puertas a las escuelas secundarias; que los chicos puedan tomar conocimiento sobre qué hace la Universidad" indicó Alejandra, docente del Liceo Naval. “Para mí fue una experiencia enriquecedora”, concluyó.

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