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El pasado viernes 16 de junio, en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (FCJS) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) se realizaron dos conferencias acerca de la situación actual de trabajadores migrantes y refugiados en la Argentina.

Estas charlas, que fueron coordinadas por la cátedra Derecho a la Extranjería de dicha facultad, tuvo como expositores a la Dra. Eugenia Contari, asesora legal del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Dr. Martín Lettieri, docente de la cátedra de Derecho a la Extranjería en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Sobre las conferencias

En la conferencia "Derechos Humanos y Migraciones, La protección de los Trabajadores Migrantes en Argentina", el Dr. Martín Lettieri sostuvo que "el tema de los extranjeros que se radican en nuestro país siempre genera mucha controversia", y remarcó que "desde comienzos de 2004 en Argentina entró en vigencia una nueva ley de migraciones, la cual otorga derechos sociales a los migrantes, aunque no se encuentren en regla". En este sentido, el profesional explicó que la normativa vigente "es muy buena y se diferencia de la aplicada por países europeos, la cual es altamente restrictiva para los trabajadores que intentan establecerse en esos países".

Por su parte, la Dra. Eugenia Contarini explicó que "ACNUR trabaja con personas que solicitan asilo porque consideran que en sus países pueden ser víctimas de algún tipo de violación a los derechos humanos, lo cual los diferencia de los migrantes, que en general salen de sus países por cuestiones laborales o económicas".

Cabe destacar, que ACNUR fue creado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 14 de diciembre de 1950 y, en un principio, esta asociación recibió un mandato limitado de tres años para ayudar en el reasentamiento de 1,2 millones de refugiados europeos que habían quedado sin hogar debido a la segunda guerra mundial. Desde ese entonces, y debido a que los conflictos mundiales no han cesado, la labor no se interrumpió, tal es así, que en la actualidad, ACNUR es una las principales agencias humanitarias en el mundo.

En este sentido, al referirse a la figura del refugiado, Contarini explicó que "se trata de una persona que debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda, o a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección del país".

Teniendo esto en cuenta, como organización humanitaria, apolítica y social, ACNUR tiene dos objetivos básicos ligados a la protección de refugiados y a la búsqueda de soluciones duraderas para que éstos vuelvan a iniciar sus vidas en un ambiente normal. Asimismo, entre los objetivos fundamentales de ACNUR, figura la protección internacional, que en la práctica significa garantizar el respeto por los derechos humanos básicos de los refugiados y que ninguna persona sea retornada de manera involuntaria al país donde tiene un temor fundado de persecución, proceso conocido como devolución.

Por este motivo, la organización busca soluciones a largo plazo o "duraderas" y para ello ayuda a los refugiados a repatriarse a sus países de origen si las condiciones así lo permiten, a integrarse a sus países de asilo o a reasentarse en un tercer país.

Evolución del trabajo del ACNUR en Argentina

Al referirse al trabajo de ACNUR en nuestro país, Contarini sostuvo que el Comité de Elegibilidad para los Refugiados (CEPARE) es una comisión interministerial que funciona bajo la órbita del Ministerio del Interior de la Nación, mediante la cual el gobierno argentino determina qué personas pueden recibir trato como refugiadas. Para esto, se realizan diversos procedimientos ante el CEPARE, entre los que figuran entrevistas con la persona que solicita ser refugiada, búsqueda de datos e información en las embajadas, en medios de comunicación e internet, entre otros. El propósito de esto, no es comprobar si la persona sufrió fehacientemente una violación a sus derechos, sino que el planteo sea razonable y que esa amenaza esté latente.

Por otra parte, la docente explicó que "desde 1985, en nuestro país se refugiaron cerca de 3000 personas, provenientes de 40 naciones diferentes, ya que la Argentina cuenta con una ubicación geográfica estratégica" y agregó que "en la actualidad, el mayor número de solicitudes proviene de ciudadanos colombianos, los cuales solicitan refugio por las consecuencias de la guerrilla en aquel país".

Al referirse a los lugares de asentamiento de los refugiados, la asesora legal del Alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados, explicó que "el 90% reside en Buenos Aires porque allí encuentran mayores posibilidades de trabajo e inclusión en los sistemas sanitarios y de educación; a pesar de esto, en la ciudad de Rosario también hay muchos menores africanos que solicitan su calidad de refugiados al llegar clandestinamente en buques provenientes de esos países".

Acerca del proceso de integración para los refugiados en nuestro país, ACNUR proporciona ayuda humanitaria (como ser alimentos y vivienda) y cuenta con programas destinados a la enseñanza del idioma y algunos oficios para propiciar el desarrollo integral de la persona.

ACNUR en América Latina

Más de 5.000 funcionarios que asisten a casi 23 millones de personas en más de 120 países, es la actualidad de ACNUR. En estos cincuenta años de trabajo, la agencia ha prestado asistencia a por lo menos 50 millones de personas, lo que la ha hecho merecedora del premio Nobel de la Paz en 1954 y en 1981.

En este contexto, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay albergan a casi 7000 refugiados, ubicándose la mayoría de ellos en Argentina y Brasil.

Entre las acciones llevadas a cabo por ACNUR en Latinoamérica, se destacan la integración a la sociedad, asegurando a los refugiados el acceso a la salud, educación, vivienda, capacitación e inserción laboral. Específicamente en Centroamérica, esta asociación desarrolló el concepto de proyectos de impacto rápido. Los mismos, por lo general son programas de pequeña escala para reconstruir escuelas y clínicas, reparar carreteras, puentes y pozos, fueron diseñados para llenar el vacío entre la asistencia de emergencia brindada a los refugiados y a las personas que retornan a sus hogares y la ayuda proporcionada por otras agencias para fomentar el desarrollo a largo plazo.

Cabe destacar que ACNUR se financia, casi en su totalidad, con contribuciones voluntarias, principalmente de los gobiernos, pero también de organizaciones intergubernamentales, corporaciones e individuos, recibiendo, además, un limitado subsidio proveniente del presupuesto regular de Naciones Unidas para cubrir gastos administrativos, y acepta contribuciones "en especie" de objetos tales como tiendas de campaña, medicinas, camiones y transporte aéreo.