Reconocimiento

Graduada de ingeniería de la UNL entre los mejores promedios

Miércoles 25 de noviembre de 2015 / Actualizado el lunes 30 de noviembre de 2015

Lara Trento se recibió este año de Ingeniera en Agrimensura en la FICH. El 4 de diciembre será distinguida por la Academia Nacional de Ingeniería con el premio “A los mejores egresados de carreras de ingeniería de universidades argentinas”.

La Academia Nacional de Ingeniería, fundada en 1970 por iniciativa del Centro Argentino de Ingenieros para contribuir al estudio y a la difusión de la disciplina, otorga desde el año 1993 un premio a los egresados sobresalientes de las carreras de Ingeniería que se dictan en universidades del país. El requisito es que los graduados cuenten con un promedio igual o superior a ocho puntos, alcanzado bajo la condición de alumnos regulares y en el plazo normal de duración de la carrera.

Lara Trento, de 23 años de edad, se recibió en marzo de este año de Ingeniera en Agrimensura, con un promedio de nueve puntos, en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Es la única graduada de Ingeniería de la UNL que recibirá el premio el próximo 4 de diciembre en Buenos Aires, junto a cuatro egresados de las universidades del Centro Educativo Latinoamericano, Nacional de Rosario y Tecnológica Nacional, facultades regionales de Santa Fe y Rafaela. “Este premio me pone muy contenta. No es algo que ocurra todos los días y nunca me lo esperé, especialmente porque no sabía que existía este tipo de reconocimientos a nivel nacional. Siempre trabajé y estudié para hacer las cosas bien. Es algo que me gusta y lo hago con alegría”, dijo Lara, quien realizó su Proyecto Final de Carrera sobre "Intersección espacial en microgeodesia".

La Academia Nacional de Ingeniería destaca el valor de estos premios, ya que “sirven de estímulo a los jóvenes ingenieros que recién comienzan su carrera profesional con la intención de impulsarlos a continuar con el elevado nivel manifestado durante sus estudios”, argumenta esta institución técnico-científica sin fines de lucro.

Amor a primera vista
Lara siempre quiso ser ingeniera. Al finalizar sus estudios secundarios, el dilema fue qué ingeniería elegir. “Dudé entre química, industrial, civil, agrimensura, e incluso astronomía. Me gustaban lo que ofrecían, pero no terminaban de convencerme, excepto agrimensura, que desconocía totalmente. La elegí igual, con la esperanza de que tuviera aquello que no encontraba en las otras opciones, y no me equivoqué. Ahora lo que siento es pasión por mi carrera y mi profesión”, aseguró Lara, quien actualmente trabaja como agrimensora en su propio estudio y como becaria de un proyecto de investigación en la FICH.

Lara realizó su carrera a término y a partir del cuarto año, además de estudiar, comenzó a trabajar como ayudante de cátedra, becaria en un proyecto de investigación, en el colegio de agrimensores y como colaboradora de un agrimensor. También obtuvo una Cientibeca de la UNL y una Beca de Estímulo a las Vocaciones Científicas del Consejo Interuniversitario Nacional. Asimismo, realizó un intercambio en Guanajuato, México, el semestre previo a graduarse. “Una de las experiencias más gratificantes de mi carrera y de mi paso por la universidad. No hay un día que no recuerde mi estadía allá”, acotó. Al mismo tiempo, destacó la importancia de haber estudiado en una universidad pública y rescató como aspecto positivo de la FICH la relación que se establece entre docentes y alumnos. “Es un lazo estrecho, de confianza. Quizás al ser comisiones reducidas, no sos un número más y podés tener mayor conexión con el docente e intercambiar experiencias”, explicó Lara.

La ingeniería es difícil. ¿Mito o realidad?
Si bien la ingeniería presenta complejidades, que tampoco son ajenas a otras disciplinas y profesiones, Lara considera que la idea de que es difícil es más bien un mito. “En general la gente dice que para estudiar ingeniería tenés que ser inteligente o haber ido a una escuela técnica. No coincido. No soy una eminencia ni tampoco fui a una escuela técnica. Tiene sus complicaciones, pero ninguna que no pueda superarse con dedicación y esfuerzo. Si uno está convencido de la carrera que eligió y le gusta, las dificultades no importan. Difícil es estudiar aquello que no te gusta, más allá de que sea complejo. No hay receta. Depende de cada uno. Soy una convencida de que las cosas hay que hacerlas bien, experimentar, intentar y equivocarse y volverlo a hacer; aprovechar todas las oportunidades que existan para aprender, y sobre todo que te guste lo que hacés. Me fascina mi carrera y la profesión que hoy ejerzo. Quizás esta fue mi receta”, subrayó Lara.

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