Científico modelo

Falleció César Milstein

Lunes 25 de marzo de 2002

Congoja en la comunidad científica por la desaparición del último Premio Nobel argentino. Un ejemplo de la paradoja argentina: formación de excelencia con reconocimiento internacional y escaso apoyo local.

El lunes por la madrugada se conoció la noticia de que el domingo 24 de marzo falleció el Dr. César Milstein, quien tenía 74 años y vivía desde 1962 fuera en Cambridge, Inglaterra. Su vida es un claro ejemplo de la paradoja argentina, resaltó el secretario de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional del Litoral, Ing. Julio Theiler: “alta capacidad individual y excelencia en la formación académica de los científicos, frente a una sociedad que no resuelve aún cómo aprovechar los recursos que ella misma genera y que termina expulsando a sus propios profesionales”. “Por tal motivo – subrayó Theiler – debemos insistir para que realmente se invierta en investigación y desarrollo y para que los investigadores tengan el reconocimiento y el espacio necesario para desarrollar su labor tan necesaria para lograr el crecimiento de nuestra región y del país”.
Milstein fue el último argentino que recibió un Premio Nobel. Fue en 1984 cuando la Academia le otorgó el máximo galardón en Medicina y Farmacología por sus descubrimientos acerca de los anticuerpos monoclonales, junto con KÁƒ¶hler y Jerne. Sus investigaciones encontraron el marco propicio para su desarrollo fuera del país en la Universidad de Cambridge, siendo uno de los tantos científicos que debió exiliarse a raíz de las restricciones que vivió la universidad pública de nuestro país en diversos períodos. En 1962, bajo la presidencia de facto de Guido, Milstein decidió emigrar hacia otros horizontes y, si bien mantuvo contacto con la comunidad científica local, no volvió a radicarse en la Argentina.
Su trayectoria es extensa. Cursó con esfuerzo sus estudios superiores en la facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, donde participó del movimiento reformista. En 1957 se doctoró en Química bajo la tutela del doctor Andrés Stoppani, y en 1958 viajó con una beca del Consejo Británico a Cambridge y trabajó durante tres años en el Departamento de Bioquímica del Consejo de Investigaciones Médicas. En 1961 regresó a la Argentina para incoroporarse como jefe del Departamento de Biología Molecular del Instituto Malbrán, donde continuó sus investigaciones.
En 1963, tras el golpe militar, el Instituto Malbrán fue intervenido y las perspectivas sobre las posibilidades de desarrollo de la ciencia se tornaron drásticas. Milstein resolvió entonces volver a Cambridge donde se radicó definitivamente en el Medical Research Council para llevar adelante su trabajo científico.
Antes de recibir el Premio Nobel, Milstein obtuvo decenas de premios y reconocimientos académicos y científicos, entre los que se puede destacar el cargo de jefe de la División de Química de Proteínas de la Universidad de Cambridge y el diploma que lo incluía entre los miembros de la FLOAT8Academia de Ciencias de Gran Bretaña, algo inusual para un extranjero. A pesar de que fijó en Gran Bretaña su lugar de residencia definitivo, Milstein nunca olvidó los investigadores argentinos. Volvió para dar conferencias y siempre se mantuvo dispuesto a aportar su visión positiva a la ciencia local.
Por su vocación académica, su trayectoria y los logros conseguidos, el 24 de marzo de 2002 no será un día más para la comunidad científica mundial.

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