Ciencia y técnica
El CIMEC celebra sus bodas de plata con la ciencia
Lunes 18 de diciembre de 2006
El Centro Internacional de Métodos Computacionales en Ingeniería, CIMEC, cumple 25 años. Comenzaron en Santa Fe cuando en el mundo todavía no se hablaba de mecánica computacional. Hoy son uno de los núcleos de investigación y transferencia más importantes del
Investigar, enseñar, aplicar. La receta ideal con la que sueña la mayoría de los centros científicos no se cumple en todos los casos. Pero sí se cumplió cabalmente en el Centro Internacional de Métodos Computacionales en Ingeniería (CIMEC), que en los próximos días festeja sus bodas de plata con la ciencia, un matrimonio particular que le causó muchos más buenos momentos que tragos amargos.
"No sé si la mecánica computacional está de moda... En todo caso, nosotros la pusimos de moda", bromeó Sergio Idelsohn, hoy director del CIMEC y hace 25 años un investigador que se arriesgó y dio los primeros pasos para formar lo que actualmente es uno de los centros de investigación y transferencia más importantes de la región.
"Cuando comenzamos ni siquiera estaba creada la frase mecánica computacional" comenzó a relatar el investigador, y por eso debieron constituirse como Grupo de Tecnología Mecánica, en 1981.
Los comienzos de esta historia se remontan a esa época, cuando el propio Idelsohn decidió abandonar Rosario Á‚"“donde vivía y trabajaba- y se dejó convencer por el entonces director del INTEC, Alberto Cassano, para comenzar a formar un grupo de investigación junto a Alberto Cardona (hoy investigador principal del CONICET, todavía en el CIMEC) y a Luis Crivelli (actualmente radicado en Estados Unidos).
"Cuando vine el INTEC estaba creado y ya era un centro interesante para cualquier investigador. En ese sentido, Santa Fe siempre fue un punto singular para los científicos", reconoció Idelsohn, que también trabaja un centro de similares características en Barcelona (dependiente de la Universidad Politécnica de Cataluña), España.
Recién en 1984 en Estados Unidos se comenzó a hablar de computational mechanics, y la denominación comenzó a ser aceptada por la comunidad científica internacional. "En inglés, computational mechanics tiene una significación más o menos importante, pero cuando se la traduce al español, mecánico computacional no tiene tanto sentido. En Argentina relacionamos al mecánico con el que arregla el auto... y parece que nosotros somos el service de la computadora...".
"Desde el principio nos propusimos hacer ciencia aplicada, aunque en ese momento no era una cosa común en el país", contó Idelsohn. Y hasta recordó cuál fue el primer trabajo de transferencia que hizo el grupo: "Habíamos empezado a trabajar en estructuras que vibran y vinieron científicos de San Juan que estaban construyendo una gran pared vertical, en la cual iban a hacer ensayos de sismos. Nos pidieron que investiguemos cómo vibraba esa pared. Fue el primer trabajo que hicimos desde acá hacia fuera".
Desde entonces el grupo trabaja -"más o menos de la misma forma, pero con otros equipos", dijo Idelsohn- en la modelización matemática de los más diversos objetos, y para las más diversas industrias y empresas: agropecuarias, industriales, metalúrgicas, y hasta alimenticias.
"Nos pidieron una vez estudiemos qué pasa con la papa cuando se fríe: querían saber qué temperatura tenía que tener el aceite para que quede cocida toda la papa, y cuánto tardaba en cocerse", contó Idelsohn.
Pero además de pedidos tan insólitos se ocuparon de muchos otros, como estudiar qué estructura debía tener una pulverizadora Á‚"“utilizada para tareas agrícolas- para sortear los obstáculos del terreno; a qué velocidad se expande el humo de un vagón incendiado dentro de un subterráneo; de qué manera construir contenedores para residuos nucleares; o cómo se distribuyen las burbujas en una represa, para salvar un problema con la población ictícola.
En este sentido, definió que "ese equilibrio es una de las características fundamentales que tenemos: hacer investigación y publicar en las revistas más competitivas del mundo, y a su vez hacer aplicaciones concretas. Es difícil, porque ambas cosas llevan mucho tiempo... pero siempre hemos tratado de hacerlo", dijo Idelsohn.
El CIMEC forma parte del Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (INTEC), a su vez dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Hoy trabajan 35 personas (entre investigadores, becarios y administrativos), lo cual no parece tanto teniendo en cuenta el crecimiento del Centro y la cantidad de trabajos de aplicación realizados hasta aquí.
"El proceso para formar profesionales es muy largo: son cuatro o cinco años para el doctorado, luego los empujamos para que se vayan afuera, y después tenemos que cruzar los dedos para que vuelvan, porque la mitad se quedan en el exterior. Todo eso lleva casi 10 años", indicó el científico. Por eso, agregó, "el crecimiento es lento, y tampoco lo forzamos".
Finalmente, Idelsohn destacó la labor de formación de recursos humanos y de enseñanza que llevan a cabo los integrantes del grupo. "Todos somos docentes de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas: hacemos investigación, pero no nos olvidamos del aula", dijo. Además, gracias al CIMEC se creó el doctorado en Ingeniería que hoy se dicta en la UNL, y que obtuvo la más alta calificación de la Comisión Nacional de Acreditación Universitaria (CONAU).
"No sé si la mecánica computacional está de moda... En todo caso, nosotros la pusimos de moda", bromeó Sergio Idelsohn, hoy director del CIMEC y hace 25 años un investigador que se arriesgó y dio los primeros pasos para formar lo que actualmente es uno de los centros de investigación y transferencia más importantes de la región.
"Cuando comenzamos ni siquiera estaba creada la frase mecánica computacional" comenzó a relatar el investigador, y por eso debieron constituirse como Grupo de Tecnología Mecánica, en 1981.
Los comienzos de esta historia se remontan a esa época, cuando el propio Idelsohn decidió abandonar Rosario Á‚"“donde vivía y trabajaba- y se dejó convencer por el entonces director del INTEC, Alberto Cassano, para comenzar a formar un grupo de investigación junto a Alberto Cardona (hoy investigador principal del CONICET, todavía en el CIMEC) y a Luis Crivelli (actualmente radicado en Estados Unidos).
"Cuando vine el INTEC estaba creado y ya era un centro interesante para cualquier investigador. En ese sentido, Santa Fe siempre fue un punto singular para los científicos", reconoció Idelsohn, que también trabaja un centro de similares características en Barcelona (dependiente de la Universidad Politécnica de Cataluña), España.
Recién en 1984 en Estados Unidos se comenzó a hablar de computational mechanics, y la denominación comenzó a ser aceptada por la comunidad científica internacional. "En inglés, computational mechanics tiene una significación más o menos importante, pero cuando se la traduce al español, mecánico computacional no tiene tanto sentido. En Argentina relacionamos al mecánico con el que arregla el auto... y parece que nosotros somos el service de la computadora...".
Transferencia
Bastante lejos de ser un "service", desde el CIMEC demostraron que ser científico en la Argentina puede ser una poderosa combinación de investigación, docencia y transferencia."Desde el principio nos propusimos hacer ciencia aplicada, aunque en ese momento no era una cosa común en el país", contó Idelsohn. Y hasta recordó cuál fue el primer trabajo de transferencia que hizo el grupo: "Habíamos empezado a trabajar en estructuras que vibran y vinieron científicos de San Juan que estaban construyendo una gran pared vertical, en la cual iban a hacer ensayos de sismos. Nos pidieron que investiguemos cómo vibraba esa pared. Fue el primer trabajo que hicimos desde acá hacia fuera".
Desde entonces el grupo trabaja -"más o menos de la misma forma, pero con otros equipos", dijo Idelsohn- en la modelización matemática de los más diversos objetos, y para las más diversas industrias y empresas: agropecuarias, industriales, metalúrgicas, y hasta alimenticias.
"Nos pidieron una vez estudiemos qué pasa con la papa cuando se fríe: querían saber qué temperatura tenía que tener el aceite para que quede cocida toda la papa, y cuánto tardaba en cocerse", contó Idelsohn.
Pero además de pedidos tan insólitos se ocuparon de muchos otros, como estudiar qué estructura debía tener una pulverizadora Á‚"“utilizada para tareas agrícolas- para sortear los obstáculos del terreno; a qué velocidad se expande el humo de un vagón incendiado dentro de un subterráneo; de qué manera construir contenedores para residuos nucleares; o cómo se distribuyen las burbujas en una represa, para salvar un problema con la población ictícola.
Investigación y docencia
Además de las acciones de transferencia, el equipo supo cómo seguir investigando y alimentando la producción científica mundial. "Los grupos que se dedican a hacer aplicaciones terminan haciendo sólo eso, pero nosotros pudimos combinarlo con la publicación de investigaciones", dijo Idelsohn.En este sentido, definió que "ese equilibrio es una de las características fundamentales que tenemos: hacer investigación y publicar en las revistas más competitivas del mundo, y a su vez hacer aplicaciones concretas. Es difícil, porque ambas cosas llevan mucho tiempo... pero siempre hemos tratado de hacerlo", dijo Idelsohn.
El CIMEC forma parte del Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (INTEC), a su vez dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Hoy trabajan 35 personas (entre investigadores, becarios y administrativos), lo cual no parece tanto teniendo en cuenta el crecimiento del Centro y la cantidad de trabajos de aplicación realizados hasta aquí.
"El proceso para formar profesionales es muy largo: son cuatro o cinco años para el doctorado, luego los empujamos para que se vayan afuera, y después tenemos que cruzar los dedos para que vuelvan, porque la mitad se quedan en el exterior. Todo eso lleva casi 10 años", indicó el científico. Por eso, agregó, "el crecimiento es lento, y tampoco lo forzamos".
Finalmente, Idelsohn destacó la labor de formación de recursos humanos y de enseñanza que llevan a cabo los integrantes del grupo. "Todos somos docentes de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas: hacemos investigación, pero no nos olvidamos del aula", dijo. Además, gracias al CIMEC se creó el doctorado en Ingeniería que hoy se dicta en la UNL, y que obtuvo la más alta calificación de la Comisión Nacional de Acreditación Universitaria (CONAU).