Recuerdo de un gran profesional

Hondo pesar por el fallecimiento de Alberto Marcipar

Lunes 20 de diciembre de 2004

Falleció el lunes pasado luego de enfrentar una larga enfermedad. Era investigador de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas y director del Programa Ciencia, Tecnología y Sociedad de la UNL. Colaboradores y colegas recuerdan su persona y su labor en p

El pasado 13 de diciembre falleció en Santa Fe el Dr. Alberto Marcipar, luego de enfrentar durante más de una década una terrible enfermedad, la que, sin embargo, no le impidió continuar con su labor de investigación, de formación de recursos humanos y de reflexión sobre la ciencia y la sociedad. El destacado investigador de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas era director del INTEBIO de la Facultad y del Programa "Ciencia, Tecnología y Sociedad" de la UNL. Tras el exilio que vivió en Israel durante los años negros de la dictadura militar, Marcipar se dedicó a la recomposición del sistema científico y tecnológico y a la formación de grupos de investigación, convencido de que el desarrollo científico era esencial para la reconstrucción del país y para la formación de una sociedad justa y democrática.

Dos integrantes del Programa CTS, los profesores Claudia Neil y Oscar Vallejos, dirigieron unas palabras tras la sencilla ceremonia que despidió sus restos en el Cementerio Judío de Santo Tomé, el martes 14 por la mañana. Otros colegas del ámbito de la ciencia también acercaron sus palabras de pesar y reconocimiento: Sara Rieti y Renato Dagnino.

Desde el Programa CTS

"El fervor de la amistad y la compañía intelectual acongojada por su muerte imponen unas palabras. Son palabras de despedida y agradecimiento o tributo.

"Alberto puso una enorme energía y todo su talento en construir un espacio universitario de reflexión en el que pensáramos, como a él le gustaba decir, acerca de qué ciencia y qué tecnología queremos para qué país o región. Aquí no sólo se muestra la generosidad de un hombre que pensaba su trabajo fundamentalmente destinado a mejorar las condiciones de los argentinos y latinoamericanos sino también su compromiso democrático: sólo el debate o la deliberación pública ampliada puede construir una historia mejor.

"Nos contaba que en estos últimos años de su carrera le gustaría ya dejar el laboratorio en manos de Iván y dedicarse de lleno a escribir y a pensar sobre esto que él consideraba urgente. Esto lo muestra como un hombre tensionado por las dos actividades de un buen universitario. Alberto no sólo ayudó a consolidar líneas de formación en su campo científico sino también se pensaba como un universitario, la universidad como un lugar donde lo científico, lo artístico, lo cultural y lo político estaban necesariamente tramados.

"En sus relatos del exilio, se lo ve a Alberto soñando con un regreso a nuestro país y poniéndose a trabajar urgente por la reconstrucción. Esta actitud no se gesta en el exilio, más bien se enriquece. Vuelve, trabaja en la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación en la gestión que regresa el sistema científico y tecnológico argentino a sus causes democráticos. Alberto trabajó siempre dentro de planes que construyeran en dos sentidos: una investigación de excelencia y de alto nivel académico y con gran relevancia o pertinencia social. A lo largo de estos años, Alberto soñó un país deseable: en las coyunturas más difíciles él veía senderos de oportunidad. Teníamos en Alberto uno de los grandes representantes de la tradición intelectual y científica más importante de Argentina y de América Latina: Amilcar Herrera, Manuel Sadosky, Sara Rietti entre otros tantos grandes.

Sarita Rietti nos mandó anoche unas notas con las que terminamos: "Todos ustedes, los que trabajaron y soñaron con Alberto, son hoy más que nunca nuestros, porque es la herencia y la responsabilidad que nos dejó Alberto. Y eso fue posible porque él le ganó años a la muerte, para criar una familia muy rica de hijos, nietos y sobrinos que lo lloran, así como otras formadas por bandadas de amigos y discípulos, que continuarán esos sueños. Abonados por su sabiduría y su compromiso, que es el nuestro. "Estoy con ustedes y ustedes me van a despedir de Alberto...

"Un estrecho abrazo con todos los que lo lloramos. Sara"

Palabras del brasileño Renato Dagnino

"No he conocido a Alberto en profundidad. Estuve con él en apenas tres oportunidades. Pero en todas ellas demostró algo que me parece poco común en los científicos que he conocido: el escepticismo sobre la ciencia que hacía, el interés en escuchar la opinión de los otros sobre sus ideas acerca de cómo orientaba su trabajo y sus planes para el futuro, y las ganas de compartir lo que iba descubriendo con los mas jóvenes. Y todo eso porque, como él reconocía con su modestia cautivante de científico duro competente y responsable, era importante que nosotros siguiéramos buscando un camino latinoamericano para hacer lo que nos gustaba hacer y lo que nuestro pueblo esperaba que hiciéramos.

"Probablemente porque en todo eso se parecía con otro, de los pocos, que conocí bien de cerca Á‚"“ nuestro maestro Herrera -, rápidamente aprendí a admirarlo y valorizar su aporte para la comunidad CTS latinoamericana. "Tiene razón nuestra grande luchadora Sarita cuando nos comunica su muerte diciendo que "el PLACTS está de duelo".

Agenda